XV

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—¡Sigue corriendo!

Su respiración agitada y su cuerpo tembloroso delataban el momento de suma adrenalina que lo recorría de pies a cabeza, siendo causante de tal sentir la terrible persecución que estaba teniendo al abandonar el edificio. Una horda inmensa iba detrás suyo, después de YoonGi y JongIn, un montón de infectados que desconocía de donde demonios habían salido. No sabía hacia donde debía ir, solo corría en un intento desesperado de encontrar la oportunidad de salvarse, reconociendo por muy poco el parque en el cual descansaban algunos pocos de los cuerpos de los militares, quienes no tardaron en levantarse en un intento de atraparlos.

—¡Derecho!, ¡Continúa derecho!— oía las cortadas indicaciones que le daba el de cabellos plateados a sus espaldas, esquivando los cuerpos que empujaba para librar el camino. Asintió costosamente sintiendo como el aire se le iba perdiendo en cada suspiro, jadeando por el cansancio. La desesperación lo había invadido por completo, pensando solamente en como librarse de esa horrible situación y casi olvidándose de como respirar.

Fue una cuadra más la que pasó -en la cual habían ganado una buena distancia- que a lo lejos divisó un grupo de infectados interfiriendo en el camino, y ahí supo que debía prepararse nuevamente para correrlos, o por lo menos a ese muerto en especial que se cruzaba justo en frente, delante de todos los demás. Posicionó sus brazos cerca de su pecho y su cuerpo se encogió un poco a medida que se iba acercando, entrecerrando sus ojos y alistandose para arremeter contra ese enfermo como si fuera un jugador de rugby profesional. Con todas sus fuerzas dió contra él, golpeándolo para arrojarlo hacia un costado, pues los infectados cuando caían difícilmente se levantaban, más no controlo la fuerza bruta y terminó dando un mal paso, cayendo encima de aquel enfermo.

—¡¿Oye, que te pasa?!— oyó que le gritaban, abrió los ojos como platos observando al chico castaño que lo miraba aterrado debajo de su cuerpo, con las manos cubriendo su propia boca, seguramente de la impresión— ¡Déjalo!— le ordenó un rubio. Se levantó rápidamente observando asustado al grupo de personas, y luego miró detrás suyo. YoonGi y JongIn se acercaban aún con la horda siguiendolos.

—¡Corran!— llegó a exclamar solamente, viendo cómo los desconocidos observaban con temor a los cientos de infectados, recién notandolos. Siguió su carrera pasando a un lado de un pelirrojo y un chico alto que estaban más atrás del grupo, escuchando las rápidas pisadas de esa gente a sus espaldas.

Suga estaba pensando con rapidez en donde podrían meterse, otro edificio no sería nada conveniente y otra cosa no se le ocurría, así que se resignó a solo seguir y esperar un milagro, viendo a toda ese gente que se habia sumado a ellos para escapar.

—¡YoonGi!, ¡¿A dónde vamos?!— le preguntó JungKook volteandose para mirarlo. El de cabellos mentas se mordió el labio inferior sin saber que responder, solo atinando a hacerle una seña al muchacho para indicarle que doblara a la izquierda.

—¡Jodida mierda!, ¡Kai!, ¡¿Qué hacem-?!

—¡JiMin!— rápidamente observó hacia un lado al escuchar ese grito, terminando en una mujer castaña y un chico de cabellos rubios, viendo cómo el muchacho estaba tirado en el suelo siendo sostenido del pie por un infectado que a su suposición, habia salido sorpresivamente del callejón. Vió como la señora lo miraba atemorizada mientras retrocedía para empezar a correr nuevamente, dejándolo abandonado a sus espaldas. Su ceño se frunció considerablemente, no podía creer que alguien podría llegar a ser tan cobarde como para dejar a su compañero atrás, en manos de la muerte.

—JongIn, ¡cubreme!— el moreno asintió agitado y levantó su arma, deteniéndose para disparar contra todos los muertos que se acercaban a su amigo y al chico rubio, dando también con aquél enfermo que lo sostenía anteriormente.

INFECTEDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora