Capitulo 37

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Seguíamos mirándonos a los ojos, mientras ninguno hablaba

-¿Ni una palabra?- dijo seriamente, esquivé la mirada, no podía hablar, hice el intento pero nada salía -Dafne- agarró mi mano

-Lo siento- dije dándome la vuelta-Perdóname-estaba de espaldas a él y comencé a caminar, necesitaba irme notaba que en cualquier momento me desmayaría, esta situación era peor de lo que creía

-¿Piensas irte de nuevo?¿Así? ¿Con una nota y ahora con un perdón?- su voz sonaba rota, realmente dolido- ¿Dónde quedó la Dafne que conocí?- un dardo directo al corazón

-Ya no existe, murió cuando se fue de aquí aquel día - dije entrecortadamente por el nudo,más y más grande, que iba creciendo en mi garganta. Me di la vuelta y lo miré a los ojos - Lo siento, nosé qué más decirte Theo- se acercó a mi y me abrazó, creo que era todo lo que en ese momento necesitaba. Todos mis nervios se fueron al sentir sus brazos rodeándome, como siempre lo había hecho, haciendo que me sintiera segura y protegida, recobrando en mi, una pequeña alegría en mi corazón. Mis brazos rodearon su cintura y me apretó fuertemente contra él, sentí su típica colonia que tanto me gustaba, su propio olor. Estaba más delgado y se notaba en sus brazos, me sentí tan culpable de que él estuviese así, me dolía profundamente que él sufriera debido a mi aunque no tuve más remedio.

-Me prometí nunca volverte a abrazar, respirar tu olor, acariciar tu pelo. Pero no puedo, no puedo- escuché en mi oído

-No sabes cuanto lo siento- mi voz temblaba en su oído - No tenía remedio, no lo tenía de verdad- me puse a llorar de nuevo y me cogió la cara, me miró fijamente y me apartó todas las lágrimas aunque éstas seguían saliendo, su rostro no mostraba ningún sentimiento, habían dejado de caer lágrimas de sus ojos

-¿Por qué lo hiciste Dafne? Sabías que yo siempre iba a estar ahí, no supe nada de ti en dos putos años, ¿Sabes lo que es sufrir no sabiendo dónde estás o si te había pasado algo?

-Lo sé, créeme que lo sé e incluso lo que has sentido lo he sentido yo pero al doble. Y precisamente porque tú siempre ibas a estar ahí tuve que hacerlo, no podía ponerte en peligro o lo que fuese - cogí sus manos y las quité de mi rostro -Te amo tanto que no podía poner en peligro o perder a alguien más que me importaba

-Me dejaste, eso es perderme Dafne

-Pero sé que estarías bien, que podrías seguir con tu vida aunque me moría por estar contigo, aquí en Nueva York, pero a veces hay que rechazar a todo eso para que la propia persona pueda vivir su vida tranquila y sin ningún problema

-No me preguntaste a mi si yo quería una vida tranquila, prefería una vida llena de caos o problemas pero contigo ¿No lo entiendes?

-Pero no quería hacerte daño, si estuvieses en mi lugar. ¿Qué hubieses hecho tú? Sabes que lo mismo

-Al menos te lo hubiera preguntado

-Si te preguntaba no me dejarías irme- entonces resopló, sabía que era verdad. Nos quedamos en silencio mirándonos

-Te he echado muchísimo de menos -dijo

-No sabes cuánto he llorado, soñado y querido que llegara el día de volver a verte, con el tiempo iba perdiendo la esperanza pero sabía que

-El destino nos uniría- dijo cortando mi frase- ¿Y cómo que has vuelto aquí?

-Pasamos la navidad aquí

-¿Está aquí tu padre?- asentí, su cara cambió poniéndose tenso- ¿Fue por él verdad?- miré sus ojos fijamente - Es un hijo de puta, ¿Qué te ha hecho?¿Te amenazó?¿Te ha vuelto a tocar?- levantó mi chaquetón pero forcejeé para que no lo hiciera, su fuerza ganó sobre la mía y dejó salir varios moretones color morado por ser tan reciente, levantó la mirada y me miró - ¿Cómo lo puedes permitir Dafne? No puedo verte así, ¿Nadie más lo sabe?

Naciste sólo para mi..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora