¿Qué clase de secuestro es este? (Wigetta)

XIII

—¡¿Sami, que estás haciendo?!—

—¡¿Qué no vez?!—

—¡Pero deja de pegarle!—

—¡No, sale de aquí ahora y déjame terminar!—

—Para por favor...—

—¡Te digo que no, aléjate de mi ahora si no quieres que te termine lastimado ya más de lo que estás!—

—Samuel deja a mi perro, él no tiene la culpa—

—Este engendro no se merece ser tu perro. Mira como te dejó la pierna. Aún no entiendo porqué sigues despierto—

—No me importa... solo déjalo, no lo lastimes más—

—Está bien, pero voy a hablar con tu madre ahora mismo. Tienes que ir al médico ahora—

—¿Guille?¿Estabas llorando?—¿Qué acaba de pasar?...

La voz de Samuel  me distrajo de los que estaba pensando y además al no parar de moverme no logro acordarme de nada.

Al abrir los ojos vi su cara demostrando preocupación y de inmediato sentí algo liquido cayendo por mis cara, cuando lo toqué se sintió como agua.

—Por dios, me asustaste mucho. Dime qué te pasó ¿Por qué estabas llorando?—

—N-No lo sé—Me senté con dificultad en la cama y por alguna razón llevé mi mano libre hacia mi pierna izquierda, sentía que algo de picazón en ella.

—¿Qué haces?—Ignoré lo que me preguntó Samuel y seguí buscando el lugar donde me picaba, llegaba a ser insoportable. ya cuando al fin encontré el lugar preciso, pasé mis uñas por la superficie sintiendo unos pequeños orificios. Al mirar me di cuenta que eran marcas de dientes—Oh... eso—

—¿Por qué tengo esto?— Lo miré dudoso— ¿A caso lo sabes?—Asintió.

—Primero límpiate esas lágrimas— Rápidamente hice lo que me indicó—Tu perro... terminó en una perrera por eso— ¿Un perro? pero si después de mi tortuga no tuve más animales.

—¿Cómo es eso? ¿Tuve más mascotas?—

—No lo sé con exactitud, pero creo que era tuyo o si no estoy inventado, pero el caso es que estabas jugando con el y de la nada te agarró una pierna—Dijo sentándose a mi lado llevando uno de sus brazos a mi cintura para rodearla— Pero en ese momento no pensé en otra cosa que en matar al perro. Tu pierna no para de sangrar y no sabía que hacer, hasta que al final fui por tu madre y ya después de eso no te vi en meses—

—¿Tanto tiempo?—Asintió.

—Tu mamá no me dejó jugar contigo porque dijo que no supe cuidarte y que por eso el perro te lastimó. Si no fuera por mi madre ni siquiera nos habríamos despedido aquella ves— Que triste— Sabes... ahora que lo pienso, no es la primera vez que tu mamá intenta hacer que te alejes de mí—

—¿En serio?¿Cuántas veces lo a echo?—

—Ya con lo de hace días viene siendo la cuarta. Pero intento olvidar todo eso y más ahora que estás aquí conmigo— Luego de eso besó mi cabeza— No voy a dejar que nada te pase. Mañana terminará todo y podremos vivir en paz. Te lo juro— Verdad... tengo que preguntarle que pasó con el sujeto ese.