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Wei Ying dio una vuelta por la habitación, deteniéndose en frente de la mesa para remover algunas hojas de papel. Un ligero gruñido se le escapó al tiempo que giraba en el lugar. Hundió una mano en sus cabellos y los removió con fuerza, gruñendo hasta que un breve aullido brotó de su garganta.

- Algunos estamos intentando concentrarnos, Wei Ying -, bufó su hermano adoptivo.

Wei Ying se volteó hacia Jiang Cheng, hacienda un puchero.

- No sé cómo puedes estar tan tranquilo cuando el mundo se acerca a su fin -, se quejó.

- No es el fin del mundo. Siempre supe que algún día debía casarme...

- ¿Con Lan Zhan?! Estoy seguro de que nunca lo consideraste entre tus posibles opciones.

- El Segundo Jade del Clan Lan es posiblemente la mejor opción en la actualidad...

- Hay un montón de chicas hermosas y de buena familia regadas por ahí!

- ¿Dignas de ser la esposa de un líder de Secta? – alzó las cejas Jiang Cheng, abandonando la posición de loto que mantuviera un momento antes.

- Capaces de calentar tu cama más que ese pedazo de hielo.

Jiang Cheng se encogió de hombros.

- Tu cama.

- ¿Qué? – frunció el ceño el omega, acercándosele.

- La celeridad en elegir una Primera Concubina solo puede significar que se espera que haga los honores de la noche de bodas...

- Es lo que comúnmente...

- Tu cama -, repitió Jiang Cheng -. Vas a ser tú quien lidie con la frialdad de Lan WangJi.

Wei WuXian lo observó con expresión atontada. De repente, sus ojos se iluminaron y un lastimoso gemido escapó de sus labios.

- Eres cruel, shidi! – se quejó, cayendo al suelo para revolcarse como un niño pequeño -. ¿Cómo puedes decir algo tan frío? ¡No tienes compasión de tu hermano! ¡Hemos compartido tanto y simplemente piensas abandonarme a mi triste suerte!

- ¡Tu triste suerte es ser mi maldita concubina, Wei Ying! – saltó por fin Jiang Cheng -. ¿Qué te hace creer que quiero tocarte?

Wei Ying dejó de dar vueltas en el piso de madera y se irguió apoyado en los codos para observar al otro.

- ¿Qué quieres decir? – exigió -. Soy el omega más guapo del mundo. ¡Deberías estar feliz de que haya aceptado ser tu concubina!

- Como si hubieses podido negarte -, se mofó Jiang Cheng.

- Podría huir -, sugirió el mayor a la vez que sus ojos se iluminaban con entusiasmo -. Podría recoger mis cosas y largarme en mi espada de aquí y...y... y no tener que ver la cara de WangJi nunca más... aunque eso sería una lástima -, agregó con un puchero -, porque realmente es una cara hermosa.

- Pues, vas a verla todo lo que quieras por el resto de tu vida -, gruñó de vuelta el alfa y se puso en pie para dirigirse a la puerta.

- ¿Has pensado que yo podría ser estéril? – aventuró Wei WuXian mientras se acomodaba sentado, cruzando los pies debajo de su cuerpo.

- ¿Por qué habrías de ser estéril? – se desconcertó Jiang Cheng -. Has tenido tu celo sin problemas en los últimos años y nada apunta a que tengas algún problema...

TIĀNTÁNG ZHĪ HUĀ (Flores del Paraíso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora