Tener a Gertie en Alpha Press de compañera de trabajo me hace querer reír y llorar al mismo tiempo. Le estoy ayudando en todo lo que puedo para que logre pasar el periodo de prueba y, al mismo tiempo, se habitúe rápido a todo; pero no puedo dejar de hacer mi trabajo para hacer el suyo, y eso me está poniendo de los nervios. Doy gracias al cielo que hoy mismo salimos hacia Horsetown.
– ¿Te has metido un bikini en la maleta?
– Gertie, vamos a la nieve, ¿para qué coño quieres un bikini? – a ella se le escapa una risita y se apoya bien en mi escritorio mientras tengo la vista fija en el monitor del ordenador.
– No sé, hay jacuzzi en la casa, ¿no? – eleva una y otra vez las cejas.
– Vuelve al trabajo – le señalo su mesa y ella rueda los ojos.
Una vez se aleja, puedo volver a concentrarme bien y con suerte, acabar antes de comer. Y así lo hago. Decido irme a casa y comer con Jade ya que él también tiene libre, y así me ayude a preparar la maleta, soy un desastre con esas cosas.
– ¿Qué tal con Gertie en el trabajo?
– Prefiero no hablar de ello ... – enrollo los espagueti en el tenedor y sigo comiendo. Eleva una ceja y se le escapa la risa.
– Me ha llegado una oferta de trabajo – él, de nuevo, levanta ambas cejas.
– ¿Ah, sí? ¿De qué?
– De National Geographic, para fotógrafa.
– ¡Eso es genial! – él sonríe con orgullo y yo hago una mueca, lo nota y su expresión cambia al notar que no expreso toda la alegría que debería por esta gran noticia – ¿A qué viene esa cara? Creía que siempre habías querido sacar fotos a paisajes.
– Y así es, pero ...
– ¿Pero?
– Es en Nueva York.
Se queda en silencio, mirándome de reojo. Sigue comiendo y no dice nada, y eso me pone nerviosa.
– ¿Y qué vas a hacer? – dejo el tenedor al lado del plato y suelto un suspiro mientras sostengo la cabeza en mis manos.
– No lo sé. No lo sé.
– ¿Cómo que no lo sabes? Skye, es la oportunidad de tu vida – me regaña cómo si fuese mi padre.
– Ya, pero está muy lejos y ... – no termino la frase porque sabe exactamente lo que voy a decir a continuación y me corta.
– Nyder no va a dejar que te quedes aquí por él, se va a enfadar.
– No sé cómo decírselo, ni cómo explicárselo.
– Pues es muy fácil: Nyder, me ha salido un trabajo cojonudo en Nueva York.
– No es tan sencillo, Jade.
No lo és, no lo entiende. Ahora, por fin y después de tantos años dando tumbos tengo una cierta estabilidad. Poco a poco voy recuperando los resquicios rotos de mi familia, tengo una casa, un buen trabajo, un grupo genial de amigos y un novio que es una pasada. No quiero perder todo esto, pero tampoco quiero perder esta oportunidad.
Después de comer hacemos la maleta, y al poco rato, Nyder pasa a buscarnos. Tras eso, vamos por Gertie y los cuatro salimos hacia la casa que hemos reservado.
– ¿Todo bien? – Nyder pone una mano en mi muslo y habla en voz no muy alta.
Tengo la mirada distraída en el paisaje de fuera del coche y no he hablado mucho durante el trayecto.
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My Morphine
Romance- Pareces... intoxicado. - Sí, quién sabe. Siento cómo si estuviera drogado cuando estoy contigo; no es que me meta o esnife, ni nada de eso. A no ser que tú lo seas, que tú seas una, o todas las drogas, cada una de ellas. En ese caso sí que me drog...