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Lo que más exasperaba a Wei WuXian de Cloud Recesses... era el silencio. Todo lo demás era tolerable: la comida, aunque un poco sosa, era comestible; la acción abundaba gracias a la costumbre de los Lan de ayudar a todo el que tuviera problemas; los conocimientos acerca de disímiles y abundantes técnicas de cultivación estaban... casi al alcance de la mano. El silencio, por otro lado, era imposible de aguantar para el enérgico omega.

Habiendo vivido en las calles hasta los 8 años, acostumbrado a correr, gritar y alborotar cualquier lugar al que llegara, era una tarea verdaderamente difícil para Wei WuXian quedarse quieto durante horas, a pesar de lo interesantes que pudieran ser los datos que aportara el maestro Lan frente a ellos. Fue por eso que del año que debía haber estudiado en Gusu, Wei WuXian solo estuvo seis meses antes de ser expulsado.

A lo largo de los cinco años siguientes a su expulsión, Wei WuXian había coincidido en varias ocasiones con los dos Jades de GusuLan y siempre había visto la misma expresión plácida en el heredero de la Secta... y la misma cara de palo en HanGuang-Jun.

Había que admitir que era una 'cara de palo' digna de ser admirada, pensó Wei WuXian mientras permanecía arrodillado detrás del líder Jiang.

A menos de dos metros de él, Jiang Cheng se mantenía muy erguido, con las manos apretadas en los muslos y expresión concentrada. Al omega no le habían pasado desapercibidas las discretas ojeadas que su hermano adoptivo dirigiera al Primer Jade.

Wei WuXian dirigió la vista a ZeWu-Jun, quien se encontraba sentado a la derecha de su tío, al lado contrario de Lan WangJi. El Primer Jade les había saludado cordialmente a su llegada; pero ahora, mientras esperaban por el servicio de té para iniciar la primera entrevista, su atención estaba más centrada en el líder Nie, quien ocupaba una posición similar a la de Jiang FengMian al otro extremo de la pequeña mesa.

El omega se inclinó ligeramente hacia delante para observar a Nie MingJue. Había visto al alfa en pocas ocasiones. Además de ser siete años mayor que ellos, el líder de QingheNie no era del tipo frívolo y se tomaba muy en serio sus obligaciones como líder de una Secta y Pentarca. Wei WuXian podía contar con los dedos de una mano las ocasiones en que estuviera en la misma habitación con él; pero recordaba que este hombre era otro de los alfas al cual su condición de omega nunca interesara. A diferencia de Jin GuangShan, que incluso ofreció a Jiang FengMian comprarle a Wei WuXian.

El omega se acomodó de nuevo sobre sus talones, experimentando un escalofrío al recordar el brillo codicioso en los ojos color miel del líder Jin. Al elevar la mirada, Wei WuXian encontró a Lan WangJi mirándolo fijamente.

La primera vez que viera a Lan WangJi, el omega se había preguntado si sus ojos estaban bien: eran tan claros que parecían cristales coloreados y con esa cara tan inexpresiva, tal parecía que no estaba viendo a la persona que se encontraba frente a él. Sin embargo, a lo largo de esos años de conocerlo, Wei WuXian había aprendido a saber cuándo Lan WangJi lo estaba observando.

Tuvo el impulso de saludar al alfa; pero antes de que consiguiera levantar la mano para hacer el gesto, Lan WangJi desvió la mirada y se inclinó levemente para escuchar algo que su hermano mayor le comentaba. Wei WuXian reevaluó su plan: tal vez no era con Lan WangJi con quien debía hablar; sino con ZeWu-Jun.

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Jiang Cheng tenía la vista fija en el lecho; pero realmente no veía nada a su alrededor. En su mente, se repetían las escenas de la tarde: la naturalidad con que Lan XiChen tocaba el antebrazo de Nie MingJue para hablarle en voz baja, inaudible para el resto; la forma en que el contacto suavizaba el ceño perenne del Líder Nie; cómo se encontraban las miradas de ambos y una leve sonrisa jugueteaba en los labios suaves del Primer Jade, cual si recordara una broma privada; el modo en que ChiFeng-Zun se esforzaba en mantener el mismo volumen de voz que su prometido, cual si no quisiera ofender a su alfa... Jiang Cheng no imaginaba que un hombre como ChiFeng-Zun pudiera ser tan considerado. Jiang Cheng no creía que él pudiera ser tan considerado.

TIĀNTÁNG ZHĪ HUĀ (Flores del Paraíso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora