Ningún verso, ninguna poesía que cantara la belleza de los Nueve Reinos sería adecuada para describir la imagen desplegada ante los ojos de Lan WangJi.
Wei WuXian permanecía de pie junto al lecho, la luz de la luna iluminando su desnudez con destellos de jade. Despacio, el omega elevó los brazos por encima de la cabeza y soltó la cinta roja que retenía sus cabellos, permitiendo que se derramaran como una marea satinada por hombros y espalda, hasta rozar las nalgas.
Lan WangJi se incorporó de rodillas en la cama y extendió una mano. Sus dedos se detuvieron en el aire, sin tocar la piel pálida que recubría músculos delgados y elásticos, como los de una pantera. Lentamente, movió la mano hasta atrapar un rizo oscuro y enredándolo en su dedo índice, contempló en trance el contraste con su propia carne blanca. Al fin, alzó la mirada al rostro de Wei WuXian, quien bajo su escrutadora mirada enrojeció como una doncella.
- Mi omega -, dijo Lan WangJi y no era una pregunta.
Wei WuXian pestañeó y se humedeció los labios; pero después de un instante, asintió moviendo la cabeza.
- Tu omega, Lan Zhan -, confirmó, sonrojándose más.
Un relámpago cruzó los ojos dorados del alfa.
Wei WuXian emitió un chillido y apretó los ojos bien cerrados mientras con ambas manos se aferraba a lo más cercano cuando fue arrebatado del suelo y lanzado por los aires como un muñeco. Durante un segundo, se concentró en recuperar el sentido de ubicación, en sentir el colchón debajo de su espalda, en apretar los dedos en la carne dura... Finalmente, abrió los ojos y vio a HanGuang-Jun cerniéndose sobre él como una fiera lista para atacar.
Lan WangJi descendió despacio – los irises dorados apenas un anillo refulgente en torno a las pupilas dilatadas. Wei WuXian intentó mantener el contacto visual todo lo posible... hasta que el rostro del alfa se tornó invisible, hundiéndose en la curva entre el cuello y el hombro. El omega emitió un sonido a medias entre gruñido y jadeo, preparándose para el punzante dolor que vendría; pero Lan WangJi no lo mordió. Ahora Wei WuXian gimió, abriendo los ojos cual si fueran a salírsele de las órbitas: la lengua del segundo jade presionó en el pulso agitado, mojó el cuello delgado, bajó hasta la depresión en que se unían las clavículas – donde el olor a ciruelas se intensificaba.
La húmeda exploración continuó por el pecho desnudo de Wei WuXian, quien se retorció incluso más cuando la boca caliente cubrió uno de sus pezones. ¿Cómo...? La sorpresa cortó el aliento del omega: ¿dónde Lan WangJi, el recto y puro HanGuang-Jun que había pulverizado con su energía espiritual un libro erótico, había aprendido esas cosas? ¿Había existido otro omega antes que él? ¿Había aprendido Lan Zhan estos trucos en algún...?
Los pensamientos y los celos murieron en medio de un largo maullido. Wei WuXian se arqueó, enterrando la cabeza en la almohada: en su pecho, la boca de Lan WangJi succionaba y lamía con demasiada energía, enviando descargas de deseo por todo el cuerpo del omega. Un suspiro estremeció sus miembros cuando el alfa dejó ir el botón enrojecido y erecto; pero su alivio duró unos segundos antes de que su otro pezón fuera igualmente asaltado.
Cuando por fin Lan WangJi continuó descendiendo por el vientre tembloroso del omega, este jadeaba atontado, incapaz de moverse, mientras su aroma inundaba totalmente la estancia. No obstante, su cuerpo volvió a la vida cuando la carne junto a su ombligo fue apresada en una mordedura.
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TIĀNTÁNG ZHĪ HUĀ (Flores del Paraíso)
Fanfic"Durante miles de años, las Sectas han sido las responsables de proteger a los humanos de las criaturas malignas, nacidas - muchas veces - del resentimiento de los hombres mismos. Desde hace más de cinco centurias, cinco Sectas han mantenido el pode...