(CELO)

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Me quede completamente aturdido parado allí, con las manos aferrándome al borde del tocador, mis garras clavándose en la madera y astillándola. Mi lobo se estaba volviendo loco dentro de mí, aullando y exigiendo que ayudara a mi compañero y lo cuidara. Pero no podía. Debido a que Stiles aún no era mi compañero oficialmente y a pesar de que su dulce aroma me hacía desear más que nada ponerme encima de él y anudarlo; súmale el olor de su calor y se me estaba haciendo imposible resistirlo. Trague saliva y respire con la boca, mi cuerpo temblando y tenso mientras trataba de mantenerme en donde estaba. Estaba tratando de juntar un poco de fuerza y control antes de darme la vuelta y retroceder. –Debería irme. –dije con mis colmillos descendiendo y mi aliento atascado.

Me sorprendió el gemido adolorido y necesitado que Stiles dejo escapar, casi como un gimoteo. –No, Derek por favor. –me suplico lastimeramente, me negué a mirarlo, negándome a soltar mi tocador de madera arruinado, por miedo de que tratara de tomar a Stiles, reclamarlo y atarlo sin importar si él lo quería o no. –Derek... cuídame. –pidió con voz trémula y áspera, gemí ante lo patético que se escuchaba haciendo que mi lobo enloqueciera. Levante mi cabeza y lo mire boca abierto en shock, de verdad Stiles me estaba pidiendo que lo cuidara o ya estaba delirando. Stiles asintió con una leve sonrisa en su rostro.

-Stiles, no puedo. Tu padre... -comencé a negarme dirigiéndome hacia atrás, a la puerta, incapaz de terminar las palabras. Antes de que pudiera moverme Stiles atravesó el espacio que nos separaba y se aferró a mí con sus brazos envueltos alrededor de mi cintura. -No me importa. Derek, por favor. –jadeo en mi oído con voz entrecortada, mi polla se endureció ante el sonido. No pude evitarlo Stiles era demasiado tentador. Antes de que pudiera notarlo tenía mi nariz hundida en su cabello, inhalando ese olor irresistible y mi mano se posó en la cadera de Stiles para acercarlo más. –Por favor. –suspiro jadeando cuando otra ola de calor lo sobrepaso.

-Stiles. –suspire mientras hundía mi nariz en su cuello y lo sentí quedarse sin aliento cuando mi lengua se deslizo para probar esa cremosa y deliciosa piel. Lo empuje suavemente hasta que sus pantorrillas tocaron el borde de mi cama. Lo deje caer suavemente en ella y lo observe, mis ojos recorriendo su hermosa figura ávidamente como un depredador. Me recosté sobre él e inmediatamente sus brazos rodearon mi torso acercándome, respire su aroma como un hombre moribundo privado de aire. Mis ojos ardieron azules un segundo, antes de presionar mi boca contra la suya.

Devore sus labios carnosos con ansia, necesidad y deseo. Él chupaba mi labio inferior con deseo ardiente gimiendo debajo de mí mientras yo lo mordía delicadamente. Stiles se entregó a mí ciegamente. Un fuego ardiente consumía mis venas y mi mente. Todo se sentía bien, se sentía correcto. Stiles sabía bien, olía bien y se sentía maravillosamente bien, por un momento olvide toda la mierda que había consumido mi vida. Gruñí mientras mis manos encontraban su camino debajo de la camisa de Stiles y la levante por encima de sus pezones. Dios cuanto había querido poder mirarlos, me estaba matando cada vez que atrapa su contorno debajo de las playeras de superhéroes que él usaba. Deslice mi pulgar por su pezón, provocando que Stiles gimiera retorciéndose debajo de mí.

Ambos estábamos duros y calientes, podía sentir su erección friccionarse contra la mía. Empecé a trazar un camino por su cuerpo con mis labios, besando su cuello sus hombros y tuve que lamer sus deliciosos pezones. –Derek... -gimió de manera tan devastadora. Stiles abrió sus piernas para mí y no pude resistirme molí mi propia erección contra la suya, se sintió bien pero no era suficiente. Lo mire, su piel cremosa roja calentada y sus ojos vidriosos por la excitación, sus labios aún estaban húmedos. Mis manos encontraron el botón de sus vaqueros y rápidamente me deshice de ellos antes de arrancarle los boxers y quitarle la camisa y levantarme para contemplarlo.

Stiles era jodidamente hermoso. La luz de la ventana proyectaba suaves sombras sobre él, resaltando su cuerpo. Estaba de pie a la orilla de la cama, observando las ligueras marcas de sus abdominales, la larga curva de su cuello, los huesos de su cadera me estaba muriendo por trazar mi lengua por su abdomen, chupar y mordisquear, me tener mi nariz en su pubis. Su polla era larga, probablemente de la misma longitud que la mía pero no tan gruesa, estaba erguida, rígida y orgullosa. –Oh. –exclamo Stiles sorprendido. -¿Qué? –le pregunte curioso, no entendí que estaba pasando.

Rituales de Apareamiento & SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora