Capítulo 5: No te atrevas!

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Desperté en un lugar extraño. Estaba junto a una chimenea, una capa de sudor mojaba mi frente. Vi que solo llevaba mi ropa interior. Llevé mi vista mi espalda y vi a Adam dormir en un sofá envuelto en una cobija. Tenía el arma en su mano. No entendía cómo hacía para que no se le cayera.

-Despertaste!!

Una mujer anciana dijo desde el umbral de una puerta. Carter se levantó por reflejo y apuntó a la puerta. La mujer rió y entró con una bandeja de tazas humeantes.

-Soy yo, hijo. No quise asustarte.

-Raven, al fin despiertas.

-Cuanto estuve inconsciente. -Dije cubriéndome.

-Unas 2 o 3 horas.

-En dónde estamos?

-Un pueblo en el límite estatal de Luisiana.

-Les traje algo caliente, les ayudará a sentirse mejor.

Tomamos el chocolate caliente con leche algo rancia, comimos panecillos de zanahoria. Estaban algo duros pero era obvio que moría de hambre y no me importa lo feo que supiera.

-Iré a preparar algo más para que coman.

La mujer se fue a la cocina y Adam me miró confundido.

-Te sientes bien?

-No, casi me asesinas hace unas horas.

-Acaso no deseabas morir?

Miré el reloj y vi que el vidrio de éste se había roto.

-Maldición!! No puede ser!!

-Qué sucede?

-Mi reloj.

Carter rodó los ojos y agregó.

-Casi morimos por él.

Le di una mirada dura. Era un insensible.

-Jamás has amado a alguien?

Carter rió con burla y se rascó la cabeza con la boquilla del arma. Luego de unos minutos la señora salió con algo en sus manos. Era mi ropa y la de Adam.

-Ya está seca.

-Gracias, señora.

Adam tomó su ropa y se quitó la cobija. Dejó ver su abdomen trabajado y su cuerpo musculoso. Se puso su ropa y me miró.

-Ya terminaste de exhibirte? -Le dije.

-Sí, ahora sigues tú. -Él me guiñó un ojo.

Le hice una mueca y le pedí a la señora que me llevase al baño.

-Debemos salir de aquí. -Adam me dijo cuando salí a la sala de estar. Estaba algo nervioso, me había tomado de los brazos.

-Por qué? -Le dije soltándome de él.

-Ya está el almuerzo!

La señora dijo y en ese momento sonó un cristal romperse, la anciana cayó al suelo con una bala en su cabeza.

-Carter!?

-Al suelo!!

Empezaron a disparar

-Toma la cartera de la mujer. Salgamos de aquí.

Corrimos por el bosque, sabía que nos seguían.

-Sólo nos quedan 8 balas.

-Cómo nos hallaron? -Le dije a Adam que estaba escondido detrás de un árbol, yo estaba en otro árbol.

-No lo sé.

-Y si nos entregamos?

-Nos quieren matar, Raven.

-Podemos llegar a un acuerdo.

-No me digas: matenos sin hacernos sufrir.

-No es mala idea.

Adam me tomó del brazo y tiró al suelo. Me tapó la boca con su mano. Escuchamos a los tipos pasar muy cerca de dónde estabamos. Cerré los ojos mientras sentía el corazón en la boca. Pasaron unos segundos y Adam me levantó. Corrimos de nuevo a casa de la anciana. Habían 2 soldados custodiando la camioneta militar. Además estaban amenazando a varias personas del lugar.

-Tengo una idea.

-Yo camino hacia ellos y tu les disparas cuando se distraigan. Sí, claro! -Le dije con sarcasmo.

-No es mala idea.

-No te atrevas!

Segundos más tarde iba yo caminando hacia ellos.

-Deténgase!! -Ellos me apuntaron.

-Esperen! No me disparen. Tengo la cura. -Seguí caminando mientras les enseñaba mi cicatriz del brazo, tenía mucho miedo. Pero ellos no me conocían o sí?

Los tipos cargaron sus armas, me detuve y cerré los ojos. De pronto escuché un disparo, Adam los sorprendió por la espalda disparando a uno, tiró al suelo al otro pero el soldado se zafó del agarre de Adam mientras lo golpeaba. Las armas habían caído al suelo. Tomé el cuchillo que había tomado de casa de la anciana y se lo asesté al soldado en su cuello por la espalda. Éste me empujó y caí al suelo, mientras Adam tomó el arma y le disparó en su cabeza.

-Vamos!

Subimos al auto antes de que los otros soldados volvieran. Salimos de allí y tratamos de mantenernos a salvo.

-Debemos cambiar de auto. -El dijo.

Asentí, estaba shock.

-Estás bien?

Negué con la cabeza. Había ayudado a matar a otro hombre, otro sano. Traté de tranquilizarme viendo el paisaje pero todo era destrucción.

Habíamos avanzado unos 300 kilómetros sin problema, nos habíamos quedado sin combustible cerca de una ciudad. Caminamos hasta una gasolinera y compramos algo para comer. El tipo de la tienda veía las noticias en la TV.

Se maneja que tres partes de la población del Oeste del país ha muerto debido a la llamada Operación Omega llevada a cabo por el presidente Keith. La mayoría de los congresistas han renunciado a sus labores, ya que, el mandatario está fuera de sí. Algunos de estos perdieron la vida de manera inexplicable. Estamos hablando de un nuevo genocidio del siglo 21...

-Por qué no lo detienen? -Dije y el tipo de la tienda me contestó como si yo supiera la respuesta.

-Hay rehenes en el Capitlio, acaso no ves las noticias? Son las familias de los militares a quienes les ordenan asesinar a los infectados.

-Si se destruye el Capitolio, mueren decenas de personas inocentes. -Era Adam.

-Como si no estuviesen muriendo ya!

-Sino hubiese sido por ese doctorcito imbecil de Shepard...

Me fui hacia el tipo y lo tomé del cuello de su camisa.

-No hables así de él!

-Raven!

-O qué? Me infectarás?

Sonreí y me separé. Le tomé el brazo y lo mordí.

-Qué haces perra?

-Oups! Estoy infectada! -Le dije enseñándole mi mordida, ya estaba más cicatrizada pero se veía horrible.

El hombre se quedó en shock y luego empezó a gritar, lo último que vi de él  fue que entró al baño. Tomé golosinas, cigarrillos y salí sin pagar. Adam me miró algo serio.

-Qué?

-Podrías dejar tus niñerías?

-Me vas a decir que no fue gracioso?

Me encogí de hombros y seguí caminando. Al salir vimos un tipo muy entusiasmado hablar con una chica fuera de su auto. Nos aprovechamos de eso y tomamos este.

-Bien, es hora de correr, Toretto.

Ciudad en Ruinas: La caída del CapitolioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora