Cápitulo 12

4 1 0
                                    

LA SANGRE TAMBIEN TRAICIONA

Siempre me ví a mi misma como un ser valiente, capaz de enfrentarme a todos. Desde que recuerdo estuve sola, y bueno mi padre me enseñó a vivir así. Mamá decia: Arreglate el cabello, ponte un vestido, papá decia:  Que tu pelo sea libre, ponte lo más cómodo que tengas, mamá decia: Solo con tacones te verás elegante, papá decia: Siendo como eres, eres más que elegante. Siempre fue asi, y mi padre ganó la pelea, mamá murió, todo cambió, papá me moldeó a su modo, me hizo ver que en la vidad nadie es bueno, nadie ama. Hija, cuidate de todos, al más traidor lo puedes tener de frente. Cuanta razón tenia, siempre la tuvo, valoro mucho los consejos de mamá, pero de verdad que los consejos de mi padre, me hicieron como soy. Y estoy dandome de golpes contra la pared al descubrir que cada consejo de mi padre es más que real. Y duele. Ahora me encuentro sentada en el jardin, como de costumbre pensando en que haré con Kenia, siento la brisa caer en mi rostro, me volteo y quedo boca abajo, asi podré dormir un poco, aunque todos me traten de loca, domir en en jardin es la mejor experiencia de mundo. Estoy plenamente acomodada para mi sueño y de pronto una voz masculina me llama la atención

-Joyce, tenemos que hablar- dijo Billy, mirandome desde su posición hacia abajo.

-Si no es importante te arranco los pelos de la cabeza uno a uno

-Lo es, y no son pelos- alzó una ceja. -Se llama cabello- rodé los ojos

-Si, si, como sea cabello, mechas, estropago, da lo mismo

-Se trata de tu hermana .. y Leo- dice, soltando un suspiro de cansancio. -Se un par de cosas Joyce, te espero en mi casa, ya estoy libre.

Camine detrás de el diciendole que me espere pero fue inútil, solo caminó y ya, estaba empzando a molestarme su actitud, tendría que ser algo realmente importante porque como se lo advertí: Le arrancaria los pelos de la cabeza uno a uno. Sacó sus llaves y abrió su casa, me invito a pasar, rodé los ojos y caminé. Aguarde unos instantes mientras el se sacaba el uniforme, ganas no me faltaron de ir ayudarle, pero no se supone que estoy molesta con el, así que me limité a esperar afuera. Cuando salió se sento frente a mi y me sonrió. Traía tan solo una pantaloneta y una dvd de cuadros, se lo veia perfecto, y a pesar de estar acostumbrada a verlo con el uniforme de trabajo que lo hae ver sexi, este look más fresco me atrae mucho más.

-Ahora si, puedes hablar Billy- solté para romper la tensión que su sonrisa provocó

-Iré al grano Joyce- se puso serio. -¿Cómo van las cosas con tu hermana?
-Eso no es ir al grano Billy, se más directo

-Joyce, tu hermana irá a un local hoy.. con Leo, y si no me equivoco es el mismo que Briar mencionó para el trabajo de hoy.. ellos estan trabajando juntos

-¿Que dices? Estas loco, ella no tiene experiencia en esto, jamás lo haria, además ella sabe que iremos ahí, no se meteria a "trabajar" con Leo ahi- simulé las comillas con mis dedos. -Es falso, me voy, no me hagas perder el tiempo

-Yo los oí hablar Joyce, revisa el celular de tu hermana, Kenia va a traicionarlos mariposa, entiende. Ya te lo advertí y ahora se lo diré a Briar

-Estas seguro de lo que dices- bajé mi defensa, pensé que podría ser cierto pues Kenis estuvo más rara de lo normal, y cada vez que hablaba por telefono salia de la casa. -¿Cómo reviso sus conversaciones?

-Es cierto, ahora vamos, hablemos con Briar, los escuché ayer en la noche, a las 7 Leo pasará por Kenia, diran que van al cine para no levantar sospechas, y a las 10 estaran en el local con los hombres de Dilan, a pesar de que el no sabe nada de esto, Leo le pidió a un par de hombres de su hermano que lo acompañen

Desde cuando nos metimos en esto, si mal no recuerdo eramos solo mi padre y yo, ni habia pasado, no habian historias, la palabra "bandas" nunca estuvo en nuestro vocabularios, para nada, siempre fuimos nosotros dos, nada más. Y ahora mi hermanita de 15 años planeaba traicionarnos y aun no se bien como.

Asentí.

Cuando conversamos con Briar, si siquiera se asombró, solo asentía a cada cosa que le deciamos. Es como si ya lo supiera, y mi padre lo mismo. Solo escucharon y asintieron. Despues de estar unos minutos deliberando Briar tomó la palabra, fue un poco grosera, sacó a Billy de la sala diciendole que el no tenia nada que ver en esto, le dejó claro que no se entrometa y repitió una y otra vez que su lugar no era este. Le dijo también que queria un futuro diferente para el, le gritó: ¡No eres Viats, este no es tu camino! Billy salió del lugar muy enojado, pero sin argumentar palabra alguna, sentí deseos de ir con el, pero Briar me advirtió que no lo hiciera. Por su parte, mi padre dijo qe Kenia no saldría de casa, y nosotros tampoco, ese negocio se suspenderia. Kenia debía aprender que mi padre no es un juego. Ordenó a Joel que esté atento a las cámaras para que cuando Leo llegase, salga el a recibirlo. Y aquí estoy yo, sin saber como reaccionar, no se si ir con Billy o hablar con Kenis. La segunda opción es más oportuna, supongo.

-¿Podemos hablar?- di un par de toques en la puerta de Kenia, recibí un pase de su parte y entré.
-Que bella estás ¿a donde vas?- pregunté

-Tengo una cita con Leo- respondió autosuficientemente

Lo siento, Billy tumbó tu plan.

-Me alegro, ¿a que hora vedra el?

- Debe estar por llegar, y ya fue mucho por hoy, largate de aqui Joyce

-Esta bien, me iré. Cuidate mucho hermanita... espera ¿pediste permiso?- pregunté y sonreí para mi misma. -Digo, ¿sabe Briar o mi padre que sales o a donde vas?

-Que te importa ¡maldita sea! Largate de aquí, cuando aprenderás a no meterte en mi puta vida Joyce ¡entiende que ya no tengo 10 años!

-Estoy cansada de ti Kenia, eres tan estúpida, te estás equivocando al querer tenerme de enemiga a mi, a tu hermana mayor- escupí con rabia, ya no me importaba lastimarla. Esa mocosa se volvió una pesadilla en cuanto llegamos a Ankara. - Y lamento decirte, hermosa.. que de aquí no sales- salí rapidamente y de un portazo cerré la puerta, saqué las llaves que Briar me facilitó y le puse seguro a la puerta. Oí como gritaba y pataleaba, me insultó hasta más no poder, pero me fui sin más, admito que sonreí, ella quiere guerra, pues que se paré y dispare. Total, para vivir así fui criada.

-Leo, bienvenido- lo saludé estirando mi mano para saludarlo. Admito, nuevamente, estaba creyendome la diva, la perra, la potra, la mami que tiene el tumbao.
-He oido mucho de ti, es un gusto conocerte

-Lo mismo pienso yo, he oido tanto hablar sobre mariposa, que es un gusto verla- dijo. A pesar que trataba de mostrarse seguro, mi experiencia me decia que estaba hecho un manojo de nervios. -Bueno ya me iba, un gusto saludarlos señores Viats- estiró su mano y se despidió de Briar y mi padre. -Nos vemos, Joyce.

-Adios, Leonardo Diaz.

Cuando salió seguimos escuchando a Kenia dar patadas como una loca, mi padre subió y yo atrás de el, seguida de Briar, no se que iba hacer mi padre, pero esta vez no defenderia a Keni, dejaré que la castigen. Esta cansandome demasiado, más de lo que puedo soportar.
Abrió la puerta violentamente, despues de haberme quitado las llaves, y entramos. Kenia dejó de gritar, pude apreciar el desorden que formó en menos de dos minutos.

-¿Que quieres Kenia Viats? ¿Quieres matarnos? Hazlo, largate con ellos. No se que se te metió en la cabeza, pero si piensas que estarás mejor allá, vete y hazlo ahora- gritó mi padre. -¿Que esperas? Leo, está afuera, vete, has tu dinero con los Diaz, pero deja a tu hermana en paz- ella me miró. -Piensas que no se lo que ibas hacer hoy, ¿que te hace falta hija? Toda la vida luché por las dos- nos apuntó simultaneamente. -Pero ahora sales con esto

-Me voy, dejó de estar con ustedes papá, a partir de hoy.. trabajo con Leonardo y Dilan.
Pude ver a mi padre tragar en seco, obviamente eso no se lo esperaba.

-¿Trabajar tu? No seas tonta Kenia, tienes 15 años, no lo lograrás, no eres Joyce- intervino Briar

-Si tia, trabajar.. ya no puedo más. Me harte de que Joyce sea la reina y la hija modelo, buscaré mi sitio, me abriré caminos

-Vete ahora Kenia

-Papá..

-Max..

-¡Ahora!

Papá, ¿ya nos vamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora