Quienes poseen al príncipe, poseen las leyes parte 1

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"Esto es entre tú y mi bera ahora", susurro Loki, justo afuera de la puerta. "Te veré después".

"Ahora me lo dices", se quejó Thor, cuadrando los hombros; Loki le pellizco las nalgas mientras caminaba, descaradamente, pero ayudando a Thor a encontrar una sonrisa mientras ingresaba a la Cámara del Consejo. No estaba encantado de hablar solo con el rey Laufey, y ciertamente no estaba contento de haber sido despedido tan bruscamente, pero reconocía que sus propios modales no habían sido los más pulidos en torno a Laufey y sus hijos, por lo que tuvo que esperar un poco de trato rudo a cambio. Había sido tratado bien en su exilio-aventura ahí, era justo.

La puerta se cerró detrás de él con un estallido sordo y Thor se quedó solo con el rey Laufey, el gigante que pasó toda su infancia matando en innumerables juegos de guerra, el enemigo que había soñado con vencer durante la mayor parte de su vida adulta.

"Siéntate", dijo Laufey, extendiendo una mano. "Bebe. Has viajado mucho estos últimos meses".

"He visto mucho", respondió Thor, reacio a tomar una de las sillas altas y estar sentado como un bebé, con las piernas colgando sobre el piso. En cambio, se entretuvo con la jarra de kumis, mirando alrededor de la habitación hasta que vio un banco bajo que podía alcanzar sin tener la indignidad de saltar sobre él. "Y aprendí mucho".

"¿Y qué piensas de Jötunheimr?"

"Es más de lo que nunca había esperado", dijo Thor tranquilamente. "Fui un tonto cegado por mi propia arrogancia cuando vine por primera vez aquí. Pero ahora veo un reino tan grande y maravilloso como cualquier otro, aunque está luchando y necesita de ayuda".

"No ayuda", dijo Laufey con cierta agudeza. "El regreso de lo que es nuestro. Lo que fue tomado".

Thor iba a admitir que, aun dado el daño que Jotunheim había sufrido sin el cofre, necesitaba ayuda, incluso después de que este fuera devuelto. Cualquiera que fuera la fertilidad y el poder que la reliquia le daba a la tierra, los alimentos, los suministros, y el comercio exterior, ayudarían a las familias que luchaban por la supervivencia.

"Estoy de acuerdo", dijo suavemente. "Y por eso he aceptado casarme con Loki".

Laufey se detuvo. "¿Has hablado con el Padre de Todo?"

"No", dijo Thor, confundido. "Quiero decir que acordamos con Loki casarnos​​".

 "¿Y esta es la decisión que tomarás ante el Padre de Todo?"

"Sí", dijo Thor, perdido en esa conversación. Laufey dijo que tenían mucho que discutir, ¿no quería escuchar lo que Thor pensaba de Loki? ¿El por qué quería casarse con él?

Tal vez él no entendía el cambio en el corazón de Thor. ¿Quizás estaba esperando para ver lo que Thor diría espontáneamente, para ver si Thor estaba dispuesto a declararle sus sentimientos acerca de Loki, para evaluar si su amor era real? Tal comportamiento no sería extraño en un padre preocupado por un matrimonio arreglado, aunque el pensamiento era difícil de reconciliar en un rey-guerrero, el cual lo miraba un rostro de piedra.

Recordó las palabras de Járnsaxa, esa última noche en Útgarðar. 'Puedes ver por qué nos preocupamos', había dicho él. La pérdida de un sváss era una agonía. Intento imaginarse a Laufey acunando a Loki el día en que nació; Pensó en él enojado por la muerte de Fárbauti, imaginando lo que tenía que ser esconder su miedo de su hijo, bajo una máscara estoica, recordando a su amor perdido, agitado por todo lo que había pasado.

"Voy a cuidar de Loki", dijo Thor con lo que espero, fuera una sonrisa tranquilizadora. "Lo amo, y lo haré feliz, lo juro. Haré un hogar con él en Asgard, pero vendremos aquí tan a menudo como podamos. Seré un buen marido para él".

(Wild Ambition Fortune's Ice Prefers)  LA AMBICIÓN PREFIERE EL HIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora