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Lia se miraba en el espejo de la habitación de Taehyung mientras abrochaba el colgante en su cuello. Se quedó quieta durante un segundo, mirando su reflejo detenidamente. Estaba muy guapa. Por primera vez en mucho tiempo, Lia se veía guapa. Su vestido azul oscuro y su pelo semirecogido le favorecían mucho aquella noche, y el leve toque de maquillaje muy natural hacía resaltar sus facciones. Supo que aquella cena iba a ser una buena cita. Pero no era nada de aquello lo que más confianza le daba a Lia para sentirse bien. Era Taehyung. Desde que salía con él, Lia había ganado mucha confianza en sí misma. A veces era capaz de dudar como un chico tan precioso podía estar tan locamente enamorado de ella. Pero aquella noche de verano, Lia realmente se sentía bella y cómoda en su cuerpo.

Mientras retocaba su pelo con sus manos, unos brazos la rodearon por detrás a la altura de su cintura, seguidos de unos labios que comenzaron a besar la piel de su hombro, provocando que su vello se erizase.

-Soy el hombre más afortunado del mundo. -susurró a su oído.- Mírate, estás... preciosa.

Su voz hizo que Lia cerrase sus ojos instintivamente. Sintió el roce de más besos por su cuello subiendo hasta su mejilla. Se dejó apoyar contra su cuerpo, que le sujetaba por detrás; y al cabo de unos segundos, abrió los ojos para darse la vuelta y hacerle frente. Taehyung también lucía más que precioso, especialmente en aquel conjunto más elegante con su camisa metida por dentro de sus pantalones negros y sus gafas de pasta.

-Te amo. -dijo ella encima de su boca antes de besar sus labios con amor.

Las manos del chico descansaban en la cintura baja de Lia. Mientras se besaban, él las apretaba ahí, pero sin moverlas de su sitio. Fue entonces cuando ella misma tomó sus manos para colocarlas más abajo a la vez que reía levemente sobre su boca.

-Tienes todo mi permiso. -le dijo Lia.

El peligris rió también y continuó chupando sus labios mientras esta vez, apretaba sus manos contra la tela que cubría el trasero de la chica.

-Oh. -soltó ella al separarse y mirar los labios sucios de su novio.- Te estoy manchando de pintalabios, perdón.

Taehyung dejó unos cuantos picos más en su boca para demostrarle que aquello le era más que indiferente.

Al cabo de unos minutos la pareja salió por la puerta para disfrutar de una clásica cena romántica en un restaurante elegante en el centro de Seúl. Cogidos de la mano, pasearon por las calles de la ciudad mientras hablaban tranquilamente de cosas triviales. Se sentían bien aquellos días de tranquilidad después de todo el caos vivido días atrás. El verano había empezado algo agridulce, pero definitivamente aquel era un buen momento para Lia y Taehyung.

La mesa hasta la que les guió la amable camarera estaba situada justo enfrente de una ventana que daba a un jardín precioso. La chica y el peligris se reflejaban en el brillo de los ojos del otro mientras disfrutaban de la cena.

-¿Qué te parece ir mañana a visitar a mi familia, Lia? -preguntó Taehyung.

-Me parece perfecto. -sonrió.

-Daebak.

-¿Te acuerdas del día que los conocí? -rió ella.

Taehyung recordó entonces la sensación tan incómoda que tuvo el día que Lia se encontraba en su casa y su familia entera apareció de sorpresa. Supo enseguida que su madre ya se había percatado de todo...

-Claro que me acuerdo... -rió también él.- No creo que se sorprenda nadie en mi casa cuando les digamos que estamos saliendo.

-¡Quiero ver de nuevo a tus hermanitos!

Deal {Kim Taehyung}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora