Cápitulo 2

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EL MALETIN

Estacionamos en un patio de comidas despues de 2 horas de viaje,Kenia duerme y mi padre pasa sus dedos por su celular al tiempo que sonrie al visiar quien sabe que cosa en el,o corrección,lo se yo: mujeres desnudas o en tangas.
Me es imposible no rodar los ojos al verlo así.Volteo mi rostro y observo a Kenia que al parecer duerme muy profundamente. Decido bajarme e ir yo, por algo de comer.

-Hola, dame tres desayunos para llevar porfavor, lo más pronto posible- pedí al joven que estaba tras el mostrador

-Buen día señorita, cancele su pedido en caja, aqui tiene- respondió el joven extendiendome un ticket que seguramente era para retirar el pedido.

Caminé hacia la parte donde se encontraba la caja y en un reflejo pude observar a mi padre hablando con un hombre de más o menos su edad, vestía un traje muy elegante con corbata y todo,como si se dirigiera a una reunión de negocios. Los observé detenidamente tratando de entender que sucedía,pues esa expresión en la cara del señor Viats me era muy familiar.

La acción iba a empezar. ¡Maldita sea! Tan por la mañana.

Me miró con sus ojos llenos de maldad y su fría sonrisa. Su rostro gélido sin rastro de nervios o miedo. Levantó una ceja haciendo referencia al maletin que estaba a un costado del hombre. Lo entendí a la primera, asi que me pusé en marcha. Tome los desayunos, pase por el lado de ellos simulando no conocer a mi padre, caminé a paso lento y cuidadosamente hasta el auto,de la misma manera que lo hacía siempre, actuando normal para no llamar la atención.

-Sostén esto Kenia,toma el volante,dale la vuelta al auto y espera mi señal, ni bien papá y yo estemos adentro debes acelerar ¿lo entiendes?

-Si, ya entendí que huiremos de aquí ¿robaran de nuevo?

-Niña, ¿que cosas dices?

-No hace falta ser un genio Joyce, lo se todo, hace unos meses los he estado observando y ya está, somos ladrones- acotó al final enconjiendose de hombros restandole importancia al asunto.

Mientras tanto yo no podía dejar de mirarla totalmente pasmada. Que estúpida soy, todos estos años creí que ella se creía el cuento de que eramos compradores de casas y las revendiamos.

-Largate ya, mi padre debe estar enojandose

-¿Lista? Yo se que sí, te veo en menos de un minuto- me despedí y empezé a ingresar nuevamente al patio de comidas.

Miré a mi padre y empecé la trama, como si de una pelicula de acción se tratase.

Mariposa en escena en 3,2,1..

-Auxilio, auxilio, ayuda.. mamá, mamá, ese hombre está acosandose, ¿mamá? ¿donde estás?- grité llamando la atención de todos los que plácidamente desayunaban en el lugar.
-Quitate maldito acosador, largate de aquí abusivo- seguí gritando y haciendo ademanes y pucheros, hecha la asqueada.

Como era de esperarse el hombre que hablaba con mi padre me contuvo y me dijo que todo esta bien, empezó a mirar hacía los lados buscando al supuesto acosador mientras me secaba las lágrimas.

-Tranquila pequeña- exclamó

-Se fue por allá- dije entre sollozos señalando hacía la posición opuesta de donde mi padre se encontraba.

En un ágil movimiento don Viats tomó el malentin que según mis cálculos estaba lleno de dinero, se dió la vuelta y empezó a caminar como si nada hacía la salida mientras yo seguía con mi show de lágrimas y ahora tirada en el piso restregandome la piel y tapandome las piernas, la gente me compadecía y murmuraba cosas que no pude entender, toda la atención se centraba en mi.
Me puse de pie aun llorando y gritando,tomé las manos del hombre y le agradecí, desvié mi mirada hacía la salida y volvio a empezar mi teatro.

Papá, ¿ya nos vamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora