014: Sumisa.

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Parpadeo varias veces hasta acostumbrarme a la luz que entra por una pequeña ventana. ¿Qué hago aquí metida? El suelo es frío y mis labios están secos. Apenas recuerdo como llegué a una de las celdas que usa Negan para amaestrar a sus esclavos. ¿Qué mierda está pasando?

Gracia a la luz puedo ver como mis piernas y brazos están llenos de rasguños y moratones. Me duele incluso moverme. ¿Dónde está Negan?

Me apoyo sobre la pared y lentamente voy acercándome hasta la puerta. Una vez allí comienzo a dar golpes con la única idea de que me saquen de allí.

—¿Hola?—grito lo más fuerte que mis pulmones me permiten—. ¿Hay alguien ahí?

Paso varios minutos golpeando sin respuesta alguna. Me lanzo sobre el suelo y sin poder evitarlo unas cuantas lágrimas se escapan por mis mejillas. Lloro por la frustración de no saber por qué estoy aquí.

Cuando me estoy quedando dormida un par de voces del exterior me hacen ponerme alerta. Apoyo mi espalda sobre la pared y trato de cubrir mi cuerpo con mi vestido hecho pedazos. Mi cabeza está borrosa y a duras penas puedo recordar que hice por la noche tras despedirme de Rachel. Solo recuerdo caminar por el pasillo para ir a verme con Negan en nuestra habitación. Solo sé que no llegué a mi destino y ahora estaba encerrada aquí dentro.

La puerta se abre de par en par y me cuesta ver con claridad quién está allí de pie. Parpadeo varias veces y me quedo de piedra al ver esos rostros conocidos. Veo a una tercera persona; un hombre. 

—Ya ha despertado la bella durmiente—soltó Chloe en tono burlesco.

—¿Por qué estoy aquí?

Hannah se agacha a mi altura y me da un golpe sobre el hombro, como si fuéramos amigas de toda la vida.

—Se llama secuestro, tontita.

La sangre me hierve y aprieto mis puños con fuerza, a tal punto de que se tornaran blancos.

—¿Por qué hacéis esto? Sabéis que Negan no va a perdonar esto.

Hannah se pone de pie y Chloe me extiende una botella de agua. Por mucho que la garganta me grite cogerla, la rechazo por el simple hecho de pensar que el agua esté envenenada. No podía confiar en ellas.

—Negan está fuera desde por la noche, le hicimos creer que escapaste del santuario con tu amante. Te está buscando, Leila.

Mi pobre amor... ¿Él de verdad creería que le haría eso?

—Después de que nos amenazaras hace una semana creímos que era hora de acabar con la humillación por tu parte. Nos quitaste el privilegio de estar con Negan—chilla Chloe, llena de cólera—ahora tenemos que hacer trabajos forzosos y juntar puntos para tener buena comida y un lugar para dormir.

Suelto una débil carcajada y levanto mi rostro magullado para poder mirarlas.

—No es mi culpa.

—Claro que lo es—dice Hannah y camina de un lado a otro—vivíamos cómodamente y teníamos habitaciones exclusivas. No nos molestaba estar con Negan, es más nos encantaba. Y tú llegaste para joder todo nuestro chiringuito. Necesitamos que pagues de alguna manera todo el daño que nos hiciste.

—¿Y pegándome lograreís sentiros mejor?—cuestiono al poder ir recordando poco a poco lo que pasó después de que me arrastraran hasta aquí. Fue horrible y doloroso.

—Mas o menos—responde Chloe y se agacha para tener mejor acceso a mi rostro, esquivo su toque y ella me da una fuerte bofetada. Estoy tan cansada que ni puedo defenderme. Es lo mismo que me hicieron hace meses y es injusto—. Vamos a hacer lo que queramos contigo. Y cuando acabemos nos iremos de este maldito lugar, claro que antes te mataremos. No mereces a Negan. Puede que hasta escondamos tu asqueroso cadáver y podamos volver a ser sus esposas.

Me perteneces. [Negan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora