-Chicos, iré a cazar algo para la cena- Les informe a mis amigos.
-Pero si podemos comer pescado- Comentó Kagome.
-Ya lo se, aunque lo mejor sería que comieramos otras proteínas para tener más energía y fuerzas- Argumente mi pensamiento, la verdad ya me había cansado de comer tanto pez -Yo los alcanzaré después- Me despedí y salí corriendo hacia el bosque en busca de un jabalí o conejos.
Le fui siguiendo el rastro a un jabalí, ya cuando estuve muy cerca de él me tire sobre el animal y le corté el cuello. Cuando murió el animal lo agarre y comencé a buscar otras presas, con el hambre que tiene Inuyasha combinado con el mío nosotros nos acabaríamos el jabalí, así que necesito otro para los demás.
En mi busqueda por otro cerdo salvaje llegue a un campo totalmente despejado de arboles, al fondo ví a una niña con el cabello suelto y un kimono de cuadros naranjas y amarillos con pequeños detalles en verde y un lazo del mismo color en la cintura. La pequeña estaba distraída recolectando flores, por lo cual no se percato de que un monstruo estaba detrás de ella. Me acerque velozmente y al estar cerca solté el cerdo para saltar, propinandole un golpe directo en el corazón del demonio, lo atravesé por completo el pecho acabando con él.
La niña solo me miró sorprendida, mientras se le caían las flores de las manos.
-¿Q-qué paso?- Preguntó un poco asustada la pequeña.
-Ese demonio estaba apunto de atacarte- Señalé el cuerpo -Pero por suerte estaba cerca y pude ayudarte- Le sonreí, era para tranquilizar a la niña -No deberías de andar sola por estos lugares.
-Disculpeme señorita, solo estaba buscando un río para encontrar alimento- Dijó un poco avergonzada.
-No te preocupes, dejáme ayudarte- Le señale para que me siguiera mientras cargaba de nuevo mi jabalí -Por cierto, me llamo ___- Me presenté para sacar algo de platica en lo que caminabamos al río.
-Yo me llamo Rin- Contestó la niña, era muy bonita y tiena.
-Lindo nombre- A ella se le sonrojaron las mejillas ante mi comentario.
-Gracias- Dijo con pena -Usted es muy linda señorita.
-Muchas gracias Rin- Me detuve porqué ya habíamos llegado a nuestro destino -Bien, es hora de cazar- Me lancé en el agua y comencé a pescar todo pez que pasaba por mi lado, estas cosas las tomo como competencias, entonces lo estaba haciendo todo deprisa para romper mi record. En cinco minutos cazé veinte peces. Salí del agua y me sacudí para quitar el exceso de este líquido.
-¡Wow!, ¿Cómo pudó cazar tantos peces?- Pregunto anonadada Rin, al parecer ella de demora mucho en conseguirlos -El señor Jaken apenas puede conseguir dos en ese tiempo.
-Bueno, con la práctica se mejora, aparte soy una mujer lobo- Alcé mis hombros restandole importancia -Ten- Le dí los peces -Son tuyos- Le guíñe un ojo.
-Gracias señorita ___- Me agradecío con mucha alegría, se notaba que Rin tenía mucha hambre. Iba a contestarle pero en eso siento una presencía igual a la de Inuyasha, aunque esta es más intensa, como la de un demonio -Amo Sesshomaru que bueno que esta aquí- Corrío la niña en dirección contraria a la mía.
-¿Por qué demorabas tanto Rin?- Preguntó serio el hombre, me di la vuelta y lo pude apreciar. Era un hombre joven con larga cabellera platinada, orejas puntiagudas, ojos dorados y unas líneas de color violeta que decoraban sus mejillas. Iba vestido con un traje blanco, su armadura con unos pinchos, a su lado estaba una katana y también tenía una estola muy esponjosa que llamaba la atención, he de suponer que es su cola.
-Perdone señor Sesshomaru, no encontraba alimento- Se disculpó Rin -Pero esta señorita me ayudo a pescar, además de que me salvó de que un demonio me atacará- Le contó a Sesshomaru, ahora que lo recuerdo ya se quien es él.
-Es un gusto conocerlo señor Sesshomaru, Lord de las tierras del Oeste- Le dije al joven -Mi nombre es ___- Le comenté.
-¿Y eso a mi que me importa?- Contestó un poco brusco y frío el demonio, aunque no me sorprendío ya que la mayoría de los demonios demuestran superioridad.
-Me agrada tu frialdad- Señalé, su actitud me gusto, me gustaría conocerlo más y ser amigos, aunque lo dudo mucho -Me marcho, cuidate mucho pequeña Rin- Me despedí de la pequeña niña.
-Adios señorita ___- Se despidío con la mano mientras me sonreía. Yo salí corriendo y me adentre de nuevo en el bosque en busca de más presas.
•••
-¡Ya llegue!- Anuncíe a mis amigos que ya tenían instalado el campamento en donde cenaríamos y dormiríamos.
-Que bien que llegaste, ya tenía mucha hambre- Dijo Inuyasha casi saltándome encima.
-Oye, tranquilo viejo- Lo detuve antes de me tumbara -Aquí esta todo lo que conseguí- Solté dos jabalís y cuatro conejos al suelo.
-A comer- Inuyasha iba a comerse un conejo, pero Kagome se lo impidió.
-Antes tenemos que limpiarlos y preparalos- él solo se quejo y se sentó enojado. Hicimos lo que dijo Kagome y los pusimos a asar.
-Disfruten la comida- Les deseé mientras tomaba un trozo de carne del jabalí y le daba una mordida.
-¿Por qué demoraste tanto?, ¿Qué no eras la mejor cazadora de tu tribu?- Cuestionó la exterminadora mientras comía.
-Y si lo soy- Le contesté un poco ofendida, ¿Cómi cuestionaba mis habilidad así? -Solo que salve a una niña de un demonio y después le ayude a conseguir alimento.
-¿Cómo se llamaba la niña?- Preguntó el monje.
-Se llama Rin, después conocí a su amigo llamado Sesshomaru- Todos se sorprendieron por lo que dije, no se que tenía de malo.
-¿C-cómo que te encontraste con mi hermano?- Me preguntó Inuyasha deprisa.
-¿Es tu hermano?, no lo sabía- Todos me miraron raro.
-Cierto, la señorita ___ no estaba cuando nos topamos con Sesshomaru, ella estaba siguiendo el rastro de Naraku mientras nosotros descansabamos- Aclaró el monje Miroku y los demás asintieron.
Después de esa platica seguímos comiendo con normalidad. Terminamos y nos fuimos a dormir, ya que el descanso es necesario para lo que estamos pronto a enfrentar.
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¿El amor es complicado? (Koga Y ___)
Fanfic___ es una chica lobo, pero es huerfana. Ella es extrovertida, muy fuerte y tiene la ventaja de ser super rapida. Ella vive en la epoca feudal, es aquella epoca en donde existe la llamada "Perla Shikon", que hace realidad tu mayor sueño. A ella no l...