5. ¿VACACIONES?

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Todos esos hombres y mujeres que pasan por la cama de Tony Stark alivian, sin duda, sus deseos sexuales, pero no matan ni un ápice de lo que siente por Peter.

Tony teme que no es sólo atracción. Que hay algo más.
Peter es carismático, muy buen chico, entusiasta, obediente, responsable...

Son cualidades que casan con él, que siente que complementarían con su actitud recta y sofisticada. Parker proporcionaría el toque desenfadado a una supuesta relación que ambos pudieran tener.

Pero tiene putos veinte años, Stark, y tú cincuenta.

Esa voz moralista en su cabeza de nuevo devolviéndole a la realidad.
La callaría a base de bien si pudiera, pero aún no ha conseguido inventar nada capaz de introducirse en sus neuronas y arrastrar consigo cualquier pensamiento que le hiciera sentirse culpable por desear al muchacho.

No. Mejor aún. Si pudiera, lo que haría directamente sería eliminar esos deseos para siempre. Volver a ver a Peter como su pupilo, bajo una mirada paternalista y protectora.

No es que ya no le importe el bienestar el muchacho. Sigue estando al tanto de sus misiones, pregunta a Potts si se encuentra bien y si necesita algo. Si se le rompe algo del traje, si ha aprobado aquel examen tan complicado de la carrera...

¿Por qué no le preguntas tú?—le había propuesto su ex mujer, uno de esos días en los que intercambiaban una videollamada por motivos de trabajo.
—Estoy muy ocupado.

Tony le enseña las herramientas que sostiene en la mano y abre los brazos, mostrándole el taller a sus espaldas. Está lleno de grasa hasta las cejas, con todo un amasijo de piezas rondando por doquier.

Debería aprender a trabajar sin dejar todo hecho una pocilga.

Tony, si estás libre para hablar conmigo, lo estás para hablar con Peter—le dice ella.
—Es distinto. Contigo hablamos de temas serios, de mi empresa, de la iniciativa Vengadores la cual financio yo desde hace tiempo, de...
Y de Peter—le interrumpe ella—. Aprovechas que tengo buena relación con May para poder preguntarle cómo le va al chico, pero creo que deberías volver a pasar tiempo con él. Sabes que te admira mucho, y tiene ganas de verte.

Tiene ganas de verle. Eso hace que se encoja el corazón de Tony. Él también se muere por hacerlo, maldita sea. Por estar aunque sea una hora junto a él, dándole cualquier lección relacionada con su labor como Spider-Man, rediseñando su traje o acompañándole en alguna misión.

¿Debería hacer caso a Virginia? ¿Debería dejar de evitarle y enfrentarse al fin a aquellos ojazos marrones?

No. No aún. No está preparado. Y el chico puede vivir sin él, desde luego. Tendrá sus amigos, sus ligues, y tiene su tarea como Hombre Araña. Y Tony sabe que, de encontrarse en peligro, Karen le avisaría automáticamente desde el traje de Parker y él acudiría adonde estuviera sin pensárselo dos veces.

Y, mientras Karen no diga nada, Tony no se acercará.

Para asegurarse de que no flaquea, tras pensárselo mucho, decide tomarse unas vacaciones.
Ha caído en la cuenta de que lleva prácticamente un año sin parar un solo día, tan focalizado en sus cosas que ha olvidado descansar como es debido.

A lo mejor sólo necesita eso para olvidar a Peter, ¿no? Unas vacaciones, lejos de la bulliciosa Nueva York, olvidándose de absolutamente todo. Sólo él, su mansión en Malibú, sus preciosas vistas del mar desde lo alto del acantilado donde está instalada.

Peter ya no es un niño (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora