El dios del placer

Cap. 6 Viajeros

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JIMIN:

Siento una extraña sensación sofocante como si estuviera en medio de un incendio, entonces, me obligo a despertar para saber qué sucede y lo primero que veo es un el cielo muy azul y un sol brillante que de inmediato me hace doler mis ojos y cabeza. Miro alrededor y veo un extraño jardín redondo donde yo estoy y en las orillas mucha agua con más vegetación. Miro mi ropa, porque siento demasiado calor, y es obvio, porque llevo puesto mi disfraz de pollo, y las plumas hacen que todo sea muy cálido por aquí — ¿Dónde estoy? —Trato de reconocer el sitio, pero nada indica que lo haya visto antes, es totalmente desconocido — ¿Dónde estarán los demás? —Busca mi celular dentro del traje, pero al encontrarlo me doy cuenta de que no tiene señal. Lo vuelvo a guardar y me pongo de pie para salir del jardín.

Salgo por un pasadizo un poco oscuro a una calle de tierra con tiendas improvisadas a cada lado. Hay personas en esa interminable cantidad de negocios; los hay de frutas, de ropa, de cachivaches y alhajas. Las personas visten con túnicas de diversos colores y la mayoría son mujeres con canastas de mimbre donde llevan sus compras. Sé que es obvio que soy extranjero porque ellos son mucho más altos, de cabellos castaños y piel más morena que la mía ¿Dónde resulté? Trato de recordar como llegué a este lugar, pero lo último que recuerdo es la parte donde jugamos el juego de la botella, aunque no tengo muy claro el momento en el que me puse el mío. Camino un poco y noto que todos me observan y se dicen cosas, debe ser por el traje de pollo, es muy amarillo para pasar desapercibido. Trato de a cercarme a algún negocio para preguntar dónde estoy, pero el dueño de la tienda se queda mudo cuando le hablo. —¿No habla español? —Le pregunto, pero sigue sin responder nada —Can't you speak spanish? I am lost.—Trato con el inglés, pero en lugar de obtener respuesta, siento que alguien me toca rápidamente el hombro. Me volteo y me encuentro con una mujer y dos niños — ¿Ustedes hablan algo de español? —Pero no responde ninguno, la mujer me extiende una tela doblada y se la recibo sin entender muy bien y hago una reverencia. Me quedó impactado al ver cómo tanto los niños como la mujer, se arrodillan y hacen reverencias muy respetuosas. Yo trato de hacer que se levanten, pero el traje de pollo no me ayuda mucho. Después más personas hacen lo mismo, me dan frutas, cofres, más telas y hasta joyas. No sé qué hacer, porque no entiendo lo que dicen, o lo que hacen, pero lo único que se me viene a la mente es correr y así lo hago.

Corro sin soltar lo que llevo en las manos hasta llegar a una hermosa playa. Suelto todo y las cosas caen en la arena— ¿Pero qué acaba de pasar?—Mirando a mi derecha descubro que se ve todo el pueblo sobre una montaña, las casas tienen una arquitectura antigua y algo se ilumina en mí cuando caigo en cuenta que ya reconozco un poco ciertas cosas.— No puede ser... —Murmuro al ver un letrero de madera clavado en la arena, Las letras que hay allí son griegas, lo sé porque reconozco algunas similares que habían en el mapa aquella vez que buscamos a Ulises— ¿Estoy en Grecia?—Me quedo en shock por unos minutos hasta que mi instinto me recuerda que debo comer y aun se siente sofocante el traje. Rebusco entre los regalos y encuentro dos túnicas, un color azul y otra verde esmeralda. Me decido por la verde y me la pongo luego de quitarme el traje, me pongo en el rostro una de las telas que me obsequiaron a modo de máscara, para no llamar tanto la atención con mi rostro extranjero. Como un par de frutas y el resto de las cosas las envuelvo en una tela a modo del bolso.

— Chattikes?— Un muchacho como mi edad me dice algo extraño con tono interrogante. Tiene una sonrisa muy amable y por cómo está vestido se nota que posee riqueza, y una pequeña corona de oro reposa en su cabeza y su cabello es largo como hasta más abajo de los hombros