Capítulo III El proyecto de clases

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    Al terminar las horas de clases Amanda se reunió con sus amigas para pensar que podrían hacer. Propusieron muchos temas luego de mucho tiempo pensando, pero, no les parecían tan interesantes para una competencia. Y luego de un par de horas, Valeria dio la opinión de hacerlo sobre el crimen.

Miranda pensativa inquirió con preocupación— ¿No...sería muy arriesgado? Al tratar con criminales podría pasarnos algo malo.

Amanda argumentó con indecisión— No suena nada mal. Pero... lamentablemente Miranda tiene razón. Todo periodista al involucrarse con la mafia, gánster, ladrones, asesinos y psicópatas se meten de cierto modo en problemas.

Valeria con ojos brillantes, teniendo una reacción opuesta a la esperada dijo con entusiasmo, como niño esperando una sorpresa— Oigan... chicas hacen que esto se vea aún más interesante, Tendrán que matarme para quitarme las ganas de hacerlo ahora.

Amanda y Miranda se miraron algo desconcertadas y luego rieron diciendo— Sí. Es cierto... ¡Debemos hacerlo...! Empecemos justo ahora...—Miranda añadió—: ¿Por dónde empezaremos? Digan un lugar muy peligroso.

Luego de un silenció intrigante Amanda dijo cruzando los brazos— Pues... cerca de mi casa han ocurrido miles de cosas que concuerdan con lo que necesitamos... Cosas muy malas. Suelen pasar de noche, así que a esa hora debemos reunirnos. Traigan cámaras, micrófonos y lo que tengan a la mano para ver a que pájaro pillamos desprevenido—todas asintieron con su cabeza y se pusieron de acuerdo para encontrarse en la casa de Amanda a las 6:00pm.

Amanda al caminar de regreso a casa sintió que alguien le seguía, esto le hacía estar asustada y voltear nerviosa a cada minuto, sus pasos taconeaban cada vez más a medida que aceleraba el paso, temblorosa y fría. Pensó que quizás era su imaginación por el acuerdo tan demente que tuvieron.

Al adentrarse en un oscuro, y sucio callejón pestífero a orine y desechos, que se conectaba con otros tres. Escuchó cosas caerse de la basura en uno de esos callejones, sonaba como latas y botellas. Sintió gran pánico y al darse cuenta estaba corriendo bañada en sudor como un deportista. En el camino vio dos hombres de aproximadamente 25 a 30 años recostados de una pared armados con revolver plateados y negros apoyados con un pie en la pared e intentando tapar el arma con su pierna. Estaban bajo un puente que se hacía entre dos platabandas de casas descoloridas junto a botes metálicos de basura, se les escuchaba murmurar cosas sobre un asesinato en progreso.

Ella miró fijamente sus rostros iluminados por la luna y ellos le miraron oculta entre la oscuridad del callejón. Ella disimuló y avanzó como una persona apresurada dando pasos fuertes, y luego corrió nuevamente. Entró a su casa agitada y tiró la puerta asegurándola de arriba abajo, como si le persiguieran. Telefoneó con prisa a sus amigas para hablar con ambas a la vez. Sus manos temblaban y respiraba com si tuviese asma haciendo sonidos con su boca para recuperar el aliento.

Les contestó muy agitada— Hola... Gracias a Dios que contestaron—Ellas preocupadas por su voz le preguntaron:

—¿Qué ocurre...? ¡Demonios te oyes como si has visto un fantasma...!

Amanda intentando calmarse protestó— Es mucho peor que eso ¡Los fantasmas son inofensivos! Vi... Vi a dos hombres armados y ellos me vieron a mi... hablaban sobre un asesinato en progreso...

Miranda sorprendida hizo muchas preguntas sumamente rápidas. Cada una por segundo—: ¡Santos cielos...! ¿Estás bien...? ¿No están en tu puerta...? ¿Viste bien sus rostros...? ¿Qué tan lejos fue...? ¡Cielos...! ¡No te atrevas a salir...!

Amanda aún más aterrada aulló— ¡Demonios miranda...! Haces que me asuste más.

Valeria repitió algunas preguntas— ¿Estás bien? ¿Te intentan tumbar la puerta?

Amanda luego de un silencio dijo dando un suspiro— Pfff... ¡Estoy muy bien! No sentí que me seguirán, sólo estoy cansada de correr. Entre en pánico.... pero no hay señales de ellos, además no creo que distinguieran bien mí rostro por la oscuridad.

Miranda se río y dijo— Oh Dios... que gallina... Si no te ocurre nada, deberías estar feliz ¡Ya tenemos algo...! Y muy rápido eh... ¡Buen trabajo...!

Valeria dijo — Calma Miranda... tú eres quien tenía miedo al principió ¿lo recuerdas? Debemos pensar que hacer antes de decir algo más.

Amanda río aliviada y añadió— Jajaja... Tienen razón que tonta soy... ¿Pensar qué? ¡No hay nada que pensar! Está noche empezaremos ¡Les espero aquí! —Colgaron el teléfono y fueron a prepararse psicológica y mentalmente para hacer el reporte. Amanda se preparó a las 7:00pm para esperar a las otras chicas, Valeria traía la cámara y Miranda tomaría los apuntes de lo que Amanda diría.

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