Capítulo 3: Dícelo a Keith.

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-Por qué me diste la dirección del parque acuático? -Le dije a Adam quién había hecho una fogata en un estañon.

-Era discreto. Alejado, fácil de llegar.

-Cómo sabías que estaba allí?

-Coloqué una cámara en la entrada. Estaba pendiente a ella.

-Y dónde estabas?

-Cerca de allí, sólo que la gente de Keith me halló y claro cuando salí del motel me siguieron.

-Por qué te siguieron?

-Por qué? Porque te estoy ayudando.

-Es estúpido.

-Entiendes que a quién quieren es a tí?

-Si fuera así me hubiesen matado en el hospital.

-No, Raven. Ellos no saben tu nombre. Solo saben que hay alguien que sabe de la cura pero no saben que eres tú. En todo sentido.

Fruncí el ceño cuando Adam me señaló, lo miré confundida. Él pensaba que yo era la cura. Que en mi organismo estaba la respuesta. En cierto modo sí pero...

-Esto se te cayó el día que llegamos al campamento. Tuve suerte de encontrarlo.

Abrí mis ojos y observé el SD que Dominic me había entregado antes de morir. Lo tomé y lo vi fijamente.

-Lo guardé para tratar de manipularte si lo ameritaba. Hice una copia y la guardé.

-Qué? Si lo ameritaba?

-Desconfío de todo el mundo Raven pero no de tí, ahora.

-Te vas a poner sentimental?

-Raven, conoces o sabes algo de la cura?

Miré a Adam fijamente. No quería que sospechara que le mentía.

-No, si supiera algo se lo diría a las autoridades.

-Voy a comprar comida china aquí cerca, quieres ir?

-No.

-Quieres algo en especial.

-Cigarrillos.

-No deberías...

-Que sean 2 cajetillas y unas toallas femeninas.

Adam me miró serio, cargó una arma pequeña y me la acercó.

-Por si acaso.

Me quedé en el vagón dónde estábamos hablando. Tenía sueño, llevaba días sin poder dormir pero ya no tenía confianza en hacerlo. Cada vez que cerraba los ojos aparecía él.

-Debo mantener mi mente ocupada.

Recordé los componentes de la cura mientras Adam volvía.

-Es increíble, pocos lugares siguen abiertos. La evacuación gradual de la ciudad es evidente. Aquí tienes.

Abrí la bolsa, vi las cajetillas, un encendedor, varios tipos de toallas femeninas y una bolsa de dulces.

-Gracias.

-De nada. Aquí tienes, arroz cantones.

-Arroz?

-Te dará energía.

-Para qué?

-Come.

Le di un bocado a la comida y Adam me observó esperando mi reacción.

-Y?

-Esto sabe muy bien.

-Lo sé. Llevo 3 días comiendo allí.

Ciudad en Ruinas: La caída del CapitolioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora