VI

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La caminata fue extenuante, el trayecto es más largo cuando cargas más peso de lo habitual. Aunque por el camino pude disfrutar del bello paisaje, con eso de buscar fragmentos y pelear con todo aquel que se nos crucé no nos dejaba relajarnos con un bello amanecer.

-Ya llegó Koga- Grito Ginta y todos los hombres de la tribu salieron para recibirlo. Al ver que nos acercábamos y como traía a Koga, Hakkaku se acercó.

-No te preocupes, yo puedo- Continúe caminando bajo la atenta mirada de la tribu. Lo traía entre mis brazos, porqué a mitad de camino se desmayó y decidí que lo mejor sería seguir caminando.

Deposite en su cama a Koga, hacia un poco de frío, por lo que le coloque una manta que traía conmigo. Kagome me regalo algo que llaman "mochila", dentro de ella se pueden almacenar gran cantidad de cosas. Dentro de ella estaban dos mantas, una almohada, botiquín, medicinas, comida y agua, además de unas golosinas. Todo cortesía de Kagome, más aparte me enseñó a curar heridas con los artefactos que venían dentro del botiquín.

Se veía tan adorable dormido, me podría quedar aquí durante mucho tiempo. Pero no, debo de explicarle a su manada que fue lo que ocurrió. Salí con paso firme y una postura

-Y bien, ¿Qué ocurrió con el jefe Koga, ___?- Cuestionó curioso uno de los amigos del joven lobo.

-Les contaré todo con detalle para que no se vallan a confundir, ¿Me escucharon?- Ellos asintieron- Bien. Mi grupo y yo llegamos a un palacio con olor a Naraku, nuestro rival. Al entrar vimos un escenario repugnante. Eran los hombres lobo de la tribu del norte y la de aquí, ellos estaban tumbados en el suelo, llenos de sangre y sin vida- Todos se impactaron al escuchar eso, y varios se enojaron - Después de un rato, una mujer con un abanico, creo viento y con ello manipulaba los cadáveres para pelear con Inuyasha, pero al sentir la presencia de Koga roció con sangre a Inu, confundiendo a Koga y haciéndolo creer que Inuyasha hizo todo. Por lo tanto pelearon hasta que el fragmento que Koga usaba soltó veneno, paralizandolo en medio de la pelea con Kagura, la vencimos a tiempo y la señorita Kagome purifico el veneno con una flecha sagrada. Y ya, lo traje hasta aquí- Alcé mis hombros, restandole importancia a lo último.

Me imagino que el jefe querrá vengar a nuestros compañeros y tratará de ir a por Naraku- Murmuró Ginta pensando.

-Pues no te equivocas, sin embargo, por el momento debemos curarlo y cuidarlo hasta que se recupere del todo- Ellos asintieron no del todo convencidos -Yo me quedaré un tiempo para ayudarlos- Y sin nada más que decir, entre de nuevo a la cueva con la intención de curar a Koga mientras duerme.

Llegué hasta a él, seguía en la misma posición. Saque de la mochila el botiquín y lo puse a un lado de su cama. Lo observe bien, buscando cada herida que se debe de curar, tenía en los brazos, piernas, cara y parte del cuello, además de que tenía una marca en la armadura a la altura del abdomen. Le quite la armadura y pude apreciar su marcado abdomen, me sonroje un poco, pero lo olvido ya que aún seguía herido.

Abrí el botiquín y de el saque un ungüento para después aplicarlo en cada cortada, en las más grandes les puse vendas. Lo volví a tapar con la cobija y guarde todo en su lugar.

Como toda la noche me la pase caminando estaba agotada, agarre mi almohada y la otra manta para tumbarme a un lado de su cama, en el suelo y me dormí de inmediato

•••

Sentí que algo me movía de un lado a otro, trate de abrir mis ojos y sólo conseguí medio abrir el ojo izquierdo. Guíe mi vista hacia la zona que movía, que en este caso era mi brazo, y era uno de mis lobos. Este me miraba y luego señalaba a un lado mío. Fije mi mirada a donde me indicaba y pude ver a Koga haciendo esfuerzo para levantarse, de inmediato me puse de pie y me coloque enfrente de él.

-¿A dónde crees que vas?- Dije alzando una ceja con una mirada desafiante.

-Iré a buscar a ese maldito de Naraku- Dijo Koga con furia, comprendo que sienta impotencia por no haber vengado a sus compañeros, pero aún no se recupera del todo y no puedo dejar que continúe así.

-Nada de eso por ahora- Negué con la cabeza -Ahora descansarás mientras te preparo algo de comer- Lo tumbe en su nicho y este sólo gruño -Vuelvo pronto- Salí corriendo acompañada de mis lobitos.

Observaba con detenimiento cada sitio del bosque en busca de un movimiento alguno, aproveché esto para mejorar mis instintos. Escuchaba cada ruido y olfateaba cada aroma que llegaba a mi nariz. Solté un zarpazo a mi izquierda logrando darle a un ciervo. Lo cargue sobre mi hombro y fui a por más presas.

•••

Fue la mejor caza en toda mi vida. Logré apresar a dos ciervos, cuatro jabalíes y siete conejos. Debo recalcar que también llevo para la tribu y para mis lobos.

-Tengan- Les lancé un conejo a cada uno de mis lobos antes de entrar a la cueva. Ellos lo devoraron en menos de un minuto -¡Ya llegue!- Sé escucho el eco resonar por las paredes.

-Hola ___- Saludó uno de los hombres lobos, yo le asentí con la cabeza a manera de respuesta.

-Ahora si ya puedes salir Koga- Él seguía en la misma posición en la que lo había dejado -Vamos a comer- Le sonreí y le tendía mi mano para ayudarlo, Koga la tomó y se pudo levantar con mayor facilidad. Fuimos hasta afuera aún tomados de la mano, cuando él se percató se sonrojo y me soltó con delicadeza.

-Bien, sólo falta cocinarlos- Dije animada. Prepare una fogata y ahí comencé a asar la carne. Cuando ya estaba lista, la repartí a todos, pero debo de admitir que a Koga le di el trozo más grande, no piensen mal, es con el fin de que se recupere pronto.

-___- Hablo Koga despacio.

-Si, dime- Respondí mientras le daba una mordida al trozo de carne.

-¿Por qué me ayudaste?, después de que trate atacarlos lo veía imposible- Cuestionó el joven jefe de los hombres lobo.

-Somos de la misma especie, jamás dejaría a uno de nosotros atrás. Además, comprendo que reaccionaras así, no es fácil ver a tus compañeros tirados en el suelo sin vida- Dije sinceramente mientras que lo miraba directamente a los ojos.

-Gracias- Susurro con sinceridad.

-Sólo quiero pedirte algo- Murmure con seguridad.

-Claro, dime- Respondió él.

-Quiero que me tengas más confianza, me gustaría ser tu amiga- Desvíe mi vista a la fogata y apoye mis brazos en el suelo.

-Te prometo que confiaré más en ti, espero que tu también confies en mi- Tomó mi mano y le dio un ligero apretón, aunque de inmediato la retiro.

-Ya lo hago.

¿El amor es complicado? (Koga Y ___)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora