Quienes poseen al príncipe, poseen las leyes parte 2

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Thor se despertó solo en esa cama grande, estirándose y bostezando, mientras la luz temprana de la mañana entraba. Estaba un poco triste, pero no sorprendido; extendió una mano al montón de pieles junto a él, sintiendo un calor débil y persistente. Se imaginó a Loki tendido allí, mirándolo dormir, levantándose justo cuando Thor comenzara a moverse. Había sido un poco dramático para una separación de unos pocos días, pero lo entendía. A Loki no le gustaría que lo viera vulnerable, incluso en ese momento, y otra despedida, solo hubiera arruinado la que habían tenido la noche anterior a su ida.

Quizás eso era lo mejor, ya que cuando Thor tomo su mochila y a Mjolnir, no pudo evitar el nacimiento de una sonrisa en su rosto, ni la ligereza en sus pasos. Había deseado no tener que dejar a Loki atrás, pero para los Norn, era bueno que regresara a casa. Fue un vuelo corto hacia el lugar en donde lo encontraría el Bifrost, no viendo ni siquiera un alma cuando decidió salir del palacio a volar. Lo que estuvieran haciendo Loki o Laufey en ese momento, era difícil de saber, y mucho más difícil de vigilar, lo que significaba que ahora podían seguir con sus planes sin demora. Jotunheim había sido una aventura más grande de lo que jamás hubiera podido imaginar, pero en ese momento, en todo lo que podía pensar era en su ciudad, su gente y su mundo.

"¡Heimdall, abre el puente!", Grito al cielo gris, con la alegría y el alivio burbujeando cuando la incandescencia del arco iris se posó sobre él, un poco antes de que pudiera terminar de decir esas palabras. Se elevó a través de una salvaje ráfaga de color, siendo sostenido en el aire por los vientos interestelares. La complacida vibración del Mjolnir se mezcló armoniosamente con el del Bifrost, para que luego la luz brillante explotara a su alrededor, dejándolo sobre la entrada de bronce, sintiendo la cálida luz del sol recibiéndolo.

"Bienvenido a casa, mi príncipe", dijo Heimdall, con una leve sonrisas parpadeando en su rostro, que por lo general se mantenía serio.

Casa. Thor sonrió como un colegial. "Es bueno estar de vuelta", dijo, palmeando a Heimdall en el hombro. El portero levanto una ceja.

"Has estado ocupado en Jotunheim", dijo, como siempre, sin que se le escapara nada. "Tu padre está muy interesado en escuchar lo que tienes que decir".

"¿Qué le has dicho ?" pregunto Thor.

Heimdall sonrió. "Nada", dijo. "Mi deber es buscar el peligro en ese reino y todo lo que he visto apunta a la seguridad para todos nosotros".

"Gracias", dijo Thor, agradecido por su discreción. Se detuvo un momento, pero luego continuo, Heimdall había visto mucho, por no decir que todo, por lo tanto, no había necesidad de disimular. "¿Seguirás vigilando a Loki? ¿Hasta que lo vuelva a ver?

"Por supuesto, mi príncipe", dijo Heimdall, con la diversión brillando en sus ojos profundos. "Mientras él me lo permita."

Fue suficiente para Thor; asintió con la cabeza y pasando junto a Heimdall, saliendo del Observatorio hacia el puente resplandeciente que había más allá. Allí, como él esperaba, estaba su fiesta de bienvenida: los tres guerreros y un puñado de Einherjar, estaban ahí para escoltarlo a la sala del trono, para ver a sus padres, de la manera que correspondía al regreso de un príncipe.

"¡Thor!" Grito Volstagg, saludándolo con gran felicidad, llamando su atención antes de que lograra perderse entre las docenas de armaduras frente a él.

"Mis amigos", dijo, sonriéndoles y saludándolos, y ellos se acercaron, ansiosos y alegres en sus saludos. Era tan bueno volver a verlos, por lo que los abrazo con fuerza, riéndose de las numerosas preguntas.

"Te ves bien", dijo Sif, mirándolo de arriba abajo, deteniéndose en su cabello trenzado. "Jotunheim no fue tan malo, ¿verdad?"

"Jotunheim era exactamente lo que necesitaba", dijo, sonriendo ante sus expresiones de asombro. "Les contaré todo. Pero primero debo ver a mi madre y a mi padre".

(Wild Ambition Fortune's Ice Prefers)  LA AMBICIÓN PREFIERE EL HIELODonde viven las historias. Descúbrelo ahora