"La vida aprieta,
pero no ahoga."
No tardamos demasiado en llegar, el camino es corto y no hay tráfico, por lo que en menos de una hora nos plantamos en el parque nacional de Alum Creek. Llevaba tiempo queriendo venir y sacar fotos a este sitio tan bonito. Me transmite paz.
Los árales tan altos, las tonalidades entre verde, amarillo y marrón, la luz que se filtra a través de las hojas ... simplemente es indescriptible. Saco la cabeza por la ventana para ver mejor las copas de los árboles que tapan el sol.
– De pequeña, traje una vez a Keira aquí – me dice Nyder – Estaba igual de emocionada que tú, también sacó la cabeza por la ventana – la introduzco de nuevo y me río ante su comentario.
– ¿Me estás comparando con tu hija de nueve años? – enarco una ceja en su dirección.
– Se podría decir que sí – coloca una mano en mi muslo y me río.
Nunca ha sido un problema para mí que él y yo nos llevemos seis años, ni que tenga una hija. Nada de eso. Yo le conocí, me gustó, y simplemente pasó. Ni se me pasó por la cabeza que algún día él y yo acabaríamos haciendo una escapada, juntos, solos. No se me pasó por la cabeza que yo podría sentir algo más, algo más que atracción sexual hacia él.
Aparca el coche y observo lo que tenemos frente a nosotros. Me bajo del coche y miro detenidamente la casa de madera que hay delante nuestro. Si sacase una foto, pasaría perfectamente por una postal de un lugar idílico e ideal. Todo lo contrario a lo que está siendo mi vida última mente.
Despierto del trance que esto me ha causado y me muevo, ayudando a Nyder a entrar las maletas. Una vez dentro, descubro que la cabaña es acogedora, toda de madera, bonita.
– Es pequeña – oigo la voz de Nyder a mis espaldas, me muevo con la maleta hacia el sofá y me siento en él, con la vista fija en la chimenea apagada – En las fotos parecía más grande.
– Es perfecta – palmeo el espacio libre a mi lado y se sienta. Coloca un brazo alrededor de mis hombros y le miro.
– ¿Te gusta, entonces? – sus iris azules me perforan.
– Mhm – asiento, y junta sus labios con los míos.
– ¿Por qué no vamos a dar una vuelta? – se levanta del sofá y tira de mi mano.
– ¿Ahora? Está a punto de anochecer – le digo, mirando el cielo que, poco a poco, se está volviendo liláceo.
– ¿Y qué más da? ¿Acaso tienes prisa? – y él tiene toda la razón, por lo que me levanto, y salgo de la casa con él. Todavía con su brazo por encima de mis hombros.
[...]
Estoy chateando con Gertie por mensaje, Internet no funciona muy allá por aquí, quiero revisar mi e-mail, ya que me pone que tengo varios correos pero no me carga el servidor. Intento no moverme mucho, ya que me tiene, literalmente aprisionada entre su brazo y el colchón.
"¿Qué haces?" me escribe mi mejor amiga.
"Intentar no morir ahogada" supongo que ella no acaba de entender del todo mi respuesta, por que al segundo, empieza a mandarme cientos de emoticonos con signos de interrogación. Así que decido aclarar su duda con una imagen del momento.
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My Morphine
Romance- Pareces... intoxicado. - Sí, quién sabe. Siento cómo si estuviera drogado cuando estoy contigo; no es que me meta o esnife, ni nada de eso. A no ser que tú lo seas, que tú seas una, o todas las drogas, cada una de ellas. En ese caso sí que me drog...