Capítulo XV La luna de sangre

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   Creyeron que todas las serpientes habían muerto, pero Bellami y Aníbal se encontraban dentro de las ruinas aún. Y al ver que les habían matado a todos tomaron del cuello a Amanda quién atónita e hipnotizada por tantas muertes no había podido reaccionar. Le apuntaron a la cabeza mientras ella intentaba soltarse, pero este le apretó más fuerte y la introdujo caminando de espalda a las ruinas.

Aníbal queriendo concebir la última misión de cobra se detuvo y rápidamente hizo rodar el tambor de su pistola y después de 3 cañonazos William Hilton cayó con un disparo en el hombro uno en el corazón y el otro en el entrecejo. Aún no habían ganado. Salieron más serpientes de sus escondites y gritaron mientras disparaban.

—¡Salve cobra...! ¡Salve cobra...! ¡Salve cobra...! — dieron a entender que cobra no era más que un instrumento de satán quien era su real Amo.

Bellami desde dentro dio Aulló diciendo— Aunque ella cayó. quedan la anarquía y la oscuridad para difundirlas. La misión ha sido completada a pesar de su muerte... Matamos a su hermano ¡El traidor...! —Bellami aulló una vez más dirigiéndose a los policías—, déjennos marchar o mataremos a está reportera.

Un policía replicó—Ahora que han matado a nuestro jefe no podemos dejarlos ir.

Otro intervino— Si se van seguirán matando más y más personas, es mejor que los matemos a todos aquí.

Uno con voz entristecida dijo— Tendremos que dejar que maten a la chica por el bien de nuestra ciudad... — Amanda oyendo esto Comenzó a llorar, pero entendiendo que era lo correcto. Sintiendo las temblorosas manos de Bellami quien parecía vacilar si jalar el gatillo o no cerró sus húmedos ojos esperando su muerte.

—Mátenlos a todo.... Sin excepciones... No se preocupen por mi... —sollozo Amanda.

Los policías mataron a los últimos miembros y luego sincronizadamente apuntaron a sus pociones con ojos que decían "Están muertos" ellos no se esperaban tal decisión y esto distrajo su atención. Un oficial aprovecho el momento y le disparó a Bellami en la frente rozando el cabello de Amanda y matándole en seco.

Otro policía hirió a Aníbal en ambas piernas. No podía matarle porqué estaba desarmado e indefenso. Amanda no vaciló y tomando el revolver de Bellami le abaleo dejándole como colador. Al terminarse las balas y sólo escucharse los chasquidos del arma, su momento de esquizofrenia acabo y cayó de rodillas al suelo temblorosa y sollozando viendo lo que quedaba del cadáver de Aníbal.

Un policía tomó una manta y corrió hacia ella. La envolvió y la cargo entre sus brazos susurrando a su oído— tranquila... Lo peor ha pasado. Estás a salvo. Lo has hecho muy bien... —Luego bajo los escalones y caminó hacia las patrullas. Llegaron tres ambulancias y el policía la colocó en una de ellas.

Miranda salió de su escondite y corrió con prisa para abrazar a Amanda quien aferrada a la manta intentaba cubrir su desnudez sin parar de llorar. Esto marcaría el resto de su vida.

—Por favor llévennos a casa... —Rogo miranda.

El policía que le había tomado y envuelto en la manta, llamado Hansel de aproximadamente unos 20 años de edad, se ofreció a llevarles en su patrulla. Los médicos antes de concederle el permiso de irse le revisaron en busca de heridas las cuales no consiguieron.

Amanda y Miranda subieron a las patrullas viendo desde la ventana como llevaban todos los cuerpos envueltos de pies a cabeza en un forró y subiéndoles a las ambulancias. Amanda desvió luego su mirada a la luna y la vio roja pensando melancólicamente como solía hacerlo de niña "La luna está llena de sangre Y el cielo está negro y sin estrellas por el luto de las almas perdidas en esta masacre".

Les llevaron a sus casas y Amanda después de un baño intentó dormir. Tenía pesadillas de matanzas y masacres en las que ella se veía envuelta como una de las asesinas. Era claro que su conciencia le acusaba de alguna forma por haber matado de aquella forma tan salvaje a Aníbal. Se despertó muy asustada y con su respiración agitada muchas veces. Está vez se vio en aquella mesa de piedra en medio de las serpientes a punto de ser violada entre las risas de todos los muertos tanto policías como serpientes y despertó gritando de desesperación "Una pesadilla tras de otra", Pensó al calmarse y se colocó en posición fetal en la cama tambaleándose y pensando repetitivamente "Sólo era un sueño, aunque no cambia la realidad. Sólo era un sueño, aunque no cambia la realidad", creyó que estaba al borde de la locura y con este pensamiento quedó completamente dormida abrazando su almohadón.

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