-Apenas si te conozco y siento tantas cosas por ti, es extraño.
-Pienso igual... -Le dije a Dom. -Aunque quizá todo esto del fin del mundo nos haga sentir esto...
-No, no es porque vayamos a morir que te digo esto. De verdad te quiero.
Estábamos acostados sobre una cama de hojas secas, mirábamos el cielo azul y algunas nubes.
-Qué te gustaría hacer mañana?
-Mmm...quiero estar contigo. -Le dije con voz mimada.
-Y pasado mañana?
-También. Y tú? -Le dije a Dom y él no contestó. Volteé mi cabeza y grité sin poder evitarlo.
-Dominic! No!!
Desperté de un salto, llevé mi mano a mi cuello y recordé que había perdido el collar que Dominic me regaló cuando forcejeaba con los militares. Adam me veía fijamente desde una silla junto a mi cama. Era el soldado que me había ayudado los últimos días a sobrevivir. Velaba mis sueños siempre, ya que, no quería que nadie me hiciera daño, en especial de Phillips, quien me veía de manera pervertida. No entendía el porqué me ayudaba pero tampoco quise preguntar. Por ahora.
-Otra vez la pesadilla.
Asentí, había tenido el mismo sueño 2 o 3 veces. Aún estaba en shock. Habían pasado 4 días de la muerte de Dominic, no había podido llorar más su muerte, había algo que me lo impedía. Adam no me dejaba ni un minuto. Tenía algún poder extraño sobre el líder, era raro si no poseía un rango superior. Se la pasaban hablando de cosas militares.
Ese día me apresuré a preparar algo de comer junto a Maddie. Era otra rehén de los militares. Era sólo una niña de 16 años. Me sentí mal al ver uno de sus ojos morados.
-Quién te hizo eso?
Ella bajo el rostro y siguió abriendo huevos en el sartén.
-Ya sabes, uno de ellos.
-Deseo romperle el cuello a cada uno.
-A ti no te han tocado, siquiera.
-Tengo que satisfacer al Sargento Carter. -Mentí. Adam no me había tocado un pelo. A veces me daba miedo que cobrara su protección con algo más pero sabía que le quebraría la nariz primero.
-No me gusta saber que cada día pueden traer una chica más. Son unos miserables.
-Quiero morir, Raven. No quiero estar más aquí pero a la vez me aterra morir.
-Todo saldrá bien, confía en mí.
Luego de servir el desayuno a los militares, fui a un camión cisterna de agua, Maddie y Dafne, una mujer madura que también era rehén me acompañaron. Habíamos cerca de 7 chicas.
-Crees de verdad que salgamos de aquí? -Maddie dijo mientras llenabamos un botellón.
-No lo sé. -Dije viendo el desierto. Llevé mi vista a un soldado cercano, él me observó serio, volví mi vista al desierto nuevamente y vi un reflejo de algo en del desierto.
Fui a la tienda dónde estaba Adam. Habían otros soldados durmiendo, llevé una vaso con agua y él sintió mi presencia porque abrió los ojos de inmediato.
-Quiere agua, señor?
Enarqué una ceja y él entendió de inmediato. Salimos de la tienda y la rodeamos por detrás de ésta.
-Qué sucede?
-Vi un reflejo en el desierto, sobre el camino del norte.
-Un auto?
-Estoy casi segura.
-Escuché a Phillips hablar de un cargamento de armas, municiones y alimentos. Quizá es el camión.
-Desde el norte? En un auto? Acaso no lo traen en avión y sueltan la caja?
-Sólo llevo aquí una semana, hasta el momento no he visto nada de eso y sí, así envían las proviciones en la mayoría de casos.
Llevé mi vista al suelo, sentía mis pies quemarse por el calor del desierto.
-Estoy planeando nuestro escape. -Adam dijo algo dudoso.
-Escape? Cómo?
-Shh! Aún tengo que coordinar algunas cosas.
En ese momento sentí miedo y felicidad mezclada. Adam frunció el ceño, me tomó con fuerza de los brazos y me besó. Traté de apartarlo con mis manos en su pecho pero tenía mucha fuerza.
-Sargento Carter! -Adam de separó de inmediato. -Podría utilizar sus horas de descanso para satisfacer sus necesidades?
-De hecho, señor, esta es mi hora de descanso.
El teniente me miró con perversión.
-Bien, entonces siga disfrutando pero no aquí dónde me provoca a mí.
El tipo rozó sus dedos en mi mejilla y yo quité mi rostro. Él se rió con burla y se fue. Llevé mi vista a Adam.
-Eso estuvo cerca. -Adam dijo y me tomó del brazo para halarme para la tienda.
-Cerca? -Dije y me solté. -Por qué me besaste?
-Calla! Te van a escuchar! Acaso quieres ser la cita de Phillips esta noche? Agradece que te salve la vida.
-No te pedí que lo hicieras.
Adam me miró dolido.
-Iré a dormir, en un par de horas es mi turno.
Él se fue y yo fui donde las chicas. Ese día transcurrió con normalidad. No hubo nada diferente. No trajeron más mujeres pero la comida se estaba acabando, al igual que el agua. Traté de asearme un poco pero era imposible. Siempre había un soldado observándome. Entré a la tienda y estaba vacía. Me recosté en la cama y traté de descansar, no quería dormir pero era imposible, estaba tan cansada. Siempre dormía intervalos muy cortos por la noche. Cerré mis ojos luego de un rato.
Desperté al sentir la mano de alguien en mi boca. Traté de gritar pero fue imposible, Phillips me tenía ahora en su manos. Él me enseñó una navaja y me colocó en el rostro.
-Harás lo que diga o no sólo voy a arruinar tu hermoso rostro sino que te mataré.
-Sentí el frío de la cuchilla y cuando me destapó la boca grité.
-Adam!! Ayuda!!
El tipo me abofeteó con fuerza.
-Llámalo todo lo que quieras, él no te escuchará.
El maldito me había amarrado de manos. Empezó a quitarme la ropa, yo volví a gritar, traté de patearlo pero era muy fuerte y sostuvo mis piernas
-No! Ayuda! Por favor! Adam!!
Lloré por la repulsión, el tipo me tomó sin compasión alguna. No era la primera que me pasaba. Siendo prostituta lo había vivido pero era una de las cosas más horribles que jamás nadie merece pasar. Me había cansado de gritar, pensé en lo peor, Adam muerto. El miserable se apartó luego de unos minutos y acarició mi rostro.
-Fue difícil pero valió la pena.
Empecé a llorar nuevamente. Estaba muerta en vida, me sentía sucia, sólo quería morir, desaparecer para siempre. En ese momento todo pasó muy rápido. Hubo una explosión afuera. Se escuchaba un caos, el miserable de Phillips se puso en pie para buscar su pantalón y en eso sólo sentí un baño de sangre sobre mí.
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Ciudad en Ruinas: La caída del Capitolio
General FictionLuego de la muerte de Dominic, Raven acepta la ayuda de un militar. Su único objetivo ahora es asesinar al presidente Keith. Nada le importa, incluso si pierde la vida en el intento. Historia original de mi persona. Ilenne Corrales, 2019. Derechos...