¿El amor es complicado? (Koga Y ___)

IX

Muy lejos de la cueva encontré demasiado alimento, como para alimentar un año a mi tribu, no sólo encontré carne, sino algunas moras, cerezas, manzanas y más variedad de fruta. No percibía nada extraño a mi alrededor, o eso era hasta que llegaron mis lobitos aullando desesperadamente. Lo que lograba entender es que estaban atacando nuestro hogar.

Corrí sin importar que dejara ahí la comida, mi familia es primero. Al estar a pocos metros de distancia al fin lo percibía, era el asqueroso olor de Naraku, específicamente de Kagura. Estaba clavandoles sus cuchillas por todo el cuerpo a mis compañeros. Sangre brotaba  por todos lados, estaba paralizada, sentía mucho miedo. Era como un déjà vú, comenzaba a sentir ansiedad.

-¡Hermana!- Grito Isamu sacandome de mi ensoñación -Están matando a todos- Exclamó alterado, creo que él estaba peor que yo.

-Debemos pelear- Él asintió, apoyando mi idea -¿Y el abuelo?- Sus ojos se abrieron a más no poder, no se como tomar su expresión.

-No lo se, entre está masacre no lo he podido localizar- Concluyó.

-¡Maldición!- Gruñí, una idea pasó por mi cabeza. Empecé a aullar, mis lobos me siguieron, mi hermano sólo me veía confundido, espero que Koga lo escuché.

-Al fin llegas para unirte a la fiesta- Hablo Kagura sarcástica -Que te parece si te les unes a tus amigos en esta danza- Movió su abanico en un solo movimiento, aún seguía conmocionada, en ese instante pensaba que iba a morir, pero vi como el viento cortante bloqueada el ataque.

-¿Estás bien ___?- Me pregunto preocupada Kagome.

-Si...- No sabía como reaccionar, estaba muy conmocionada por todo este asunto, pero en un segundo reaccione. Sentía rabia -¡Me las pagaras, maldita sabandija!- Me lance sobre ella, esquivando su viento con una agilidad que ni yo creía, esto lo hice hasta que le di un puñetazo en la cara. Después proseguí a propinarle varios golpes en la zona abdominal, dejandola sin aire. Kagura reacciono y levanto de nuevo su abanico, yo retrocedí de dos saltos.

-Buenos golpes, pero esto no detendra mi fiesta- Su abanico se alzó y me apuntó, pero después giró su cabeza a la izquierda, en dirección a Isamu y abaniqueo en contra de él. Yo no alcanzaría a llegar, sentí mucha impotencia, pero de una manera inexplicable apareció mi abuelo y se puso enfrente de mi hermano, recibiendo todo el daño.

-¡Abuelo!- Grite atemorizada, no me importaba que estuviera Kagura, solamente me guíe por mis instintos y corrí hasta donde yacía su cuerpo. Mi hermano se incó y abrazó al viejo sabio, yo lo imite- Todo estará bien, no te preocupes, yo te sanare- Coloque mis manos sobre sus héridas e iba a comenzar a curarle. Con su hocico movío mis manos y nego.

-Hija, mejor guarda tus energías para pelear contra esa mujer, mis héridas son demasiado graves, eso solo te dejaría inconsciente- Yo negaba repetidas veces, no puedo dejar que mi abuelo muera enfrente de mi si puedo hacer algo.

-¡No!, no lo hare- Iba a repetir lo mismo, pero ahora me gruño.

-No seas terca y protege a la tribu- Murmuro enojado -Ya estoy demasiado viejo para soportar esto- Suspiro cansado -Isamu quedas a cargo de la tribu, tu eres el nuevo jefe- Mi hermano asintió con lagrimas y lo abrazó aún más fuerte -___ te encargo que acabes con ese maldito de Naraku, no quiero que acabe con nuestra especie. Y otra cosa hija, recuerda seguir lo que tu corazón te indique, haz lo que más te haga feliz mi niña- Dijo entrecortado, ya no podía respirar -Los quiero mucho hijos- Nos sonrío con su último aliento y cerró los ojos. Mi abuelo había muerto...

-¡Maldición!- Grite conteniendo mis lagrimas. No sabía que pasaba a mi alrededor, solo podía pensar en mi abuelo y en todo lo que me había enseñado, todos esos años en los que me crió como si fuera su propia hija.

-¿¡Cómo te atreves Kagura?!, pagarás por esto- Dijo enfurecieo Inuyasha lanzandole un viento cortante, aunque antes de que impactara contra la dueña de los viento esta escapo en su pluma voladora.

Todo había acabado, todo era un desastre. Cuerpos por todos lados, llantos y gritos de los perteneciente a la tribu, casas destruídas y después de un largo rato un silencio penumbral, nadie emitía un sonido y solo se sentía un ambiente de tristeza.

Por el rabillo del ojo veía a Miroku, Inuyasha y Sango ayudando a sepultar a los muertos, Kagome y Shippo fueron a buscar algunas flores para las tumbas. Isamu y yo aún permaneciamos aferrados al cuerpo de nuestro abuelo.

Sentí un olor muy familiar, era de nuestra misma especie y se sentía la presencia de tres fragmentos de la perla de Shikon. Es Koga, acompañado de sus dos amigos.

-¿Qué paso?- Murmuró extrañado, aunque después observo mejor y se dío cuenta de lo que pasaba.

-Llegaste tarde lobo sarnoso- Exclamó Inuyasha con sarcasmo.

-¡Callate bestia!, ¿Quién hizo esto?- Cuestiono el hombre lobo.

-Fue Kagura, acabo con la mayoría de la tribu- Respondío el monje Miroku.

-¿Y ___?- Volvió a preguntar Koga, yo solo escuchaba sin mucha importancia.

-Ahí- Me señaló Sango -Esta en shock porque su abuelo también fue víctima de Kagura.

-Demonios- Susurró y sentí como sus pasos se acercaban -Lamento llegar tarde ___- Puso su mano sobre mi hombro, tratando de reconfortarme, agradecí colocando mi mano sobre la de él. Ahí es cuando reaccione.

-No te preocupes, ya paso todo- Me pare y le di la cara, trate de sonreirle aunque no fue un exito porque solo hice una mueca.

-Claro que debo de preocuparme, no llegue a tiempo a ayudarte y tal vez podría haber ocurrido otra cosa- Me gritó un poco furioso, ¿Acaso se estaba preocupando por mi?. Ablandó su semblante y suspiro -Perdona, no quería gritarte- Inesperadamente me abrazó, yo le correspondí.

-Esta bien, con que te tomaras la molestía de venir sirve- Disfrute un poco más del abrazo y me separe -Isamu, es hora de dejar ir al abuelo- Asintió aún en shock, se levantó y cargó al abuelo hasta donde quedaba un hoyo más -Te extrañare abuelo- Bese su peluda frente y mi hermano lo colocó con delicadeza en el boquete. Corrí adentro de la cueva y de el nicho del abuelo agarre su manto favorito, era el que él había conseguido para la abuela cuando se hicieron pareja. Lo cubrí con el y ahora si empezamos a hechar la tierra hasta que estuviera bien cubierto- Adios abuelito- Susurre y me aleje un poco de ahí.

Me acoste sobre el fino pasto y cerre mis parpados, necesitaba relajarme un poco de todas estas situaciones. Perdí la noción del tiempo y me quede dormida.