Día 16. Bajo el agua.

10.1K 322 57
                                    

La dulce pareja disfrutaba de un día tranquilo en la piscina de su casa en la playa. Las vacaciones de verano eran largas y tortuosas ya que no había mucho que hacer más que la limpieza del hogar. Y, siendo sinceros, eso también era muy aburrido. Y digamos que cierto pelinegro odiaba el aburrimiento. Así que, queriendo jugar un poco, el ojinegro se aproximó a su pareja y se sentó a su costado en el borde de la piscina. 

—Oye Freddy. Se me ocurría que para pasar el rato jugáramos a verdad o castigo.— Susurró mientras dejaba sus pies dentro del agua y los balanceaba de adelante hacia atrás cual niño pequeño. —¿Qué dices? 

—No suena mal. La verdad es que estoy muy aburrido.— El menor volvió la mirada a su pareja y le sonrió tierno —¡Vale! ¡Juguemos entonces!

Juntando sus manos, el mayor dio una perlada sonrisa y le miró —¡Vale! Entonces ven— Palmeó el lugar a su costado y sonrió —Ven a sentarte conmigo.— El castaño asintió y con ambos brazos se impulsó para salir del agua y quedar sentado junto a su mayor. —Bien... Pido primero. Escojo Verdad.

—Mmm~...— Freddy miró hacia otro lugar para poder pensar en una buena pregunta. Una vez se le ocurrió una, sonrió y miró a Fred— ¿Qué es lo que más te atrajo de mi?— Preguntó inocentemente, sonriendo ante la mirada cariñosa que le dio su novio. Fred dirigió su mano derecha hacia la mejilla de Freddy y la acarició con los nudillos. Ambos disfrutaron aquel sutil tacto.

—Tú timidez. Eres tímido incluso en el sexo. No importa que yo haya visto tú cuerpo mil veces, tú sigues apenándote cuando te veo desnudo— El ojiazul rió avergonzado ante esa respuesta. Era curiosamente cierto aquello. Freddy seguía sintiendo vergüenza sobre que Fred viese su cuerpo desnudo, a pesar de llevar años siendo pareja. —Muy bien, te toca. ¿Verdad o castigo?

—C-Castigo...— Susurró en un hilillo de voz. El ojinegro sonrió lascivo y se retiró la camiseta que cubría su marcado y trabajado abdomen. Freddy pareció babear al ver el cuerpo esculpido de su novio. Pero escuchar la ronca risa socarrona de Fred lo sacó de sus ensoñaciones. Fred, aún sin decir cuál sería su castigo, entró al agua, sentándose sobre las baldosas que formaba una gran barra en la piscina. El pelinegro le extendió la mano a su compañero con una sonrisa y susurró.

—Tú castigo será cabalgar sobre mi miembro hasta correrte. Y todo... dentro de la piscina.— Susurró lascivo y las mejillas del más pequeño se encendieron furiosamente. Asintiendo sumisamente a la orden de su mayor, Freddy entró en el agua y se colocó sobre el gran e hinchado miembro del mayor. Antes de retirarse su bañador, Fred lo tomó por las manos y le hizo mirarle. —Venga, quítate también la camiseta, no seas tímido. Quiero contemplarte mientras lo hacemos— Susurró con la voz ronca y mordió el lóbulo de la oreja del castaño. Freddy se sonrojó aún más si es que eso era posible. 

Asintiendo obedientemente, se retiró la camiseta que cubría su abdomen. Sus rosados botoncitos ya se encontraban duros, al igual que su pequeño glande, apresado debajo del bañador. —Quítate el bañador.— Sin rechistar así lo hizo, se retiró el bañador lentamente, sintiendo sus glúteos rozarse contra el duro pene del mayor. No evitó soltar un pequeño suspiro placentero al sentir aquello. Fred rió. —Ahora quítame el bañador— Le retiró el bañador, ya exasperado por iniciar con aquel dulce y placentero castigo. 

Fred notó que su compañero perdía la compostura y, tras situar sus dos piernas a sus costados, sin previo aviso insertó su miembro completo en la rosada entrada del menor. Freddy sintió el gran glande invadir su pequeña abertura sin ninguna clase de cuidado y gritó,  dejando escapar todo el aire que había retenido. 

—¿Se siente bien?— Le susurró el mayor al oído, haciéndolo delirar. El dolor era tolerable, pero el placer de la primera estocada ya lo tenía a punto de crema. —Me encantas, Freddy.— El mayor repartía besos húmedos por su cuello, pecho y mejillas, sonrojando al menor como a un pequeño tomate. 

—F-Fred~ M-Muévete, por favor~...— Pidió el menor en voz baja, casi inaudible. El de piel pálida asintió y comenzó a embestir al más bajito mientras sujetaba sus caderas con ambas fuertes manos. Seguro aquello le dejaría marcas. Freddy se sentía en la gloria. El agua volvía todo un poco más sencillo y su piel caliente contra el agua tibia le ponía los vellos de gallina. 

Sus pequeños y rosados botoncitos rozaban contra los pezones de Fred cada que él levantaba el culo para auto-penetrarse mejor. Fred entonces soltó a Freddy y lo dejó marcar el ritmo, comenzando lento esta vez pero cada vez saltando más rápido y profundo. Se sentía malditamente bien, no lo negaría. 

—M-Mmmghmmm~ F-Fred~ A-Aaaah~— Freddy se perdía en el placer a cada embestida. Su miembro palpitaba necesitado y su vientre hormigueaba. Se sentía tan bien. —M-Más~— Solo aquello bastó para que Fred cayera rendido ante su lujuria.

Tomando posesivamente los glúteos de su amado, marcó su propio ritmo, rápido y fuerte tal y como a él le gustaba. —A-Aaah~ Freddy~ Así pequeño, así~ Ah~ Qué delicia~

Ambos, ahora consumidos por su deseo animal de sexo, follaban con todo lo que tenían solo para saciar sus deseos de placer y satisfacción. Fred embestía cada vez más rápido la entrada de Freddy mientras este gemía alto su nombre sin importarle si alguien podía escucharlos. El agua se movía rápidamende debido a sus movimientos y el choque que se escuchaba al momento de juntar sus pechos era simplemente excitante.

Sintiéndose lleno, Freddy pronto se corrió, chorreando de a montones su esperma y viendo como este se diluía dentro del agua, mientras Fred seguía embistiéndolo salvajemente, sin satisfacerse del todo.

Hasta que sintió rozar una y otra vez la próstata del más pequeño fue que pudo correrse, su deliciosa y caliente semilla dentro de Freddy, mientras por debajo del agua sujetaba su enorme y redondito trasero. 

—Aaaah~ Q-Qué delicia~— Susurró Freddy sintiendo el semen del mayor dentro suyo, llenándole. Cuando Fred salió pudo ver como su semen caliente salía del interior de Freddy y se diluía con el agua de la piscina. 

A pesar de parecer repugnante, a ambos la sola idea de haber follado dentro del agua los excitó. 

—¿Otra ronda?— Susurró Freddy con una sonrisa mientras rodeaba el cuello del mayor con sus brazos.

—Mejor en la ducha.— Fred tomó por las caderas al menor y, luego de ponerse el bañador, ambos salieron de la piscina camino adentro. Se secaron y fueron a la ducha de su cuarto, dispuestos a follar otra vez.


El siguiente día será una continuación de este. 

30 Days of OTP |Frededdy|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora