Cápitulo 9

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POV KENIA.

Siempre la tonta Kenia, si claro, la niña, la que nada debe saber. La estúpida que es protegida por dos adultos que si saben lo que hacen.
Me desepera la sobreprotección de Joyce hacía mi, o peor aún la de mi padre. ¿Tanta cara de idiota tengo?. No puede ser, me desespera, nos mudamos cada dos o tres meses. Ok, ellos piensan que no se nada, pero no es así, yo lo se y entiendo perfectamente todo. Se que Joyce y mi padre salen de madrugada de la casa, se que mi hermana se hace pasar por prostituta, porque se que no lo es, y junto con papá engañan a los clientes y les roban, se que van a lugares lejanos y ella simula estar perdida, encuentran a alguna anciana compasiva que la acoje un par de dias y cuando la anciana se duerme le vacian la casa, lo se, se que seduce a hombres millonarios y con las pruebas del romance, los estorsiona. Lo se, se todo,  se que hacen eso y muchas cosas más. Pero se empeñan en tratarme como si tuviera 3 años, al igual que cuando murió Lorena, mi madre. Y ahora estoy en este colegio mixto, donde los estudiantes parecen delincuentes, si no fuera porque he visto la foto de sus padres en las noticias juraria que lo son.

Aunque quien sabe.

-¿Vienen por ti hoy?- me pregunta Leo. -Talvés podamos ir un helado hoy- se sienta junto a mi. -¿te animas?

-Vamos, llamaré para avisar- asintió.

-Veo preocupación en tus ojos ¿que pasa?- me dijo -Sabes que somos amigos puedes confiar en mi- acarició mi cachete.

-No es nada, ahora vete antes de que me arrepienta- sonrió

-Esta bien, esta bien- rió. -me voy- alzó sus manos en señal de paz y fue mi turno de sonreir  pero sin ganas.

Desde que llegué hace unos meses Leo ha estado conmigo, se dice que tiene malas amistades y que talvés fuma marihuana y otras cosas.
Y es que en realidad no me consta, aunque me da lo mismo en verdad, no es que sea importante si mis amistades son buenas o no, con que no sean falsas, siempre leales. Con sus ojos verdes y sus brazos para nada marcados, es uno de los más guapos de todo el colegio. Alto, flaco, agradable y gracioso. A decir verdad no le encuentro defecto, todas me quedan mirando muy obvias, se que piensan que somos algo, pero me tiene sin importancia.

-¿A que se dedican tu padre?- preguntó Leo

-Negocios, no se, algo con casas, en realidad no sé- dije y me encogí de hombros restandole total importancia al asunto.

-No digas que no sabes- guiñó uno de sus ojos verdes. -Estuve investigando, al parecer en Bodrum conocen a Joyce.

Aclaré mi garganta, por poco y me atoro cuando  lo escuché decir eso. Simulé no oir nada y seguí tomando mi helado con serenidad. No seré muy lista que digamos, pero se muy bien por donde iba Leo. Si es verdad todo lo que de el se dice en el colegio, seguramente estaba buscando asociarse con mi joyita de hermana.
Busqué evadir el tema pero Leo insitió.

Efecto mariposa.

-Oí que en una estación telefónica Joyce le robó su lapto a una estudiante- insistió Leo

-Ay hombre, como voy a saberlo, solo se que ellos salen y cuando regresan, traen dinero

-Mira preciosa, si tu y yo trabajamos juntos, podemos hacer mucho más de lo que mariposa hace ¿que opinas?

El brillo de los ojos de Leo, se volvió digno de una fotografía. Su mirada se transformó por completo, como si estuviera hablando de la cura del cancer. Por un instante me asusté, tuve que recomponerme rapidamente y analizar sus palabras. Dijo mariposa, seguramente ya sabe muy bien como va la cosa con mi familia. De nada serviria que me haga la tonta con el. A nuestra corta edad ya nos tocó vivir la malicia de la sociedad, así que  hablamos el mismo idioma.

Papá, ¿ya nos vamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora