Una vez cada trescientos sesenta y cinco días, cuando la luna se alinea con la mirada de mis antepasados, mi piel se transforma en seda. Las líneas dibujadas sobre ella desaparecen y se convierten en mapas en mi consciencia y mi alma se libera.
Ando sin rumbo pero sin perderme.
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Bittersweet fairytales
Historia CortaAquí dentro hay cuentos de hadas que jamás debieron contarse. Prosa poética y relatos cortos de 2017-2018.