Capitulo trece

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Narra Alba

Me levanté despacio de la cama para intentar no despertar a Natalia mientras miraba como dormía agarrando fuertemente la almohada. Abrí la puerta de la habitación lentamente, para después cerrarla despacio sin hacer ruido, encontrándome con María.

-Albi, has mirado por la ventana?- Me preguntó con una taza de cola cao en sus manos

-No, por? Y que haces despierta?- La pregunté confusa.

-Mira por la ventana y te lo diré- Me respondió, sonriendo.

Me dirigi hasta la ventana, abrí las cortinas y levanté las persianas, no me creí lo que estaba viendo. Me quedé paralizada viendo la calle, estaba llena, comencé a dar saltitos y a sonreir como una niña de ocho años y sin quererlo, grité.

-NIEVEEEEEEEEEE- Grité mientras seguía dando saltitos sin apartar la mirada de la ventana, viendo como caían los copos de nieve y la calle teñida entera de blanco.

-Tsssss no grites Alba, son las seis de la mañana- Me ordenó María mientras se colocaba al lado mio, mirando las dos por la ventana.

-Que guay jopeee, aunque seguro que con este grito, he despertado a Nat- Dije riéndome en bajo.

-No te equivocas- Comentó Natalia desde la puerta de la habitación mientras bostezaba, en efecto la había despertado.

-Lo siento Nat... - Me disculpé, mientras ella se ponía detrás mio agarrándome de la cintura.

-Piénsalo por el lado bueno, te tenías que despertar ya morena, teneis que ir a trabajar, supongo que estareis cansadas de anoche, no parasteis seguramente- Añadió María mientras se terminaba el cola cao.

-Maria!- La empuje suavemente algo molesta y sonrojada, mientras Natalia se reía.

-Bueno, nos vestimos y eso Albi?- Me dijo, dándome un beso en el cuello, abrazándome por la espalda.

-Si, claro, vamos o llegaremos tarde- 

Nos preparamos cada una nuestro desayuno para después prepararnos para ir a trabajar. Me abrigué muchísimo ya que hacía mucho frio fuera. Vi a Nat salir del baño con la chaqueta militar que la compré, la quedaba tan bien que me enamoré de ella completamente.

-Te has puesto la chaqueta eh?- La pregunté sonriendo sonrojada.

-Me gusta mucho, acertaste bastante... Vamos ya?- Me respondió acercándose a la puerta.

-Si!! Quiero jugar ya con la nieve, vamos Nat- Dije ilusionada.

-Chicas, yo os acompaño vale?- Dijo María acercándose también a la puerta.

Bajamos a la calle las tres, hacía muchísimo frío pero eso no impediría que yo me tirara a la nieve, creando un ángel moviendo los brazos y las piernas mientras reía.

-Pareces una niña de cinco años- Me dijo Natalia, mientras se reía.

-Siempre ha sido así, venga vamos Alba que llegais tarde a este paso- Me avisó María, dándome la mano sonriendo.

Seguimos nuestro camino hasta la cafetería, entramos y nos cambiamos de ropa. El cambio de temperatura era notorio, se estaba mucho mejor dentro que fuera aunque yo quería seguir jugando con la nieve. María se sentó en un taburete alto enfrente mio, la barra nos separaba.

-Que se supone que vas a hacer aqui a las siete y media de la mañana Mari?- La pregunté confusa.

-He quedado con Marta a las diez para ir a esquiar y no se me apetecía venir aqui con vosotras, por cierto ponme un café anda- Me explicó mientras bostezaba. 

Mi única drogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora