Nos habían llevado a Nueva York, Adam estaba algo grave. Me tomaron los signos y me aislaron. Habían militares en mi puerta. Tomé un baño y me recosté en la camilla. Miré el reloj de Dominic y me sentí mal.
-Pronto vengaré tu muerte...lo prometo.
Muy en el fondo deseaba llorar por la perdida de Dom pero había algo que me lo impedía aún. Traté de dormir un par de horas, por alguna razón me sentí a salvo.
-Señorita, Clark.
Desperté y miré un tipo junto a mí.
-Soy el detective Jenkins. Queda arrestada por atentar contra la vida del coronel Hawkins.
-Qué? -Dije indignada.
Un par de policías me esposaron y me sacaron del hospital. Caminé con ellos hasta un auto y me metieron sola en este. Al entrar vi a Adam o como se llámase.
-Todo salió de acuerdo al plan.
-Púdrete!
-Cecile, vamos.
-Eres un maldito hijo de...
-Lo siento, sí? Estuvo mal lo que hice pero no tenía opción.
-Podrías quitarme las esposas, al menos.
-No. Quiero que hablemos primero.
-Ahora si quieres discutir sobre el plan.
-Nada salió mal, Raven. Estamos en Nueva York. Es más cerca que Misisipí.
-Me mentiste.
-Tuve que hacerlo.
-Casi morimos en el agua.
-Pero aquí estamos, Abigail! Por favor, escúchame!! Tenía que pasar algo así de grave para poder llegar más rápido. Lo entenderás hasta que...
Adam se había ofuscado mucho. Se tomó el pecho y trató de tranquilarse.
-Me hice pasar por un soldado de un rango inferior para llegar a Dominic y advertirle de la conspiración pero no pude, Keith lo quería muerto de todas formas.
-Por qué?
-Él tenía o tiene sus razones no sé. No pude hacer nada por evitarlo más que protegerte a tí. Supe que eras importante al ver la mordida casi cicatrizada de tu brazo. Sabía que si estabas con él y habías sobrevivido a la mordida quizá eras la cura.
-Y los militares que asesinaste?
-Todo lo hice para asustarte y que creyeras en mí. Además ellos estaban con Keith. Mis aliados nunca se acercaron hasta que yo los llamé.
-Murieron hombres por tu plan, eres un maldito! Estás enfermo!!
-Quería tenerte de mi lado.
-Y por qué me lo dices ahora? No era más fácil decir la verdad?
-Quiero que confíes en mí. Mi familia...
-Confiar en tí? Cucaracha endemoniada. Eres peor que Keith, eres peor que el virus.
Traté de abrir la puerta pero estaba bloqueada. Cerré mis ojos y traté de controlarme
-Me violaron por tu culpa.
Vi a Adam o como se llamara, se había puesto pálido.
-Todos los días me culpo por eso, y lo siento. No sabes cuanto lo siento. De verdad.
-Cómo puedes confiar en los militares?
-Sé cuáles son buenos ya te lo dije.
-Eres una basura.
Nos quedamos en silencio.
-Raven, mi familia está secuestrada. Keith los tiene en el capitolio.
Lo observé con atención. No sabía si me decía la verdad o sólo me estaba mintiendo de nuevo para estar de su lado y que confiara en él.
-Keith nunca te quiso. Cuando me enteré de su plan me opuse a este y renuncié a mi cargo de Coronel. Él y su hija, me obligaron a ir a matar a Dominic personalmente, ya que, saben de mis habilidades tirador.
-Y qué tengo que ver yo en todo esto?
-Necesito la cura. Luego de matar a Keith y a sus aliados podemos curar a todos y restablecer la paz. Impedir que se propague al mundo entero.
Baje un poco mi intensidad y miré por la ventana. Las calles lucían vacías.
-No te gustaría que le pase algo a tu pequeña, cierto?
Miré a Adam. Estaba furiosa.
-No puede ser. Investigaste toda mi vida de verdad!?
-Cuando se trabaja para el gobierno se tiene todo. Bueno, casi todo.
Tiempo después llegamos a una mansión. Entré aún esposada. Había seguridad por todas partes. El tipo de apellido Jenkins se había hecho pasar por detective entró y se acercó a mí. Me quitó las esposas y yo me sobé las muñecas.
-Nos quedaremos aquí mientras me recupero. Ahora no podemos hacer nada más que esperar.
Sabía que Adam estaba convaleciente, no sabía como era el capitolio por dentro y él sí, pero cómo confiar en él nuevamente?
-Me llamo Samuel Hawkins, Adam sólo era...
-Tu máscara. Entiendo.
-Quiero salvar a mis hijos, Raven. Espero que comprendas que lo hago por ellos.
Llevé mi vista a un mueble y vi las fotos de sus hijos.
-Si fuese tu hija, habrías hecho lo mismo.
-Nunca quise a mi hija. No puedes ponerte en mi lugar, a ti no te violaron de adolescente.
Adam...Samuel, miró al suelo y luego asintió.
-Te llevaré a tu habitación, le diré a la cocinera que te preparé el desayuno.
-Por fin algo que me gusta. Con leche el café. Gracias!
Subí con Samuel a mi habitación, observé el lujo y luego pensé en que no era buena idea estar aquí pero a dónde más iría?
-En la cama hay ropa limpia. Si necesitas algo presiona 3 en el intercomunicador.
Asentí y me senté en la cama. Me sentí algo ansiosa. De verdad, no deseaba que Joyce muriera por culpa del virus. Llegaría hasta el fin de esto. Los siguientes 2 días estuve encerrada en la inmensa casa. Comía y trataba de dormir, estaba empezando a perder la paciencia con Samuel. Él estaba recuperándose pero apenas si hablabamos al comer. Tomé un par de libros y trataba de leerlos pero mi mente estaba dando vueltas. No paraba de pensar en todas las personas que morían cada minuto, cada hora.
Esa tarde, miraba la lluvia por mi ventana. Escuché la puerta abrirse.
-El jefe quiere verte.
Enarqué la ceja al ver al tipo de apellido Jenkins.
-Ahora es el jefe?
Reí con burla y caminé hasta el estudio junto a los custodios.
-Y bien? -Dije cruzada de brazos.
Samuel estaba en su escritorio leyendo algo en un expediente.
-Hablé con Keith.
-Que hiciste qué?
-No tuve otra opción. Tenía que reportarme. Sigo estando bajo sus órdenes.
Estaba muy decepcionada, 2 días esperando a que se mejorara y él teniendo charlas con el enemigo. Estaba indignada.
-Llegué a una negociación con él.
-Y yo soy parte de la negociación, claro está.
-Esto que te voy a decir no es fácil pero es nuestra única y última opción. No habrá vuelta atrás.
-Bien, mientras eso me garantice la muerte de Keith.
Samuel asintió algo dudoso.
-Te escucho.
ESTÁS LEYENDO
Ciudad en Ruinas: La caída del Capitolio
General FictionLuego de la muerte de Dominic, Raven acepta la ayuda de un militar. Su único objetivo ahora es asesinar al presidente Keith. Nada le importa, incluso si pierde la vida en el intento. Historia original de mi persona. Ilenne Corrales, 2019. Derechos...