011.

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Su brazo rodeaba mi cintura y daba pequeñas caricias allí, había aceptado dormir con él, en la cama que usa todos los días y en su habitación, su habitación. Pero para Jeomgguk le resultó fácil quedarse dormido, ya había pasado una hora y yo intentaba dormir, pero, aquellas caricias eran la distracción para que no pudiera hacerlo. Y nunca imaginé que estaría en la cama con el novio de mi madre, la respiración del pelinegro pegaba en mi nuca y me hacía erizar. No habíamos hecho nada malo pero me sentía como si estuviera cometiendo un crimen del cual todos me juzgarán.

Al igual que en aquella habitación en la que había entrado, yacían varias pinturas pero la diferencia era que éstas estaban colgadas en la pared y, la misma mujer que vi abajo estaba en una pared. Al verla, mi curiosidad comenzó a picar, deduciendo que a él también le gustaba el arte y que era algo que teníamos en común, sin embargo, Jeon seguía siendo una cajita de sorpresas. Con la misma mano que estaba en mi cintura logró girarme, pude ver sus labios hinchados al igual que sus ojos. De pronto, verlo recién levantado me parecía lo más hermoso.

ㅡPensé que ibas a dormir ㅡsusurró entrecerrando los ojos y dedicándome una sonrisa. Mi corazón se detuvo cuando sus manos viajaron hasta mi rostro.

ㅡSe me quitó al entrar ㅡmentí. Porque la razón por la cual no podía era él, él y sus caricias que me hacían delirar.

Y cuando menos lo pensé, me encontraba debajo de su cuerpo, viendo como el flequillo le caía por la frente y teniendo una mejor vista de sus lunares, apreciando la hermosa cicatriz de su mejilla. Contuve la respiración al verlo dejarse caer sobre mi cuerpo, haciendo que recibiera todo su peso.

ㅡAbre las piernas ㅡordenó con voz ronca. No entendía el porqué quería aquello, no haría semejante cosa. Quien entrará en este momento pensaría que estaríamos haciendo un acto de los que muchos llaman "sexo". Me quedé en silencio.

ㅡNo haré nada malo, Sooyoung ㅡy con sus manos abrió mis piernas y nuevamente volvió a acostarse.ㅡ¡Perfecto! ㅡcomentó entusiasta y me apretó. ㅡTenía una almohada de cuerpo y la boté, ahora sí puedo dormir.

ㅡJeongguk, tengo hambre ㅡintenté levantarlo pero su fuerza era increíble. ㅡ¡Jeongguk!  ㅡdemandé.

Escuché como dejaba escapar un gruñido y se levantó con fuerza. Se había molestado y sabía perfectamente cuando algo no le gustaba, de lo poco que lo conozco, arruga su nariz cada vez que algo no está bien, cuando las cosas no salen a si favor. Me levanté también de la cama y arreglé un poco las sábanas y luego mi cabello, Jeongguk miraba de brazos cruzados cada cosa que realizaba.

Sin decir palabra alguna salió de la habitación y bajó las escaleras. Hice lo mismo. Bajé lentamente y me detuve al instante en que un teléfono sonó, pero como si Jeon no hubiera escuchado, ignoró por completo el tono tan molesto y caminó hasta la cocina. Puso su delantal y comenzó a preparar más comida de la cual esperaba ansiosa, moría de hambre. Sin que lo ordenara, tomé algunos utensilios,  quería ayudar, pero, arrugando la nariz me hizo entender que no debía hacerlo.

ㅡQuédate en la sala ㅡrodé los ojos y como niña regañada fui y tomé asiento en un sillón.

Pero parecía que aquella persona no se rendirá. Nuevamente sonaba el móvil de Jeongguk escuchándolo gruñir, ignorando a la persona de la pantalla decidió pasar su llamada y apagar el aparato electrónico para no ser interrumpido, de nuevo. Y colocando nuevamente su atención en la preparación de lo que faltaba de almuerzo, continuó picando algunas verduras. La verdad Jeongguk me llamaba la atención, digo, despertaba en mí la curiosidad por saber más de él y cosas de su vida personal, quizá, poder descifrar el porqué se comporta de una manera tan grosera.

papi, papi ©jeon jeongguk.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora