•31•

28.8K 3.7K 846
                                    

La noche cayo como de costumbre, el cielo estaba completamente oscuro con muy pocas estrellas "Maravillas de Seúl", Kim Taehyung caminaba tranquilamente hasta su departamento mientras intentaba meditar las palabras que habían sido emitidas horas atrás por su compañera, en sus manos llevaba cuatro grandes bolsas de despensa y cosas para el aseo. Después de salir de su trabajo se dirigió al supermercado con el dinero que Jimin le había dado, por alguna extraña razón Jimin y Yoongi pasaban más tiempo juntos de lo habitual, Taehyung sabia claramente que ambos estaban ocultando algo, pero como buen amigo esperaría a que su mejor amigo y su amigo estuvieran listos para comunicárselo a él.

Camino con tranquilidad cargando aquellas pesadas bolsas, su brazo a un dolía un poco, pero eso no debía ser obstáculo, él debía llegar hasta la parada de autobús antes de las 10:00 pm "¿Y por qué no tomaba un taxi?" por el simple hecho de que era mucho más económico viajar en autobús.

Desde la esquina pudo divisar aquella iluminada parada de autobuses, faltaba cruzar sólo una pequeña y solitaria cuadra llena de pequeños bares y restaurantes, cuando de la nada de un bar un hombre completamente ebrio se posó justo en medio del camino del castaño.

Taehyung al ver a este hombre, bajo su cabeza y forzó el agarre de sus bolsas, desde los pocos metros era notorio que el sujeto estaba completamente sumergido en el alcohol, el castaño debatió si cruzar por su lado o rodear al hombre que se encontraba justo en medio de su camino. Opto por la segunda opción, cuando estuvo a punto de cruzar la calle las palabras emitidas por aquel hombre lo hicieron quedarse congelado.

  — ¡Idiota, deja de chillar y lárgate a tu casa de una vez! — No hubo respuesta ante estas palabras — ¡Me largo! Cuidado al manejar — El hombre se dio la vuelta y corrió hasta donde se encontraba el castaño — Buenas noches — Saludó y paso de largo a Taehyung.

Una vez que el hombre desapareció en la esquina una calle, el castaño pudo volver con su respiración normal.

  — Taehyung, tienes que dejar de pensar que todos los habitantes tienen la posibilidad de ser psicópatas y violadores — Se dijo así mismo continuando con su caminar.

Faltaban seis minutos para que el próximo y último autobús llegara, cuando estaba a punto de llegar a la solitaria parada, la puerta del lugar de donde había salido el último hombre se abrió por segunda vez, con la gran diferencia de que esta vez la persona que salía del lugar se encontraba aún más ebrio que el primero. El hombre al dar un pequeño paso fuera de la entrada, tropezó y cayó completamente a los pies de Taehyung.

Kim Taehyung era un poco inseguro y desconfiado, no era grosero pero tampoco era de los que mantenía charlas o hacía acciones con personas desconocidas, sin embargo, tampoco era una persona insensible así que soltó sus bolsas sin pensarlo y se inclinó para ayudar aquel hombre que aun mantenía su rostro pegado al suelo.

Dada su sorpresa al encontrar el rostro de su jefe con el ceño fruncido y un raspón en la frente.

Sus ojos se abrieron como dos platos soperos, su respiración pareció volver a fallar, su corazón se aceleró de nuevo y su cuerpo comenzó a temblar. Sería una suerte si no se hiciera diabético antes de renunciar y mudarse a América.

Sus manos temblorosas viajaron al rostro del señor Jeon, eran notablemente morenas a comparación del pálido rostro del rostro de su jefe. Las facciones de Jeon parecieron suavizarse ante el toque de su empleado.

  — ¿S-señor J-jeon? ¿S-se encuen-encuentra bien? —.

Los ojos de Jeon se abrieron ligeramente, Taehyung soltó un suspiro de alivio al ver que había reaccionado, más en su garganta se volvió hacer un nudo al ver que su jefe lo admiraba con una mirada perdida y una sonrisa burlona.

  — El destino nos tiene unidos, hace poco te vi en el supermercado, tan lindo y pequeño, Tae — Sonrió mostrando aquella sonrisa imperfecta pero tan perfecta de dientes blancos — Te fuiste sin avisar hoy en la empresa —.

El rostro de Taehyung adquirió un gran tono rojizo, el que la cabeza de su jefe se levantara un poco para acostarse entre sus piernas lo hacía ponerse nervioso.

  — S-seño... Y-yo... —.

  — ¿Algún día podrás hablar sin tus estúpidos tartamudeos? Tu y yo tenemos sexo y aun te sigues sonrojando — Gruño molesto — No seas estúpido, a ese grado de confianza ya deberías por lo mínimo a hablar bien —.

  — Usted abuso de su poder, yo jamás he querido tener algo más con usted —.

Los ojos de Taehyung se volvieron abrir nuevamente para después cerrarlos y bajar su cabeza "¿Por qué acababa de decir aquello?" había hablado sin pensar.

  — L-lo siento, yo no... — La rabia lo inundo y sus dientes mordieron su lengua con fuerza, a pesar de estar en lo correcto él no debía quejarse, el necesitaba el trabajo y no se podía dar el lujo de quejarse o llorar, después de todo aquellos trabajitos lo habían ayudado mucho económicamente hablando.

  — Te gustó y si no lo ha hecho yo hare que te guste — Dijo su jefe restándole importancia ante sus antiguas palabras — Pronto rogaras por tener más, serás como Jennie, te voy a convertir en una perra con carácter, considéralo como un favor, mi Tae, así como a mí me lo hicieron, así como yo se lo he hecho a muchos y muchas y así como tú se lo harás a muchos y muchas. Ahora llévanos a un hotel ¡No! Mejor a tu casa, las llaves están en mi bolsillo — Ordenó sin más.

La mirada de Taehyung se oscureció. Jeon actúa de una manera buena y agradable por un día y lo arrebata por la noche con aquella actitud llena de odio.

Los borrachos siempre dicen la verdad, eso era lo que la gente siempre decía. 

"¿Eso significa que Jeon sólo estuvo fingiendo por la mañana?"  

El castaño observo los bordes de los ojos de su jefe, estaban rojos e hinchados, parecía como si hubiera estando llorado. 

"¿Los borrachos siempre dicen la verdad?"

Su jefe paso uno de sus grandes brazos por uno de los hombros de Taehyung, el olor a alcohol, tabaco y el perfume que todos los días usaba se habían mezclado. De alguna extraña manera eran agradables ante el olfato de Taehyung, esa era el olor que le recordaba a su madre. Taehyung se golpeo mentalmente, tal vez sólo estaba delirando. Ayudo a levantar a su jefe e hizo aquello que le había ordenado. Se agradecía mentalmente que Jimin se estuviera quedando con Yoongi.

Cuando caminaron hacia el auto de su jefe Jungkook soltó un leve sollozo que ahogo de inmediato entre los carraspeos de su garganta.

"Tal vez no siempre los borrachos dicen la verdad " 

  — Y su veneno sólo sea un escudo para ocultar su miseria... — Susurro el castaño para el mismo.

SEÑOR JEON: KOOKV°°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora