REPORTE DIARIO

Capítulo XVI Entrega del reporte

    Amanda caminó más despacio volteando por cada carro que veía, tropezó un poco de tanto nerviosismo hasta que vio una patrulla que se estaciono a unos metros de ella, reconoció de inmediato al oficial y camino lentamente hacia él.

—Hola señorita Amanda... Me llamó Hansel... Y yo A.... Quisiera saber...

—Mi amiga me habló un poco sobre ti, hace unos minutos. Ten libertad de decirme lo que guste.

—Está bien... Sabe es una lástima que nos conociéramos en tan aterradoras circunstancias. Me gustaría haberla conocido en otro lugar. Pero si la hubiese conocido en otro lugar sólo hubiese conocido su belleza y no su valentía y lo que mostró en ese momento. No es que si hubiese conocido su belleza no me hubiese enamorado de usted a primera vista. Pero tal vez no me hubiese usted atraído como lo estoy ahora. Siempre pierdo el sueño por pesadillas de las situaciones en las que me veo envuelto, pero... En esta ocasión lo perdí pensando en usted. ¿Quería saber si me concede el honor de salir conmigo está noche o cuando mejor le parezca?

—Es usted muy caballeroso y me gusta la forma en la que explica las cosas. Sus palabras de consuelo en aquel lugar me hicieron sentir paz. Me hicieron sentir segura y que ya lo peor pasó. En sus brazos pude sentir descansó... Le agradezco mucho por ello. Está noche estoy libre oficial.

—No tiene que dirigirse a mí por oficial. Olvidemos los títulos y sólo dígame Hansel ¿A menos que quiera que le diga reportera...?

—No.... Eso no sería nada cómodo. Llámeme Amanda—dijo riendo.

—¿Le sirve a las 9:00pm?

—Por supuesto.

—Tiene... ¿Tiene algún número de teléfono?

—Sí. Aquí tiene—echo su mano al bolsillo y saco una tarjeta y añadió—: Llámeme cuando valla a pasar por mí. Por cierto... ¿A dónde iremos? Iremos a un restaurante, el mejor restaurante de San Francisco. Ya lo veras.

Recordó a Alexander diciendo algo semejante, pero agitó su cabeza borrando el pensamiento y añadió con una sonrisa—: Suena divertido...

—Ya estoy libre señorita... ¿Podría llevarle a casa?

—¡Se lo agradecería mucho!

Hansel le llevó a su casa mientras conversaban sin parar, incluso cuando ella estaba entrando a su casa y le preparó un poco de café y le dio un bocadillo.

Amanda no pudo parar de pensar en la cita y en lo que ocurrió en la última vez que le invitaron a salir. Pero se sintió nerviosa y emocionada. A las 5:30pm entró en su habitación y comenzó a probarse todas sus ropas y vestidos. Se encontró en una batalla juvenil de indecisión por cual sería más bonito. Terminó colocándose un vestido celeste, le ajustaba a la cintura haciéndola mantenerse derecha. Tenía una caída ancha pero no extravagante y diamantes plateados que bordaban su modesto escoté. Se colocó además un collar elástico con un dije de diamante ajustado a su largo, pálido y hermoso cuello. Y peino su rojizo cabello con todo el cuidado y delicadeza hasta estirarlo por completo, tal parecía una princesa de cuento de hadas. Se alistó completamente a las 8:00pm y se sentó en el sofá a espera con ansias que llegase la hora de que le recogieran.

Hansel llegó a su casa y tomando un cuaderno y un lápiz escribió con cuidado lo que debía decir. Lleno casi toda la libreta de apuntes y luego pensó: "A las chicas le gustan las cosas espontaneas". Desechó el cuaderno y tomó una pequeña libreta para escribir una canción y un poema. Tenía tanta inspiración que su mano se enlazó con su mente y el lápiz escribía por sí sólo. Y al finalizar practico cientos de veces la canción y como decir el poema.

Se probó tres trajes idénticos de diferentes tonos, y terminó poniéndose uno negro de gala. Tubo el presentimiento que quizás debió decirle a Amanda que irían a un lugar lujoso para qué pensará en su vestimenta, pero luego agitó sus manos borrando esa forma de pensar y suplantándola: "Ella se verá hermosa con cualquier ropa".

Estuvo listo a las 7:30 y se sentó a esperar muy nervioso que se hiciera la hora de ir a buscarla. A las 8:30 Pensó en llamarle, pero no quería ser inoportuno o molesto. Le llamó a las 9:00pm y le dijo que ya iba por ella.