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- Una semana! Ha pasado una semana y no sabemos nada de él! No puede haber desaparecido! Ya tendría que estar aquí!

- Tal vez fue hecho prisionero -, sugirió YanLi con un suspiro, evitando retorcerse las manos de preocupación.

Ante su sugerencia, Jiang Cheng dejó de pasearse de un lado a otro y la miró con el ceño fruncido.

- Wei Ying no se dejaría atrapar fácilmente.

- Tal vez esté muerto -, se encogió de hombros Madame Yu -. No sé por qué arman tanto alboroto por el destino de ese omega.

- Madre! – se quejó la joven Jiang.

- Y tú, YanLi, viajando hasta aquí, corriendo peligro, abandonando a tu esposo... ¡solo para tener noticias de un sirviente!

- Señora -, intervino Jiang FengMian.

- ¿Qué? Es un sirviente. Hijo de un sirviente, por tanto...

- A-Xian no está muerto -, aseguró el líder de YunmengJiang, ignorando las palabras de su esposa para dirigirse a sus hijos -. No hay noticias de HanGuang-Jun tampoco. Con toda certeza estarán juntos.

- Eso espero -, suspiró Jiang YanLi, esperanzada.

- Además, si estuviera muerto o prisionero, Wen Ruohan no habría perdido la oportunidad de hacérmelo saber -, continuó Jiang FengMian, recordando la reacción de su antiguo amante al enterarse de que había adoptado al hijo de Wei ChangZé.

A pesar de que ya no existían lazos sentimentales entre ellos, el líder de la Secta QishanWen le había acusado de traición con más violencia que su propia esposa, arrinconándolo en un pasillo de la Torre Koi para reclamarle por su decisión, exigiendo saber si detrás de su generosidad se escondía algo más – como sentimientos románticos hacia su amigo de infancia. RuoHan siempre había tenido celos de ChangZé.

Fue un día estresante; pero divertido, recordó FengMian: Wen RuoHan lo acusaba de amar al padre de Wei Ying y Madame Yu, de amar a la madre. Cualquiera pensaría que Jiang FengMian había sido un hombre promiscuo!

- Te conoce lo suficiente para saber cómo herirte -, mediosonrió Madame Yu, con sarcasmo.

- Yo también creí conocerlo de ese modo -, confesó el hombre con una mueca de amargura. – De cualquier modo, eso solo nos da esperanzas en el bienestar de A-Xian. Es hora de que descansemos un poco. A-Li, no ha dormido desde que llegaste ayer y eso no nos va a traer noticias de tu hermano. A-Cheng, asegúrate de que todos están en casa, ¿sí? No es conveniente que estemos dispersos en tiempos como estos: cualquier Secta puede ser el próximo objetivo de RuoHan.

- ¿Y Wei Ying? ¿Acaso no está fuera ahora? – gruñó el joven alfa.

- Mañana enviaremos nuevas patrullas a buscarlo. No te desesperes. Por cierto, ¿dónde está JingYi? No lo he visto hoy.

- Escondiéndose en la cocina -, se encogió de hombros Madame Yu, poniéndose en pie -. Donde su olor no cause problemas.

- Está en el pueblo. Li Shan le pidió que la acompañara a ella y a varias de las muchachas para ayudarlas con las compras. Parece que la excursión se extendió más de lo esperado -, terminó de informar Jiang Cheng con aparente calma.

- Deberías de tener cuidado, hermanito -, señaló YanLi, frunciendo los labios -. JingYi pasa mucho tiempo con Li Shan y las otras: alguna pudiera ocupar el lugar que tan fácilmente dejas vacío.

TIĀNTÁNG ZHĪ HUĀ (Flores del Paraíso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora