"La soledad, decía mi madre,
es como un fuerte martillazo: hace añicos el cristal pero templa el acero. Templar, nos explicó mi padre, significa hacer fuerte, fortalecer, de la palabra "Fuerza"..."
-Una historia de Amor y Oscuridad, Amos OzLondres, Reino Unido
Sahar
Erza volvió a mi lado, el helicóptero que había derribado se estrelló contra el Palacio de Westminster. Si quería llamar la atención del mundo esto serviría.
Miré al agente que seguía de rodillas.
—Eso sí es culpa mía, señor Casttle—le dije—. Vamos, Erza.
Volvimos al coche, subimos y le ordené a Erza llevarme a su apartamento de seguridad en la ciudad. Ella había llevado a cabo varias misiones en Londres, y como todo Assassin, tenía un piso de seguridad en cada ciudad en la que le correspondía trabajar.
Si ya antes la gente estaba alborotada, después de lo que hizo Erza el jaleo se disparó más aún; las calles estaban abarrotadas.
—¿No nos seguirán?—preguntó la chica.
—Lo dudo.
No era la posibilidad de que nos siguieran lo que me abrumaba y preocupaba, la única razón que podía conseguir tenerme así estaba al otro lado del mundo con mi padre torturándola hasta el borde de la locura.
Mi pasado a su lado inundó mis pensamientos, cada imagen, cada suceso que vivimos juntas.
La primera vez que la vi ante mí mi alma cayó arrodillada, me derrumbé en el instante en que levanté la vista en su dirección y no entendía cómo esa forastera había calado en mí con tanta fuerza; lo cercana que me sentía a ella y viceversa, sus dudas que terminaron por disiparse y mantuvo su confianza en mí hasta el sol de hoy. Éramos más fuertes que nunca, más unidas y nada nos separaría, me prometí que nada me separaría de ella; el apoyo de mi madre, los constantes enfrentamientos con mi padre que al final aceptó que Faye no me hacía débil sino todo lo contrario.
Asesiné a Viktor Strauss por mis hermanas, pero más porque se lo debía a Faye. Hace años le prometí venganza contra quienes le arrebataron a su familia, nunca le mencioné que tal venganza, al menos contra Viktor, vendría de mi mano. Así me lo había hecho saber Circe. Yo sabría cuando y dónde lo ejecutaría, ni siquiera le permití decir unas últimas palabras. No lo merecía.
Y vi la vida escapar de sus ojos cortando, desollando, sus gritos de dolor, su sangre, ¡vaya que lo hice sufrir! y lo mantuve despierto sin darle respiro entre herida y herida, una por cada lágrima derramada por Mi Amada, y mis hermanas.
—Euzma, hemos llegado—dijo Erza, aparcando. Salí de mis pensamientos y bajé del coche—. La gente va a permanecer en las calles, ¿no es así?—añadió al ver la multitud que se aglomeraba en ese lado de Londres.
—Amanda encendió la mecha, la lluvia de sangre les metió algo de miedo y debilitó el fuego que mi hermana inició. Yo sólo quiero avivar ese fuego—respondí.
Seguí a Erza dentro de su piso de seguridad, el interior daba la apariencia de estar inhabitado. El vestíbulo estaba lleno de polvo como los escalones y la baranda de la escalera por donde me guió Erza; anduvimos por un largo pasillo hasta una puerta doble, sacó unas llaves, quitó el candado, y abrió las puertas encendiendo la tenue luz al entrar.
Aquello era otro mundo, una elegante y limpia estancia cuyas negras cortinas permanecían cerradas. El piso era similar a un gran tablero de ajedrez, baldosas en blanco y negro. Tenía unos pocos sillones, un escritorio con carpetas encima, y otro donde se hallaba un ordenador; en la pared había armado un mural con un mapa indicando diferentes puntos en rojo con fotografías de influyentes personalidades.
![](https://img.wattpad.com/cover/174343159-288-k67360.jpg)
YOU ARE READING
Vestida de Luna. Tomo 3©
Misteri / ThrillerEl Cielo se tiñe de rojo, llueven huesos hechos cenizas. -¿Qué haces aquí, Aiden? Ya no eres bienvenido, es un punto que creí no tendría que aclarar. Me bebí de un trago el coñac y deposité el vaso sobre el escritorio. -No tienes que hacerlo, como c...