Capitulo diecisiete

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Narra Natalia 

-Pues algo tendremos que hacer no?- Preguntó Miki.

-Por suerte, a Miki y a mi no nos han visto la cara, lo cual nosotros estamos a salvo- Añadió Famous.

De repente la puerta de la lonja se abrió de una patada asustándonos a todos hasta que vimos quien era.

-Joder media hora tocando y no me abrís, estais sordos o.... Marta!!!- Maria fue corriendo hasta el sillón de Marta y se tiró encima de ella mientras la besaba y se reían.

-Ya te dije que estaba bien bebe, tranquila- La dijo Marta, mientras María se sentaba encima suyo.

-Que tal vas morena?- Me preguntó mientras notaba la cabeza de Alba posarse en mi hombro.

-Mas o menos, tengo todo esto vendado- Respondí mientras levantaba un poco mi camiseta dejando ver algo de mi vendaje.

-Chicos, podemos volver al tema? Y que haces aqui María?- Preguntó Miki.

-Pues Marta me dijo que viniera, nada más, y antes que digais nada ya se todo lo que ha pasado...- Respondió rodando los ojos.

Alba se aferro a mi brazo mientras me daba besos en la mejilla, me ponía hasta con besos en la mejilla, no entendía nada. En un momento la agarre del mentón y la di un suave y corto beso en esos labios tan provocativos.

-Y las otras besandose cuando una de ellas esta en busca y captura...- Dijo Miki, molesto.

-Venga va chicos enserio, que vamos a hacer?- Preguntó Famous poniendo orden.

-Conozco a alguien que nos podría ayudar o eso creo, se llama Carlos, Carlos Rigth- Dijo María mientras se miraba las uñas.

-Y por que nos podría ayudar? Estaría bien que dieras mas información- Contesté yo algo nerviosa. No se por que contesté de esa forma.

-Eh, relajate morena, no es mi culpa que hayas tenido un novio que es un cabrón, yo solo vengo aqui para ayudarte a ti y a tu mejor amiga que es mi novia- Añadió ella mientras me miraba frunciendo el ceño señalándome.

-Venga ya esta chicas, Nat relájate- Me exigió Alba mientras me daba un beso en la mejilla. -sigue hablando Mari-

-Es policía- Continuó 

-COMO?!- Gritó Marta dando un pequeño saltito, haciendo que María se moviera un poco.

-Pero que cojones?! Como nos va a ayudar si es policía!!- Dije yo incorporándome, soltando un quejido debido a la herida.

-Déjala que termine Natalia!- Me llamó la atención Miki, haciendo que me sentará de nuevo soltando un suspiro.

-Gracias, digo que nos puede ayudar por que bueno, siempre es el que me ha pillado estando pedo y bueno al final nos hicimos amigos, tal vez podríamos hablar con el y que nos explique algo yo que se- Explicó María, sacando su teléfono.

-Hazme el favor de llamarlo- Ordenó Famous.

-Pero tu estas bien de la cabeza Famous?- Respondí yo algo nerviosa.

-Te vas a callar de una santa vez?- Me dijo Alba cabrada.

-Perdón... Ya me callo...- 

-Ya he hablado con el y le he mandado la ubicación, en veinte minutos estará aqui- Informó María.

-Perfecto- Comentó Miki.

Después de veinte minutos 

Estabamos hablando de temas sin importancia cuando de repente alguien tocó la puerta, todos supusimos que era ese tal Carlos.

-Ya voy yo- Dijo María, levantándose de encima de Marta.

Se aproximó a la puerta y la abrió dejando pasar a Carlos. Se nos quedó mirando a Marta y a mi durante unos diez segundos. Hasta que reaccionó.

-Vosotras dos las manos arriba!!- Gritó el, apuntándonos con una pistola que sacó de su bolsillo.

Marta y yo levantamos las manos y nos pusimos en pie, hasta que María colocó las manos en la pistola de Carlos, bajándola poco a poco mientras reía nerviosa.

-Carlitos, Carlitos... Baja la pistola anda, te tenemos que explicar unas cosas vale?- Le explicó.

-Pero estos son amigos tuyos? María, son criminales!!!- Dijo el guardando la pistola mientras que Marta y yo nos volvíamos a sentar mientras nos mirábamos asustadas.

-Toma asiento anda...- Le dijo, empujándole hasta sentarlo en el sofá, al lado de Alba.

-Por que coño me has traído aqui María?- Preguntó el, nervioso.

-Chicos, explicaros- Respondió ella, mirándonos a todos.

-Bueno, lo primero, encantada, me llamo Natalia Lacunza y junto a ella- señalé a Marta- Marta Sango, entramos a la fabrica de acceso restringido, pero tenemos buenos motivos- Me explique yo.

-Vale... Yo me llamo Carlos Rigth y soy uno de los policías mas importantes de todos Madrid, dame esos motivos- Se presentó el.

Le comencé a explicar quienes eramos, los que habíamos robado tantos bancos en Madrid, después los demás se fueron presentando uno a uno. Le expliqué quien era Mikel y el mensaje de amenaza que me había enviado. Por que habíamos ido hasta la fabrica y todo lo demás.

-Ah, muy bien asi que a parte de ser los que entrasteis a la fabrica, sois los que robasteis mas de diez bancos? Te estas entregando o que?- Me preguntó el con sarcasmo.

-Nosotros no fuimos los únicos que robamos, falta Mikel, pero que yo sepa en comisaría no conocen nuestra cara no?- Pregunté yo, sonriendo.

-Y menos mal que no lo saben- Dijo el riéndose irónicamente. -Sigo preguntándome por que sigo aqui- 

-Queríamos saber que podríamos hacer para no acabar en prisión Marta y yo- Dije yo.

-Basicamente, pagar la fianza, si os pillan en cuanto os metan a la cárcel para sacaros tendreis que pagar una cifra de dinero exacto- Explicó Carlos.

-Y no se puede hacer de otra forma sin entrar a prisión?- Preguntó Marta.

-Tendría que hablar con el jefe de comisaría, la fianza sería de 35.000 euros en total mas o menos- Informó el.

-Tanto dinero?! A ver de donde sacas eso morena...- Me dijo María riéndose. 

-Podríamos ir ahora a comisaría y tu preguntarle al jefe?- Preguntó Marta.

-Claro, vamos ahora pero os estaís jugando entrar en prisión, os lo recuerdo-  Recordó Carlos.

Salimos Marta y yo de la lonja y nos montamos en el coche policía de Carlos, rumbo a la comisaría.

Carlos aparcó en frente de la comisaría y cuando aún estabamos dentro del coche sacó unas esposas.

-Toma, os las poneis la una a la otra- Ordenó -Así se pensaran los polis de la entrada que os he arrestado- 

Asentimos y salimos del coche las dos con las esposas colocadas en las muñecas caminando detrás de Carlos.

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Creeis que Marta y Natalia se van a librar de entrar a prisión?

Mi única drogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora