O13. good news

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CHAPTER THIRTEEN
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Good news
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CHAPTER THIRTEEN°Good news°°°°°°°

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La serpiente se abrazaba a su rubio amigo mientras lloraba sin consuelo alguno. Draco no entendía el porqué de su repentino bajón; Nix había entrado a la Sala Común con su labio inferior temblando y había saltado a los brazos del contrario ni bien lo vio. Éste no pudo hacer otra cosa más que abrazarla y llevarla a su habitación, en donde nadie la viera tan vulnerable; La pelirroja se había enterado que le habían dado el beso del dementor a Sirius, su cabeza había tardado en procesarlo, tanto que apenas se movió durante algunos minutos.

De igual forma, la joven casi ni podía asimilar todo lo que había pasado en un periodo de tiempo tan corto: la muerte de Buckbeak, la noticia de que Sirius Black era su padre y que ahora había recibido un castigo peor que la muerte, y por si fuera poco, la noticia de que Peter Pettigrew había conseguido escapar en cuanto Lupin se convirtió en hombre lobo. Nix no quería pensar en nada de aquello, más lo hacía sin poder evitarlo. Agradecía que Malfoy estuviera a su lado y que no haya hecho ninguna pregunta, ella misma se encargaría de contarle todo tiempo al tiempo.

Draco notó como la respiración y el llanto silencioso de la chica se iban calmando, la miró mientras quitaba unos cuantos mechones anaranjados de su cara. Besó su coronilla y salió con ella en brazos hacia su Sala Común. Las horas habían pasado y no había rastro de ningún Slytherin por allí. El rubio platinado vio como la forma humana de la chica se convertía en un precioso zorrillo rojo. Acarició su pelaje mientras suspiraba con resignación, ¿era eso lo que su madre sentía hacia su padre? Lo dudaba, más no lo descartaba.

Se obligó a sí mismo a salir de allí junto a una dormida Nix cuando llegó la media noche, aquel día debían proseguir y acabar con la poción que tantas noches les había quitado, en especial a Hermione Granger, y el no había puesto objeción alguna. Se encontró con Potter en una de las esquinas del pasillo, quien los esperaba con su capa de invisibilidad en una de sus manos. Apenas se saludaron con un asentimiento de cabeza antes de que el azabache los cubriera a ambos con la tela. Nix siguió dormida hasta que llegó a la sala en dónde habían estado la última vez, Hermione la esperaba con una sonrisa.

- Venga, Nix, ¡anímate un poco! -exclamó la chica en tono bajo- ya mismo acabamos con esto. He estado avanzando por mi cuenta y debería acabarla en un rato.

La cola de la contraria reaccionó con alegría ante aquella noticia. Hermione le había subido el ánimo sin problema y agradecía aquello. El rubio agradeció por primera vez en su vida a aquella castaña leona, la felicidad de Nix la pondría sobre todas las cosas, al igual que la de su madre.

Por otra parte, Harry no se encontraba allí, se marchó en cuanto dejó a ambas serpientes en la sala, cosa que fue un gran alivio para el rubio y una completa decepción para la pelirroja. Esperaba hablar con él sobre lo acontecido y que la distrajera. Tenía a Malfoy, sí, pero otra opinión conocedora de la situación era mucho mejor.

- Granger -pronunció el rubio, la Gryffindor la miró, sorprendida ante el repentino llamado del chico- ¿estás segura que esto funcionará?

La leona dudó, más asintió rápidamente.

- En un noventa por ciento -contestó con una pequeña sonrisa- es lo último que nos queda probar, al menos a nosotros.

La serpiente asintió sin volver a hablar. Las horas pasaban con lentitud mientras la castaña removía el caldero con lentitud. Nix se había vuelto a dormir, y ahora descansaba en el pecho del rubio, quien se recostaba en uno de los asientos vacíos del lugar.

Fue un gran alivio para ambos cuando Granger soltó que -al fin- habían terminado con la poción. Prosiguieron a despertar a Nix que, aún media dormida, la tomó con rapidez. El sabor no era agradable, ni siquiera como animal, más rehusó a escupirla. La leona indicó que debía ir a descansar y esperar a recuperar su forma humana, cosa que aceptó sin dudar ni un momento. Saltando a los brazos del rubio, ambos salieron de la sala mientras Hermione los despedía con la mano.

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Estaba cansada, muy cansada, pero el hambre que sentía en aquel instante era mucho mayor. Se vistió con rapidez, arreglando su uniforme para dejarlo impoluto antes de salir corriendo hacia el Gran Comedor; la mesa de las serpientes apenas estaba llena, la de los leones estaba prácticamente igual, más pudo divisar a los gemelos sentados casi en el medio de ésta. La chica se acercó, por alguna extraña razón había despertado con un mejor humor que el de la noche anterior.

- Aquí está nuestra sustituta favorita -comenzó a decir Fred, haciendo a la menor rodar los ojos.

- ¿Qué tal llevas lo de estar muda? -preguntó esta vez George.

La chica se encogió de hombros, llevaba sin hablar con ellos días y lo primero que le preguntaban era eso. Golpeó a ambos en la parte baja de su nuca y se levantó.

- ¿Cómo estás? Yo, bien, gracias. ¿Y tú? Genial. Vale, adiós.

La voz de Nix había llamado la atención de los presentes, al tanto estaban de la afonía de la chica. Los gemelos se apresuraron a abrazarla mientras daban vueltas, una posición un tanto extraña e incómodo pero que ella agradecía. ¡Hermione era una genia! La pelirroja no cabía en alegría, su voz había vuelvo gracias a aquella bruja estudiosa.

Corrió a abrazarla en cuanto la vio entrar por la enorme puerta, tirándose sobre ella cual saco de papas, provocando que se tambaleara. Tanto Harry como Ronald las miraron sin saber que ocurría; Kwan le susurró algo en el oído y Granger abrió los ojos, sorprendida con que la poción hubiera funcionado.

- ¡Puedes hablar! -chilló Hermione mientras era ella quien la abrazaba esta vez.

La pelirroja asintió con júbilo.

- Te debo la vida, Herms -confesó con una enorme sonrisa en su cara.

Harry se acercó a ellas con duda, a la vez que ambas jóvenes se soltaban. La radiante sonrisa que portaba la serpiente fue contagiosa, tanto que el mismo Ronald se encontraba sonriendo igual.

- Me alegra que estés de vuelta -agregó con un tímido abrazo hacia la contraria.

La chica rió antes de despedirse en cuanto vio a Draco, seguido de Pansy quién movía su pelo con exageración. Nix había desarrollado un tipo de diversión al observar a la pelinegra, su forma de llamar la atención le recordaba a Tique cuando necesitaba caricias o buscaba comida. El rubio sonrió al verla antes de indicarle el asiento a su lado.

- Buenos días, Nix, ¿mejor que ayer? -preguntó ni bien se acomodó.

- Mucho mejor -contestó, causando que los ojos del contrario se abrieran con sorpresa y riera ante las repentinas palabras de la chica. La rodeó con sus brazos antes de agarrar sus mejillas con fuerzas- Me estás aplastando la cara, Malfoy.

- ¡Puedes hablar!

- ¡Puedo hablar! -dijo de igual manera- Pareces mucho más feliz que yo de recuperar la voz.

La serpiente iba a contestar cuando el correo lo interrumpió, una lechuza desconocida a los ojos de Nix paró frente a Harry, soltando dos cartas frente a él. El ojiverde se giró y se acercó con duda hacia la mesa verdad, que lo miraba con no muy buenos ojos; una carta fue entregada en manos de Nix, quien sonrió dándole las gracias. Sólo un nombre se veía fuera del papel, un nombre que llamó la atención y dejó boquiabierta a la menor mientras sus ojos se llenaban de pequeñas lágrimas.

Canuto.

NIX: The ginger Slytherin fox #HH1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora