Capítulo 2

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Sasuke

—Buenos días, tú —Graznó una de las chicas, levantándose de su sueño. Presionó un ligero beso en la parte posterior de mi cuello.

Siempre me llevaba unos segundos recordar con quién había pasado la noche, pero esta mañana fue aún peor, porque ayer me la había pasado bebiendo como si mi misión fuera licuar mi hígado en ron.

— ¿Dormiste bien? —Habló la segunda chica.

Mi cuerpo estaba inclinado hacia un lado, contra la mesita de noche, mientras deslizaba hacia abajo un malditamente largo mensaje de texto escrito por mi hermano y socio de negocios, itachi.

Me estiré, sintiendo un cuerpo caliente trepando sobre mí, luchando contra el lago azul marino, sin costuras, de sábanas de seda entre nosotros. Había montones de tela rica, carne caliente y curvas suaves a mí alrededor. El sol entraba desde mi ventana de piso a techo, brillando sobre mi balcón.

En resumen: esta mañana era increíble. Itachi, sin embargo, no era increíble.

Por lo tanto, me permití bañarme en la comodidad de estas mujeres —Ino y Sakura — y hacer lo que Dios, o la naturaleza, o ambos, querían que hiciera, follarlas duro. Mientras Sakura, la adorable pelirosa, mi memoria me recordó, salpicaba besos bajando por mi cuello, haciendo su camino hacia mi erección mañanera, y Ino, la caliente instructora de yoga, besaba mi boca vorazmente, procesé la nueva información que decían el mensaje a través de los martilleos de una bien merecida resaca.

Entonces, Deidara Namikaze estaba estresado por su cena de ensayo. Sin sorpresas allí. Siempre fue ese buen chico que quería que todo fuera perfecto y trabajaba duro para hacerlo de esa manera.

La boda de Deidara Namikaze haría que se reunirían las dos familias, los Namikaze y los Uzumaki, bueno ellos prácticamente eran una sola familia, ya que la mayoría de los Uzumaki estaban casados con algún Namikaze ya sea con algún primo lejano o algo. Pero eso no era algo realmente importante era que estarían todos y eso significaba que ahí estaría mi ex novia, Karin.
Ella fue mi única novia seria, la gente podía asumir que fue un gran amor perdido. La verdad, como siempre, era a la vez decepcionante y poco halagadora. Karin nunca fue un gran amor. Me gustaba, pero no era feroz ni posesivo ni loco.

Me preocupaba por ella y eso.
A veces creo que solo me encantó la idea de ella, o nunca la amé en absoluto. De cualquier forma, una cosa no podía ser discutida, cuando estuve con ella, fui bueno. Leal. Respetuoso.

La otra parte de mi desagradable verdad era que nunca sentí que quisiera saber estas cosas de nadie más que de Naruto Namikaze. Pero Naru me odiaba. Así que me quedé soltero.

Él iba a cambiar de opinión. Tenía que hacerlo.

De cualquier manera. Volviendo a la mierda importante.
Fue cuando Sakura me tomó en su boca, exhibiendo un serio talento de garganta profunda, cuando oí un golpe en mi puerta. No estaba permitido entrar al edificio sin un código, y nadie me había pedido uno recientemente, lo que me llevó a la simple conclusión de que debía ser Bebé  Namikaze.

— ¡Sasuke! —Su ronca voz se arrastró desde el pasillo exterior a cada tejido de mi cuerpo e inmediatamente me puse más duro. Sakura lo notó, estoy seguro, porque su agarre en mi polla se aflojó, y sentí su respiración fuerte contra mi muslo. Ino detuvo la acción con la lengua. Ambas se congelaron. Tres golpes más

—. Abre.

— ¿Esa es el chico raro de nuevo? —preguntó esta última con un híbrido de ceño fruncido y un puchero.

—Claro que malditamente lo es.

—El me está aterrorizando.

—Que bicho raro —Ino estuvo de acuerdo. Como si su opinión importara. A mí. A Naruto. Me senté y me acomodé en mis pantalones de chándal negros. No me lamente por la follada sin terminar. Estaba más ansioso por echar un vistazo a esa pequeña cosita, preguntándome para qué vino aquí. Me levanté y me froté el sueño de los ojos, mis manos se deslizaron para desordenar mi cabello deliberadamente.


—Esto fue divertido —Besé el dorso de sus manos antes de comenzar a caminar hacia la puerta de entrada con un propósito—. Deberíamos hacerlo de nuevo alguna vez.

No íbamos a hacerlo en algún momento. Esto era un adiós, y ambas lo sabían. Estaba claro cuando las recogí la noche anterior en algún bar al que fui.

—Guau, eres un gran pedazo de trabajo —Sakura fue la primera en levantarse de la cama. Giré la cabeza para verla recoger su vestido del suelo, tirando de él como si le hubiera hecho daño de alguna manera. ¿De Verdad? Pensé. Antes de que llamara a un taxi para llevarnos a mi casa, se los dije, claro como el maldito cielo de agosto: esta era una follada más.
Cristo, ¿qué parte de recogerlas de un bar y usar Two Girls, One Cup como breve tema de conversación les hizo pensar que habría más?
Les ofrecí a las chicas un guiño de consolación antes de abrirme paso orgulloso hacia el vasto, pasillo iluminado de champán, pisos de mármol crema, y cuadros en blanco y negro en cada esquina.

"Sasuke" PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora