II

141 15 3
                                    

Hoy es el primer día de clases

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hoy es el primer día de clases.

Nos entrenamos arduamente durante cinco meses; fue duro, demandante y agotador, pero aprendimos a controlar el impulso de cantar; dominamos el encanto bastante; ordenamos nuestros tiempos; fortalecimos nuestras piernas; logramos estar completamente fuera del agua por mínimo diez horas sin sentir ansiedad (Lexa llegó a catorce).

No importa cuánto preparación y mentalización tuve en este tiempo, sigo nerviosa. Me agrada ver a los humanos y sus costumbres, nunca he tenido que convivir con ellos de cerca y menos por largos periodos de tiempo. Y creo que seré un desastre total.

Sin embargo, si Andromeda y yo estamos nerviosas a pesar de que subíamos con cierta frecuencia, mis hermanas —a excepción de Alexis— están aterradas. Ya les dijimos que no tienen qué temer, pero ellas están decididas a no creernos, no dejan de pensar en los humanos descubriéndonos, nosotras hechizando a alguien, cazadores buscándonos... Tantas cosas que pueden salir mal y tanta insistencia de mis hermanas comienzan a hacer resonar esas ideas en mi cabeza, aunque rápidamente las alejo.

Estoy bastante serena porque, a diferencia de mis hermanas e incluso papá, estoy confiando en el canto del océano suave. Si corriéramos riesgo bajo los humanos, nuestro hogar estaría impasivo, las olas serían más altas y el canto más fuerte.

Confío en que estamos bien; por los menos de momento.

Eso es lo que he intentado hacerle entender a mis hermanas desde que nos despertamos hoy, pero todos mis intentos han sido inútiles. Allison se ofreció a maquillarnos y peinarnos, pero los nervios no la dejaron; Amanda parece a borde del llanto; ni papá ni Anastasia pudieron concentrarse anoche en su partida de ajedrez; Arianna ha estado muy callada... Predominan el desorden y el miedo.

El tiempo que tomó arreglarnos y teníamos nuestra primera comida mis siete hermanas mayores estuvieron ansiosas y gritando, papá se ha mostrado más tranquilo aunque veo la tensión en su cuerpo, desde que subimos ha estado de esta forma (supongo que por la misión que nos llevó a ascender), pero hoy su intranquilidad es mayor y más obvia.

Justo ahora que nos encontramos en la habitación principal de casa escuchando las instrucciones de Aqua una vez más.

—Repasemos el plan de nuevo —dice nuestra hermana mayor empleando su tono de voz diplomático. Ella y papá están de pie frente a nosotras.

—Ya lo repetimos cuatro veces —gruñe Arianna.

Esta mañana cuando bajó a desayunar ella vestía un jean, no comenté nada pero una chispa de orgullo me invadió.

—Una más no sobra —defiende Aquamarine.

—Sí que lo hace —espeta Alexis.

—En esta situación ser precavidos es indispensable —Aqua nos reprende a todas.

—Amor —papá sujeta los hombros de Aqua—, ya se prepararon bastante.

—No, papá, apenas han sido cuatro veces de repaso y...

SIRENASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora