Rituales de Apareamiento & Sterek

(Textos, Compras y Sueños...)

A pesar de mis propios sentimientos confusos, sabía que no podía simplemente retirarme de los rituales de apareamiento, por mucho que me doliera, nunca le haría eso a Derek, y por encima de todo; nunca pondría en peligro a la manda Hale. Es por eso que el miércoles por la noche llame al hombre lobo a su celular. –Oye, entonces el siguiente evento es el baile de la Luna Nueva el sábado por la noche, ¿Verdad? –le pregunte tratando de sonar casual y fallando estrepitosamente. Derek mantuvo el silencio por tanto tiempo que si no fuera por su respiración pausada, habría pensado que me había colgado el teléfono. Ambos teníamos mucho que decir pero ninguno dijo nada.

-No necesitamos ir al baile. –dice Derek finalmente con voz suave sin ninguna pretensión, poniéndome nervioso. Aclarándose la garganta. –Bueno, sí, sé que no es necesario que vayamos, pero voy porque le prometí a Scott que lo haría por él, así que pensé que tú también querías ir. –le explique rápidamente tartamudeando pero estaba empezando a molestarme. Realmente Derek creía que solo estaba en esto por él, si era así su ego debería estar por las nubes. Sacudí mi cabeza mientras me sentaba recargado contra la cabecera de mi cama. 

-"No necesitamos ir al baile" –enfatizo Derek, ahora el sonaba molesto y un poco alterado. –El baile es para las personas que no han elegido, se supone que no debemos ir. Envía el mensaje equivocado. –dice él lentamente como si de nuevo estuviera hablando con un niño de cinco años, era increíble que un par de días cambiara todo en nuestra relación. Si era sincero creía que tenía su confianza pero al parecer no. Me frote mi cabello con mi mano en exasperación antes de volver a hablar. –Sí, eso es genial y todo; pero tu política de hombre lobo tendrá que ocupar un segundo plano aquí, porque, como dije, le dije a Scott que lo haría por él, y lo hare. –le dije sarcásticamente pero firmemente.

-Scott no tiene oportunidad de ser elegido, así que ¡¿Qué demonios importa?! –me grito fuertemente Derek exasperado y molesto por el teléfono. –Está bien, wow. Déjame reformular, voy al baile. Y me importa un carajo si apareces o no. –declaro con toda la rabia que pude demostrar. –No puedes ir sin mí. –gruñe el hombre lobo al otro lado de la línea. –Se vería mal, como si fueras elegible... –dijo en voz cada vez más baja, la última palabra casi parecía un gemido, pero era imposible que a Derek le importara.

-Sé exactamente como se vería. No soy un jodido idiota. –le grito aunque ya había perdido la rabia que había sentido solo segundos antes, no era culpa suya que llevara dos o tres noches sin dormir. –Así que supongo que tendrás que hacer una aparición, sí quieres que te pida un baile para reiterarle a todos que te pertenezco, y que solo estoy ahí para ayudar a mi hermano. –Le digo dejando escapar un suspiro cansado. –Y me debes una disculpa por ser un imbécil. –le señalo cruzándome de brazos como si el pudiera verme.

-No estoy tratando de ser un imbécil, o un idiota; simplemente estaba señalando la verdad. –dice Derek en voz baja y casi parece avergonzado. –Es solo, sabes que es verdad. Nadie ha mostrado ningún interés en él. –declaro finalmente pero con seriedad. Sé que es la verdad pero no he querido verla, y supongo que solo estoy esperando un milagro.  -¿Sabes dónde estuve la Navidad pasada? –le pregunte en un murmullo, apenas lo escuche murmurar negativamente. –En el hospital, debido a que Scott tenía neumonía y termino siendo ingresado para recibir oxígeno y nebulizaciones, cosas de las que los hombres lobo no tienen de que preocuparse. Oh ya sabes, también estuve allí en marzo cuando tuvo que ir a urgencias porque alguien llevaba un perfume demasiado fuerte. Creerás que también estuve allí en abril cuando un idiota decidió robar su inhalador para jugar con él. -seguí con mi prerrogativa, Derek no dijo nada.

-No me importa que tan malas sean las probabilidades de Scott, voy a seguir haciendo todo lo posible para conseguirle un hombre lobo, para que pueda brincar y subir dos tramos de escalera sin tener que sentarse por más de cinco minutos. Por lo que no tengo que quedarme despierto toda la noche cuando esté en el hospital. Y realmente no me importa si te importa o no. Voy al baile. –concluí fervientemente. Después de un momento escuche su voz. –Lo siento. Te recogeré a las siete. –dijo Derek humildemente en voz baja y toda la pelea fuera de su mente.