Cap. 11 Premoniciones

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¡AHHHHHHHH!—Grita Tae al otro lado de la línea. Jimin alcanza incluso a escuchar como Yoongi se queja del ruido a lo lejos.—Lo siento, lo siento Yonnie, charlaré afuera.—Susurra Tae. El rubio espera pacientemente y luego de unos segundos de oír ruidos extraños, su amigo regresa al teléfono.—Ahora sí, tienes que decirme cómo llegaste a esa conclusión. No olvides ningún detalle.

—Bueno yo...—Jimin cierra los ojos y sonríe al recordar los detalles de ayer.—Reconozco que es difícil no caer. Diferente a lo que imaginé, es más sensible de lo que parece. Ayer él...

¿Te besó?

—No, no. Bueno, algo así.

Tendrás que ser más exacto, haz que valga la pena levantarme a esta hora o estaremos en serios problemas, Park.

—Está bien, solo tuvimos un momento demasiado íntimo ¡Sin sexo!—Aclara, porque sabe que la imaginación de Tae vuela a niveles desproporcionales.—Fue algo que jamás esperé de él. Hubo un par de besos muy cerca de los labios, pero solo cerca... También lágrimas y otras caricias.—Tae chilla al otro lado de la línea, el rubio no lo ve, pero lo puede imaginar dando saltitos y sonríe al pensarlo.

¡Jamás pensé que Jungkook fuera del tipo fluff! ¡esto es tan romántico!

—No termino aún. Nos quedamos dormidos juntos... Tomados de las manos.—Otro chillido se oye, tan fuerte que Jimin tiene que separarse el celular de la oreja.—Y tengo más, un bonus.

—¡¿Más?!

—Si. Te colgaré e iré a hora mismo a verificar si sigue dormido.

¿Y eso para qué? Dame más, dijiste que tenías bonus.

—Si sigue dormido yo entraré a la casa y fingiré que no me he levantado.

¡¿Volverás a al cama con él!? Eres un pill-

Jimin le corta antes de que pueda terminar y pone el teléfono en silencio antes de entrar sin hacer ruidos directamente a su habitación, en donde el dios sigue dormido de la misma forma que cuando salió a llamar. Se sube a la cama con cuidado y se acuesta de lado para poder observarlo detenidamente. Se da cuenta que la mandíbula de Jungkook es bastante bonita y masculina, su nariz es grande, pero armoniosa; su piel es tan blanca que las venas se le notan con solo acercarse a mirar un poco; sus pestañas son cortas pero rizadas. Es tomado por sorpresa cuando el pelinegro se remueve sin abrir los ojos. Jimin se re acomoda de lado aunque su cuerpo se siente ligeramente adolorido—¿Saliste?—susurra Jungkook de forma arrastrada preguntando al rubio.

—¿Te desperté? Lo siento, duerme un poco más. Aún es temprano.

—No te vayas aún.—Pide entredormido, sin abrir sus ojos todavía.—Quiero despertarme y encontrarte aquí, así que no te vayas, por favor.

—¿De qué hablas?

—Solo quédate.

El rubio suspira pensativo antes de volver a embelesarse mirándolo. El sueño le va ganando de a poco hasta que se halla en los brazos de Morfeo. Esa mañana, experimenta un sueño lúcido donde vuelve al castillo con el lago y corre siendo sostenido por esa mano, en medio de su consciente sueño trata de ver a quien pertenece la mano que lo arrastra haciéndole correr por todo el campo verde, pero falla perdiendo la lucidez del sueño. Su mente le ayuda a volver nuevamente allí, para hacer un esfuerzo sobre humano y así captar todo lo que se pueda.

El dios del placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora