Capítulo 11

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Sasuke

Todo latía mientras manejábamos de vuelta a la mansión Namikaze-Uzumaki. Bebé Namikaze se quedó dormido y yo todavía podía oler su sexo en mis dedos y su champú de coco en mi camisa, y creo que jodió con mi mente, porque me encontré manejando alrededor del vecindario cuatro veces a las tres de la mañana, sin estar listo para despedirme.

Estás en grandes problemas, idiota, la lógica me regañó. No necesitas esta mierda. Involucrarse con alguien es un riesgo. Necesitas hacerte cargo de tu asunto con tus padres y dejar de beber.

Pero la lógica no tenía cabida o espacio en mi mente. Estaba completamente ocupado con todo de Naruto Namikaze, y ni siquiera me importaba que estuviera enfermo y su propio equipaje con el cual lidiaba. 

Él estaba usando mi chaqueta de la universidad, La camisa rota del Dr. Imbécil estaba donde se suponía que debía estar-en un bote de basura a mitad de la jodida nada.

Estacionado enfrente de la entrada principal de la mansión contemplé lo siguiente a hacer. Él estaba roncando, produciendo un sonido que era más apropiado para un oso grizzly que para un pequeño doncel-y no lo tenía en mí el despertarlo.  Finalmente, levanté su pequeño cuerpo y lo llevé dentro de la casa. Sus sandalias estaban sujetas entre sus dedos mientras me movía pasando las puertas, echando vistazos en las que estaban entreabiertas hasta que encontré la de él. El póster de AC/DC cubría su habitación.  Metiéndolo dentro de su cama, envolví las sábanas cómodamente alrededor de su cuerpo como lo harías con un bebé y besé su nariz. 

—Por cierto —susurré a mi “Bella Durmiente”—. Considero las sandalias personalmente ofensivas, y aún quiero follarte otra vez. 

—Sasuke, —bostezó, murmurando mientras se estiraba— Yo te encuentro personalmente ofensivo, porque todas te follaron a ti.

—Bienvenido al club, cariño. Tenemos camisetas. 

—Bien, porque arrancaste la mía de mi cuerpo.

Mi polla saludó esa buena respuesta, pero tenía que esperar. 

—Eso es correcto. No quiero ver cosas de ese idiota en ti jamás —grazné, frenándome de pronunciar su maldito nombre. ¿Que era por cierto? ¿Nao?

¿Neji? No importaba. No es como si el fuera a usarla otra vez. 

—Ugh. —giró su espalda hacia mi, metiéndose más entre la sábana con sus ojos cerrados—. Estoy tan feliz de que no tengo que verte hasta la cena de ensayo.

—No te alegres tanto todavía. —quité algo de cabello de su rostro, provocando que su piel se pusiera en carne de gallina. 

— ¿Y por qué es eso? —preguntó, aparentemente Naruto Namikaze tenía la habilidad de tener conversaciones largas durante su sueño.  Me incliné, presionando mis labios en los de el, mi lengua saliendo rápidamente y pasándola a lo largo de su labio inferior antes de succionarlo, largo y duro. Fue un poco como un beso pausado y seductor que te dejaba pensando sobre el siguiente por una semana después. 

—Porque solo he decidido que me voy a mudar a la mansión y pasar tiempo contigo —susurré, entonces abrí tranquilamente la puerta, apagué las luces, y sonreí con suficiencia hacia el azul oscuro de la noche, —Sor-jodida-presa, Bebé Namikaze. Ahora no solo somos vecinos, somos prácticamente compañeros de habitación. 

Manejé a casa esa noche, agarré mi maleta no tuve tiempo de desempacar y moví mi mierda hacia la casa de Naru. Le diré que mis padres están remodelando partes de la casa por si preguntaba. Lo bueno es que Deidara e itachi intercederían por mí. 

"Sasuke" PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora