Burning

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26/06/2018; Ludovico Einaudi

Burning

Las hojas se arremolinan entorno al fuego que las consume con tal sutileza que pareciera que nadie es consciente de ello. Las nubes pasan por encima y fingen no querer llover para no detener la danza funesta que aviva las llamas. Pero las llamas las engullen, las hojas de los árboles, ya marrones de por sí, emprenden un nuevo camino hacia aquello rojo pasión y naranja como su final.

Se retuercen en un dolor tan estético que nadie osaría jamás quejarse. Se enredan entre ellas al mismo ritmo que se carbonizan. El negro sigue al rojo y el rojo al marrón apagado.

Pero cuando el fuego las ha consumido por completo sólo quedan cenizas en el suelo. Y es ahora cuando las nubes sí empiezan a darse cuenta del terrible acontecimiento que han permitido. Deciden tomar cartas en el asunto y llover.

Llueven con intensidad. La mayor tormenta que ha sucedido en el planeta Tierra jamás vista por los Dioses. Ellos, que habían creado la vida para disfrutarla. Y ahora se desvanece con una efimeridad que nadie creería posible. El agua arrastra cualquier señal de fuego que hubiera podido haber antes. El viento tuerce las ramas de los árboles y los arrastra hacia el mar.

La calma ha vuelto.

El viento vuelve a soplar, suave, escurriéndose entre las hojas que yacen sobre la superficie lisa del océano en calma.

Y en un último soplo, las hojas se arremolinan otra vez. Formando la imagen del mismísimo fuego levantándose sobre el agua.

Bittersweet fairytalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora