(Paintball en manada)

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No tenía ni una maldita idea de que se trataban las películas, quiero decir las había visto antes pero no recordaba sus historias y realmente toda mi completa atención estaba centrada en el niño sentado a mi lado, para fijarme siquiera en la pantalla; pero dados los comentarios ruidosos y sarcásticos de Stiles fue buena idea no prestar atención a la ironía. Pasamos rápidamente al baño antes de reunirnos con el grupo en el vestíbulo del cine, una vez más. La chica exuberante, Erica sugirió que todos tomáramos una cena tardía en el Dinner, a lo que todos estuvieron de acuerdo rápidamente; excepto Stiles que se volvió a mirarme con una ceja levantada, por lo que me encogí levemente de los hombros y asentí.

Nos dividimos, Stiles vino conmigo en el Camaro divagando sobre las diferencias entre las películas y la realidad. Yo logre expresar mi opinión de vez en cuando, sorprendiendo a Stiles mirarme con la boca abierta en silencio cada vez, antes de que se recuperara y añadiera o discutiera conmigo con entusiasmo. La conversación continúo cuando nos reunimos con los demás en el comedor en la cabina circular gigante en el fondo del establecimiento. Stiles robo algunas, si no es que todas mis papas fritas rizadas, mientras yo le robe sus palomitas de pollo y ninguno de los dos prestamos atención a las conversaciones que ocurrían a nuestro alrededor.

Sin embargo no pude dejar de notar que todos los amigos de Stiles eran buebos chicos a pesar de todo. Erica e Isaac solo eran agresivos para esconder sus debilidades, Scott era un cachorro como Stiles decía, pero el que mejor me cayó fue Boyd; él es el más parecido a mí, no hablaba mucho pero cuando lo hacia valía la pena escucharlo. No fue hasta que fui acorralado saliendo del baño por mi hermanita menor, que me di cuenta que mi comportamiento no era el común. Los labios de Cora se torcieron, sus ojos se entrecerraron mirándome fijamente, tenía los brazos cruzados y su aroma estaba lleno de determinación, confusión y un ligero indicio de irritación. Seguía olvidando como ella a pesar de ser la más pequeña era la más intimidante de los tres. -¿Qué diablos está pasando entre tú y ese chico? -exigió saber. Bloqueando la puerta del baño por donde acababa de salir y el camino de regreso a nuestra mesa.

-Estamos formando un lazo -dije claramente encogiéndome de hombros. Era la verdad, a pesar de que sabía que en algún momento tendría que renunciar a Stiles por el momento él era mío. Cora puso los ojos en blanco pero luego me miro seriamente. -¿Vas en serio? -me pregunto en voz baja. Me encogí de hombros, no estando seguro de cómo responder a eso, como ser honesto. Porque para mí ya era algo casi definitivo, pero para Stiles era falso. -Tal vez algún día -murmure suavemente, pensando que era lo más cerca de una respuesta honesta, que le podía dar. Simplemente odiaba que no fuera la verdad; pero Cora lo compro asintiendo lentamente una vez antes de fruncir sus labios en una suave sonrisa antes de irrumpir en el baño de damas para arreglar su cabello.

Me gire para dirigirme a nuestra mesa, mis ojos inmediatamente encontraron a Stiles que se estaba riendo ruidosamente y con ganas de algo, con una mano en su pecho mientras su cabeza se inclinaba hacia atrás, con su cuello largo expuesto. Me sorprendió lo atractivo que lo encontraba, como iba a poder pasar las siguientes semanas mostrándole que me enorgullecía de decir que nos pertenecíamos el uno al otro; incluso si era falso y con una fecha de caducidad, merecía totalmente la pena. Stiles volvió la cabeza y rápidamente me encontró, saludándome con una pequeña sonrisa. No me pude resistir, me moví sin ser consiente de hacerlo, deseando darle cualquier cosa que quisiera al chico castaño. Me deslice de nuevo en la cabina, con mi brazo estirado por la parte posterior de los hombros de Stiles, él coloco su mano en mi rodilla mientras seguía hablando con su amigo Scott, sobre quién demonios sabía que. La interacción de Stiles y mía era tan fácil, tan natural, una prueba más de que debíamos estar juntos, de que nos pertenecíamos. E iba ordeñar cada momento de estos mientras pudiera.

Todos pasamos un par de horas en el restaurante, antes de que decidiéramos ponerle fin a la noche y retirarnos. Cora vino conmigo y Stiles, cuando pase a dejarlo a su casa. Aunque fingió quedarse dormida en el asiento de atrás. Realmente no quería que la noche terminara, quería invitar a Stiles al loft, pero no estaba seguro; simplemente no quería irme aun. El castaño se aclaró la garganta y se movió en su asiento, sacando la lengua para lamer sus labios. -Entonces esta noche no fue un desastre total ¿verdad? -me pidió con un encogimiento de hombros y un puchero en sus labios, antes de sonreírme tímidamente.

Rituales de Apareamiento & SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora