Deal {Kim Taehyung}

19

Hacía horas que la luz entraba por la ventana, filtrándose por la tela de las cortinas. Taehyung abrió sus ojos lentamente. Sintió una presión en su brazo izquierdo, el cual tenía estirado. Vio entonces a lo que creyó que era un ángel dormido. La cabeza de Lia reposaba en su brazo. Taehyung movió mínimamente su mano derecha, que abrazaba el cuerpo de la chica, acercándola más a él. Las largas pestañas de Lia decoraban sus ojos cerrados, y el chico se mantuvo quieto, contemplando como su pecho subía y bajaba con paz. Taehyung la miraba enamorado, derrochando miel por los ojos. No podía creerse que por fin, después de tanto tiempo y una gran cantidad de fracasos, hubiera tenido la suerte de tener a su lado a Lia.

La chica comenzó a moverse lentamente, y llevó una mano a su cara para rascar su ojo perezosamente.

-Buenos días. -dejó salir Taehyung con su voz rasposa de las mañanas.

Una sonrisa se formó automáticamente en los labios de Lia, que aún mantenía sus ojos cerrados.

-Buenos días. -murmuró ella de vuelta.

-¿Quieres dormir más?

Lia abrió sus ojos, y acto seguido, se acercó más al cuerpo de Taehyung, el que confundido, se dispuso a hablar, pero no le fue posible porque los labios de la chica se estrellaron con torpeza contra los suyos. Igualmente, no fue por mucho tiempo, puesto que desplazó sus besos a su mejilla, su sien, su nariz, su frente, su barbilla... Lia besó cada centímetro de la cara del chico.

-Me tomaré eso como un "no". -rió Taehyung, feliz.

Lia tomó su mano para besar sus nudillos.

-Prefiero esto, sinceramente.

Taehyung acarició su cabello con cariño, enrollando mechones entre sus dedos.

Permanecieron en aquella cama por unos minutos, en silencio, abrazados. Hasta que el estómago del chico comenzó a rugir en demanda del desayuno. Se levantaron y caminaron hasta la cocina, donde desayunaron entre bostezos, risas, miradas y un Yeontan travieso que apoyaba sus patitas en las piernas de su dueño y su amiga pidiendo comida.

Taehyung recordó que aquel iba a ser el último día que Lia iba a quedarse en su casa a dormir, por el momento. Se le ocurrieron mil maneras de pasar el día juntos. Sin embargo, el timbre sonó cuando la chica y él estaban recogiendo la mesa de la cocina.

El peligris caminó hasta la puerta, y cuando la abrió se quedó petrificado al ver aquella imagen.

-¡SORPRESA! -gritaron todos a la vez.

El señor y la señora Kim estaban ahí delante, sonriendo y cargando un montón de bolsas, justo detrás de los pequeños Eunji y Yeongsu, que miraban con sus espectantes ojos gigantes a su hermano mayor.

El corazón de Taehyung se agitó de felicidad al ver a su familia, lo más importante para él, y dejó que sus labios le tiraran en las comisuras para mostrar la sonrisa más grande de su vida.

-¡HOLA! -saludó el chico.- ¡Habéis venido!

-¡Sí, cariño! -dijo su madre.- ¡Hemos traído kimchi! -señaló levantando sus bolsas.

Taehyung rió y con alegría, se apartó para dejar pasar a todos. Abrazó a su madre, besando su mejilla, para luego darle otro abrazo a su padre.

-Ah, Taehyung-ih, te haces mayor, hijo. -suspiraba su padre.

-Esa es la cosa, papá.

El peligris se agachó para alcanzar la altura del pequeño Yeongsu, a quién cogió su carita para estrujarlo contra la suya.