•PROLOGO•

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Eran las 3:05 pm cuando la mayor parte de empleados se había marchado al comedor para su descanso obligatorio de las 3:00 pm; todos, con excepción de dos personas que todavía yacían en la oficina más grande del último piso.

El gran cuerpo fornido, tenía aprisionado contra su voluntad el hombre de cabellos castaños al cual siempre había llamado; mi empleado.

  — Tú dijiste que estabas dispuesto a lo que sea con tal de tener el empleo — Dijo el azabache apretando el agarre que tenía sobre las muñecas de su asistente Kim Taehyung.

  — N-no por fa-vor señor Jeon, no haga esto — Habló entre lágrimas él castaño que yacía atrapado bajo el gran pecho de su jefe, Jeon Jungkook.

El azabache retiró una mano sobre su agarre, las cuales yacías sobre la cabellera castaña sujetando de sus muñecas, para después llevarla a los labios de éste y callar sus lamentos de alguna forma.

  — Haces un sólo ruido que nos descubra y juro que te hecho a la calle con todos tus putos lamentos — Amenazó Jeon con una mirada despiadada — Además, te perderías de unos buenos consejos de amo a su perra —.

Los ojos de Taehyung se apretaron al sentir cómo Jeon retiraba su agarre de su boca y se deslizaba hacia un lugar prohibido; su entrepierna.

  — Tan miserable como siempre Kim — Los dedos de Jeon bajaron el cierre de los pantalones de Taehyung y comenzaron a tocar descaradamente sobre la ligera tela de su ropa interior.

Los dientes del castaño se enterraron entre sus mismos labios, ahogando aquellos gritos de desesperación que amenazaban con salir.

  Lo siento mucho hermano, pero es la única forma en la que puedo darte todo aquello que mereces.

El cuerpo de Taehyung fue volteado bruscamente sobre el escritorio. Su cuerpo quedó recostado sobre el adolorido pecho, sintiendo cómo unas manos en su espalda lo empujaban con fuerza contra el escritorio para levantar de su trasero. 

Imendiatmente, sus manos fueron a tomarse de las orillas del escritorio, cuando el sonido metálico que provenía del cinturón de su jefe, le avisó que éste era desabrochado.

  — Sí llegas hablar de esto con alguien me asegurare de que nadie te contrate en todo Corea o en todo Asia — Volvió amenazar el azabache.

Y sin más, sus viejos y desgastados pantalones fueron bajados con desesperación, exponiendo toda su intimidad ante los ojos de su jefe.

  — Para ser una puta, te cargas un buen culo —.

Sus ojos derramaron lágrimas cuando vio como caí de su lado izquierdo aquel pequeño empaque metálico que pertenecía un preservativo.

  Igual a mamá.

Tal vez algunos creerían que tal vez su jefe se preocupaba de cierta manera un poco por aquel joven al usar aquel preservativo. Pero la idea se descartó del castaño al recordar que aun no entregaba su expediente medico que le exigían como empleado.

  Sólo lo haces para cuidar de ti.

  — Para la semana siguiente quiero que me traigas tu expediente medico ¿Oíste? — Habló su jefe llevando la punta de su miembro a la estrecha entrada de su empleado — Quiero asegurarme que no te cargues ninguna enfermedad —.

Taehyung lo sabía, Jungkook no correría ningún riesgo de contagiarse de alguna ETS. Él sólo pensaba en sí mismo. Tal vez cuando se diera cuenta de que Taehyung estaba limpio dejaría de tomarse la molestia de usar esos preservativos sin importarle las consecuencias que podrían venir después.

El castaño clavo sus dientes en sus labios al sentir como Jungkook se enterraba de una sola emboscada para después salir un poco y volver a repetir aquel acto una y otra vez buscando su propio placer.

  Lo odio tanto señor Jeon, de verdad juro que nunca le perdonare esto.

SEÑOR JEON: KOOKV°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora