—Este va a la doce.Su mente estaba pérdida por ahí, divagando de pensamiento en pensamiento mientras su cuerpo era arrastrado por unas grandes manos hacia un lugar que él desconocía, pues sus ojos estaban vendados con un sucio trapo, cegandole la vista por completo.
Oía llantos lamentables y gritos pidiendo ayuda tras las paredes de aquel sitio, tan desgarradores que hasta podrían llegar rozarle el alma, pero él estaba más preocupado en encontrarle una salida al asunto, cosa que al parecer, sería muy complicado.
—Mira niño, te trajimos un nuevo amiguito para que te acompañe— oyó que hablaba uno de los hombres que aparentemente lo llevaba, tomándole del brazo con mucha fuerza.
Fue empujado de manera brusca hacia adelante, provocando que chocara con otro cuerpo que lo sostuvo con cierta dificultad, luego el sonido metálico de una puerta cerrandose y unos pequeños pitidos sonando. Cuando estuvo seguro de que los tipos se marcharon tras asegurar la reja rápidamente se quitó la venda de los ojos, encontrándose repentinamente con una figura borrosa parada frente suyo.
—¡Oh, joder!— retrocedió exaltado, pegándole un empujón a la persona que estaba cerca.
Chocó contra una pared mientras se frotaba los ojos desenfrenadamente, intentando aclarar su vista lo más veloz posible y acostumbrarla a las sombras e iluminaciones de aquel pequeño cuarto.
—Oye. . .
Ya aclarado, bajó un poco la cabeza para cruzarse primero con un chico de cabellos negruzcos que lo observaba incrédulo, tal vez un poco asustado ante su repentino sobresalto.
—Cálmate— le musitó con voz suave cuando su respiración se vió acelerada al notar que estaba encerrando en una pequeña habitación sin ventanas, se trataba solo de una litera y un inodoro que era tapado por una pequeña pared.
—¿Qué demonios es este lugar?— indagó con el ceño fruncido, mirando de arriba a abajo con desconfianza a ese muchacho desconocido.
—Bueno, solo puedo decir que estamos bajo tierra. . .en todos los sentidos— alzó una ceja sin poder creerselo, asomándose por la pequeña ventanilla que había en la puerta—. Si te meten aquí ya eres hombre muerto, básicamente.
El lugar parecía ser gigante, como si se tratara de una gran cárcel pero más moderna y limpia, si, era muy similar a eso. Recorrió todo el pequeño espacio como si fuera un animal salvaje enjaulado en búsqueda de una salida, obligando a que aquel chico tuviera que moverse a cada instante para mantener un espacio prudente entre ambos.
—No hay forma de salir, lo sé porque la busque durante mucho tiempo— le informó.
Se volteó a observarlo frustrado, apoyando su espalda contra la pared otra vez para dejarse caer hasta quedar sentado en el piso, con las piernas contra el pecho y la cabeza escondida ahí, pensando en que estaba jodido hasta el cuello. El joven desconocido se acomodó en la cama de abajo, quedándose allí para solo dedicarse a mirarlo fijamente con sus grandes e inexpresivos ojos, como si lo estuviera examinando de arriba a abajo.
—JongIn, ¿no?— le preguntó luego de un rato. El mencionado lo miró confundido, con las cejas aún más fruncidas—. Lo dice en tu placa— Kai bajó la vista hacia donde señaló el chico, viendo cómo en sus nuevas ropas totalmente blancas había abrochado una especie de cartel pequeño que decía su nombre y varias cosas más que no llegaba a leer.
—Si, ese soy yo— le respondió en voz baja, volviendo la vista hacia él.
—Bueno JongIn, me llamo KyungSoo. . .Bienvenido al Subterráneo.

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INFECTED
Fanfiction" 03/09/2023. ¡Último momento! Una gran infección de la cual se desconoce su proveniencia atacó repentinamente a los habitantes de la ciudad de Seúl, aparenta volver violentos a los infectados convirtiéndolos en una especie de caníbales que atacan s...