A la mañana siguiente… abrí mis ojos lentamente y me encontré a Danny aún abrazado de mí en la misma posición que la de anoche. No me quería separar de él, estaba realmente a gusto en sus brazos. Suspiré y pegué más mi cara a su cuerpo. Escuché que reía bajito y abrí los ojos de golpe.
- ¿Has despertado ya? –susurró sobre mi cabeza.
- Sí –dije quedito, se separó de mí y sonrió.
- ¿Soñaste algo malo, o tuviste alguna pesadilla? –preguntó. Yo lo miraba, esas pecas me incitaban a tocarlo.
- No, estuve bien. Gracias por preguntar.
Me solté de él y me giré para quedar boca arriba. Me puse a ver el techo de la habitación y él se giró para quedar boca abajo pero su cara estaba hacia mi lado.
- ¿Tienes hambre? –me preguntó. Yo lo miré y sonreí. Él rió también.
- Tienes unas manchitas moradas bajo tus ojos –le dije y él tocó su cara.
- Probablemente sea porque no dormí nada anoche –anunció.
- ¿Por qué? –pregunté.
- Bueno, es que… estabas demasiado cerca y no quería dejar de ver cómo babeabas en mis brazos.
- ¿En serio? –dije poniéndome roja como un tomate. Él se comenzó a carcajear y pasó su brazo por mi cintura.
- No, claro que no. Duermes como un bebé y te la pasas suspirando. ¿Soñaste con algo bonito? –yo no dejaba de pensar en que Danny estaba demasiado cerca de mí.
- No… bueno. No lo recuerdo –dije tratando de pensar.
- Sí –dijo convencido- soñaste con algo bonito y no me quieres decir qué fue.
- En verdad no recuerdo sí soñé.
- Bueno –dijo moviéndose. Se levantó y caminó hacia la salita. Yo arreglé la cama y luego pasé al baño para revisarme. Noté que tenía el pelo perfectamente peinado, indicio de que Danny se la pasó acariciándolo. Me lavé la cara y caminé hacia la salita. Allí estaba Danny sirviendo dos vasos de leche y hablando por teléfono.
- Claro… no_____ no te preocupes, está bien. Sí, la pasamos bien anoche. –me miró y sonrió- Claro______, sí en cuanto pase eso me llamas –pidió- De acuerdo, claro en un rato. Hecho pues, Dougie.
- ¿Dougie? –pregunté.
- Sí, dijo que Charly aún está dormida –yo asentí.
- Oye… -él me miró atento- tengo la costumbre de ducharme recién me levante… ¿te importaría si me ducho aquí?
- No –dijo con sorpresa-, adelante… las toallas están en el closet –me informó.
- Gracias –dije y caminé hacia allá- Una cosa más…
- Claro –dijo apenado.
- ¿Me prestarías una camisa mientras voy a mi camarote? Solo mientras se despiertan aquellos tortolitos.
- Claro… en un rato te busco algo –dijo sonrojado.
Caminé al closet y saqué una toalla roja de dentro. Luego entré al baño y abrí la regadera. Puse la toalla un poco alejada para no mojarla. El agua de la regadera hizo que mi cuerpo se relajara. Me sentía realmente cómoda allí dentro. Después de estar unos minutos allí. Al salir noté que el Pecoso estaba viendo su closet. Sacó una camisa rayada en azul con blanco y un ancla dibujada en color rosa.
- ¿Esta está bien? –preguntó. Yo sonreí y la tomé.
- Sí gracias –dije y él salió de la habitación cerrando la puerta.
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Messages (Original)
RomanceUna historia en la que se ven implicados los corazones de dos desconocidos por medio de dos pantallas en diferentes partes del mundo... ¿Lo correcto es seguir con algo que sabes que no puede terminar bien?