6: Descubrimiento

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Micaela se sobresaltó un poco.

—Uf, mira la hora, debo irme —se puso de pie y él también.

—¿Tienes algo que hacer?

—Sí, quedé con una amiga.

—Si gustas te acompaño…

—Eh... Claro, vamos por ahí entonces —sabía que si Ana lo veía, gritaría por dentro.

Caminaron lentamente por el campus.

—Qué agradable está la tarde —murmuró él.

—Sí. Oye... gracias por la confianza que me tienes, por contarme tus anécdotas y por aconsejarme.

—Está bien, me inspiras confianza, gracias también a ti, para eso están los amigos ¿no?

—Sí.

Llegaron al aula de su amiga que acababa de salir. Ana los vio y se acercó emocionada, apretando los labios. Así Micaela supo que, efectivamente, la chica estaba gritando por dentro.

—Hola —saludó.

—Eliot, ¿recuerdas a Ana?

—Cómo no —dijo la chica de pronto—, si fuimos código, ingresamos juntos. Encantada de volver a verte, por cierto... estoy libre ¿eh?

—Ah... —quedó con expresión de intriga— Bien... —sonrió— Ya me voy, fue un gusto volver a verte Ana, Mica, más tarde hablamos ¿sí?

—Sí, chau —lo despidió feliz.

—¡Bye! ¡Bye! Eliot —dijo Ana.

Micaela miró a Ana y le dio un ligero golpe en el hombro al ver que ella aún seguía mirando hacia donde se había ido el muchacho.

—Au, ¿qué pasa?

—¿Estás loca? "Estoy libre", ¿qué fue eso?

Empezaron a caminar.

—Ay, se me escapó, y con que: "Mica, más tarde hablamos", ¿no?

—No es lo que crees, hago un trabajo con él de un curso, ¿recuerdas?

—Te envidio. Yo ingresé con él pero luego me quedé atrás, como sabrás.

—Tiene novia —soltó Micaela con pesadez.

—¿Ah? ¡Ay no! ¿La misma de hace años? ¿Y dónde está?

—Está lejos por ahora, pero volverá.

—Ah, ah. Amor de lejos, amor de...

—No, no es este el caso… Dime, ¿tú sabes cómo eran ellos?

—Sólo la vi un par de veces, me contaron cosas también, ¿quieres saber?

—Claro que sí.

—Bien, me dijeron que era una loca obsesiva, desde que ingresó marcó territorio diciendo que él era su novio cuando no era cierto.

—Oh vaya —exclamó Micaela, impresionada.

—Ay sí, una zafada y rara total. Lo celaba por cualquier cosa.

—Guau…

—Todas le tenían pica por que se apartó al chico que todas querían, y porque todos los hombres gustaban de ella. Aunque también me dijeron que ella ya lo conocía desde el colegio y que desde ahí venía el asunto.

—Sí pues, se conocieron en el colegio.

—Sí, ¡ay! Pero él la adoraba, en serio, le dijeran lo que le dijeran. Que está loca y que por aquí, que por allá y que no sé qué, a él no le importaba. La adoraba.

Dos historiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora