A medida que pasan los minutos, las horas estoy más ansioso, y no puedo negarlo un poco emocionado por ver a Stiles. Me había acercado al Loft para darme una ducha rápida pero eficientemente, me había puesto unos jeans azules y un henley color borgoña cuello en v, y mis botas negras. Cogí mis llaves, mi billetera y mi celular sin olvidar mi chaqueta de cuero, aunque no era necesaria ya que era pleno verano. La quería en caso de que Stiles... en caso de que alguno de los dos tuviera frío. Revise que tenía todo lo necesario antes de salir corriendo del Loft. Sin embargo me olvide de consultar mi reloj, por lo que termine llegando temprano a recoger a Stiles. Él cual me abrió la puerta con una playera blanca que abrazaba su torso, lo suficientemente ajustada para dar una idea de los músculos ocultos de bajo y jeans negros ajustados que cubrían sus largas piernas pero sin zapatos.Su cabello era la cantidad justa de despeinado, que hizo que quisiera pasar los dedos por él, se veía casual y relajado pero desarmadamente sexy. Me quede allí parado completamente absorto por la belleza de Stiles. Mi mandíbula literalmente se abrió un poco, y tuve que inhalar aire; saboreando accidentalmente ese aroma dulce y achocolatado que me hacía sentir mareado sin saber porque, el olor se pegaba a mi lengua. Stiles me frunció el ceño confundido, alejándose despacio de la puerta. En una invitación sin palabras para que entrara en su casa. -¿Te encuentras bien, Derek? -me pregunto tratando de mantener su tono de voz ligero y amigable.
-Sí, estoy bien -le contesto rápidamente aclarándome mi garganta de la aspereza que sentía, ignorando las demandas de mi lobo de acercarme al niño y envolver mis brazos a su alrededor. No entendía su desesperación por marcarlo, como nuestro. -Te ves bien -digo con torpeza retorciéndome interiormente ante la admisión. El olor de Stiles floreció ante eso, con una sonrisa acurrucada en las comisuras de su boca. -Gracias. Tú también. -dijo Stiles mientras retrocedía dos pasos más dentro de la casa y yo cerraba la puerta a mis espaldas. Mire mi atuendo era sencillo a mi parecer sin embargo el cumplido hizo que mi lobo se hinchara de orgullo. -Gracias -gruñí aclarando mi garganta nuevamente. -¿Ya estás casi listo? Le pregunto tranquilamente.
-Sí, solo tengo que ir por mis botas a mi habitación. Regreso -dice levantando un dedo para indicar que lo espere un momento, pasa a mi lado y sube las escaleras. Lo escucho moviéndose apresuradamente en el piso superior antes de reaparecer en el rellano de las escaleras y descenderlas a una velocidad inusual. Se detuvo frente a mí con la cabeza vuelta hacia un lado mirando su reloj, mostrando el lado de su cuello. Tuve que tragar grueso al verlo, reprimiendo un gruñido mientras mi lobo retumbaba anhelante. Nunca podría superar ver al niño en una posición tan confiada y sumisa, ver toda esa carne que suplicaba ser mordida y reclamada. La unión de su cuello y su hombro donde iría mi mordida de reclamación cuando nos apareáramos. Si estuviéramos apareados. Lo que no era probable que sucediera. Maldita sea. No entendía que es lo que me estaba pasando pero me sentía desesperado por tocarlo.
-¿Puedo? -comencé a preguntar, pero me detuve con la mano a medio camino de su cuello. Me moría por conseguir mi olor en Stiles, odiando que la pequeña cantidad que se había transferido esta mañana hubiera desaparecido tan rápidamente. No tenía idea de por que mis emociones estaban tan descontroladas. -Estaría bien para la cubierta -miento con facilidad encogiéndome de hombros. -De ninguna manera, una pareja que está formando un lazo, como lo estamos fingiendo caminaría sin el menor rastro del olor del lobo. -le explico creíblemente. Los rasgos de Stiles se agitaron, viendo el punto detrás de mis palabras mientras una expresión pensativa aparecía en su rostro.
-Está bien. Tú primero. -dijo abiertamente con una sonrisa tímida, inclinando su cabeza hacia un lado, poniendo su largo cuello en exhibición. Mis manos temblaban a mis costados y mis dedos se enroscaban en puños, trate de calmarme, trate de calmar mi corazón acelerado y mis respiraciones temblorosas. En un instante estaba de regreso a la secundaria, sin tener ni idea de cómo actuar. No, yo era un hombre lobo adulto que podía manejar cualquier situación que la vida me lanzara. Cualquier situación excepto tal vez, una que involucre a Stiles en una posición sumisa, al parecer.
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Rituales de Apareamiento & Sterek
FanfictionLos rituales de apareamiento que los hombres lobo celebran cada siete años en pleno verano, son lo más estúpido que puede existir en todo el mundo. Son románticos, degradantes y excesivamente cursis en todo el sentido de la palabra; son llamados...